El Síndrome de Peter Pan
Por Leonardo Zamora 18 Julio 2023
Mi Opinión...
Seguramente has visto la película “Pan”. Se trata de una pre -secuela del conocido cuento de J.M.Berry, en el explicará el origen de Peter Pan, en el relato original.
Cuando hablamos de Peter Pan, no podemos remediar pensar en el socialmente extendido Síndrome de Peter Pan.
Este síndrome fue descubierto por el Dr. Dan Kiley en su libro “Peter Pan Syndrome”: los hombres quienes nunca pudieron crecer.
Foto: Disney
Entonces ¿Qué es el Síndrome de Peter Pan?
Se refiere a cierta manifestación de personalidad de algunos adultos que se comportan cómo niños o adolescentes sin ser capaces de tener la responsabilidad de sus actos en su vida adulta.
Se niegan a crecer, son característicamente inmaduros emocionalmente con una fuerte inseguridad y un gran temor a no ser queridos y aceptados por los demás. Este síndrome se presenta más frecuente en los hombres que en los mujeres.
Se caracteriza por:
• Comportarse cómo niños pequeños cuando su edad real es de un adulto, superior a los 30.
• Se siente muy atraído por la juventud (idealiza la infancia y la adolescencia).
• Miedo a la soledad.
• Mucha inseguridad y baja autoestima.
• Tiene necesidad de la atención de quienes lo rodean.
• Su actitud se centra en recibir, pedir y criticar con poca tolerancia a la frustración.
• Centrado en si mismo y en sus problemas, sin preocuparse por quien lo rodea.
• Siente insatisfacción constante con lo que tiene, desea tenerlo todo sin ningún esfuerzo.
• Considera el compromiso cómo un obstáculo de la libertad.
• No se responsabiliza de sus actos y culpa a los demás por todo aquello que no le va bien.
• Mienten o se escudan detrás de excusas.
Foto: Pixabay
Aunque Peter Pan puede vivir en el país del nunca jamás, feliz con los niños perdidos, haciendo enfadar al Capitán Garfio, sin embargo, las personas que lo imitan no.
El Síndrome de Peter Pan comparte importantes problemas emocionales y conductuales.
Emocionalmente son frecuentes problemas de ansiedad elevada y tristeza pudiendo desembocar en una depresión.
Por otro lado, la persona se siente poco realizada con su vida, ya que el no asume responsabilidades, lo que le veta el placer de disfrutar de superar los retos, y que sin ninguna duda repercute en sus niveles de autoestima.
Puede ser consecuencia de multi-factores que por lo que parece, el más importante tiene que ver con la infancia.
Una infancia excesivamente feliz que la persona puede llegar a idealizar, es decir, busca perpetuar e inmortalizar momentos felices viviendo en infancia constante que se niega a superar.
Una infancia completamente infeliz o carente de afecto donde busca recuperar la infancia robada, mediante la libertad que otorga el ser adulto, es decir, recuperar el tiempo perdido.
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Hay que tener en cuenta, que la mayor difusión de este complejo tiene una raíz sociológica, considerando los valores sociales imperantes que pueden llamarse como “cultura light” o post moderna, similar a la la que se vive actualmente por un considerable segmento de nuestra sociedad.
Crecer cómo persona forma parte del desarrollo natural de los seres humanos, esto no significa que sea sencillo.
Ser adulto significa decidir crecer, adoptar valores y objetivos en la vida.
Renunciar a algunas cosas para conseguir objetivos, responsabilizarse de los propios errores y tolerar la frustración día a día.
Madurar no significa perder al niño que llevamos dentro sino lograr mantener un equilibrio entre ambas partes de la persona, el adulto y el niño interior.
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