Opinion

¿El virus, el gobierno, nosotros o todos?

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Por Juan Francisco Lagarda 10 Febrero 2022

En mi opinión

Corrían los finales del ya lejano 2019 cuando comenzamos a escuchar en las noticias acerca de un nuevo virus que se estaba expandiendo por el mundo de manera rápida y trayendo consigo pérdidas considerables, tanto de vidas humanas, como materiales. 

En nuestro país el inicio del 2020 también marco el inicio de la pandemia, y expuso de un solo golpe todas las fallas que tenemos en términos de nuestro sistema de salud, la falta de capacidad de nuestros gobernantes para atajar el problema que teníamos encima y sobre todo dejar al descubierto el alto grado de irresponsabilidad que tenemos los mexicanos en términos de nuestra propia salud.

Entre las invitaciones del presidente a abrazarnos los unos a otros en plena pandemia, las puntadas del sub-srio. Lopez-Gatell que un día decía que era importante usar cubre bocas, y al día siguiente decía que siempre no, un sistema hospitalario deficiente y una población irresponsable, fue cuestión de tiempo para que México se convirtiera rápidamente en uno de los países con mayor número de contagios, pero no solo eso, también uno de los países con mayor número de muertes por millón de habitantes.

Así transcurrió el 2020, hubo ventiladores con sobreprecio, médic@s y enfermer@s sin el material necesario para hacer su trabajo, la economía ralentizándose, gente perdiendo su empleo, y lo peor de todo, gente perdiendo la vida. Sin duda alguna, el covid 19 no fue lo que las autoridades esperaban, Lopez-Gatell hablaba de tener todo bajo control, en junio del 2020 manifestó que en un escenario catastrófico para el país se pudiera pensar en 60,000 muertes, desgraciadamente solo se necesitaron de 2 meses y medio para llegar a ese número. Al día de hoy, México ha sufrido un estimado de 325 mil decesos, pero los daños a nuestro país van más allá de solo las dolorosas muertes que han sufrido las familias mexicanas.

Al inicio de la pandemia, la OMS, a través de la Psic. Devora Kestel, Directora de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud, manifestaba que regularmente en situaciones de emergencia, una de cada 5 personas se iba a ver afectada por algún tipo de trastorno mental, esto sin contar los casos de personas que se pueden ver afectadas por angustia o stress.

Las últimas mediciones de la OCDE proyectaron a México como el 1er lugar, entre los países miembros de la misma, con mayor nivel de ansiedad. Antes de la pandemia solo el 15% de la población mexicana presentaba este padecimiento, y a octubre del 2021 el número se había elevado al 50%.

Siguiendo en el tema de la salud mental, en el tema de la depresión, previo a la pandemia este trastorno afectaba al 3% de la población mexicana, ahora, los números ascienden al 27.6% de los mexicanos, lo cual catapulto a México del lugar número 13 de los países de la OCDE con este padecimiento, al lugar número 3. No es cosa menor.

Del covid 19 se han dicho muchas cosas, que si es muy contagioso, que si es muy letal, que si con ciertos criterios era más probable que no sobrevivieras, que si las vacunas serían suficientes, que si estas no servían, que si solo eran para evitar que el virus pegara menos duro; que si la variante delta si afectaba a niños, que si el Omicrón es altamente contagioso, pero menos peligroso. Bien pudiéramos decir que, en algún grado, todas esas aseveraciones han resultado ciertas, porque en cierta manera, el virus se ha encargado de ratificarlas, hubo gente a la que la vacuna le hizo muy leve el contagio, hubo gente que aun y con la vacuna perdió la vida, hubo personas que con obesidad, hipertensión y edad avanzada lograron vencer al virus, así como gente que gozaba de una excelente salud no pudo ganar esa batalla.


Actualmente, estamos iniciando nuestro 3er año de pandemia y la sociedad mexicana ya se “acostumbró”, digo esto debido a que, aún y cuando las cifras por contagios van al alza (en Sinaloa tuvimos 26,246 casos nuevos en el mes de enero, mientras que a nivel nacional se registraron un total de 217,357 casos), pareciera ser que la pandemia es cosas del pasado. Lo vemos, si, en los eventos masivos que ya se realizan sin mayor problema, pero también en lo cotidiano, basta darnos una vuelta a los establecimientos y centros comerciales, donde en algún momento existieron estrictos cercos sanitarios, para darnos cuenta de que ahora lo único que se ve es un recipiente con gel antibacterial, un tapete seco y un termómetro sin supervisión. Podemos observar como la población en general paso de traer en su bolsa algún tipo de dispensador con desinfectante y cargar con su cubre bocas como si la vida entera dependiera de él, a dejar olvidado el desinfectante en casa y traer el cubre boca hecho bolita en el bolsillo, o colgado de la palanca del direccional del carro (mea culpa). 

Como sociedad, estamos atravesando por un tipo de adaptación en donde, cansados de tomar medidas extremas y de igual manera contagiarnos, de aislarnos y de igual manera contagiarnos, cansados de renunciar a poder ver y abrazar a los nuestros, y aun así contagiarnos, hemos decidido que ya no vale la pena el ser tan cuidadosos y hemos comenzado a poner todo en el “que pase lo que tenga que pasar”, frase mexicana por excelencia, a veces presentada también como un “que sea lo que dios quiera”.

Habrá quienes interpreten este acto de soltar, como una autoagresión, es decir: si no me cuido de enfermarme, quiere decir que me estoy agrediendo, me estoy descuidando; y si tomamos en cuenta el subidón en los casos de trastornos de ansiedad y depresión que se ha presentado entre la población mexicana, a raíz de esta pandemia, no suena tan descabellado el pensar que muchos mexicanos están contemplando el dejar de luchar. 

Es después de todo esto, que les pregunto: que provoca la situación que estamos viviendo actualmente los mexicanos, ¿el virus, el gobierno, nosotros ó todos?