Estoy jubilado; Soy feliz
Por Leonardo Zamora 11 Marzo 2023
El hombre es un ser de proyectos, ya que el mismo es un proyecto a ser la mejor versión de de su biografía personal
Sin darme cuenta llegó el tiempo de jubilarme, después de trabajar interrumpidamente.
Antes no lo pensaba, sólo en los últimos años. Ya más cerca, pensé que llegaría a esa dorada etapa de la vida.
Al fin ha conseguido su merecida jubilación e independencia económica.
Sin embargo, pasados los primeros días, los primeros meses empieza a experimentar una nueva soledad; la casa vacía, los hijos se han ido y solo sienten alegría cuando esporádicamente, los hijos los visitan, pero ahora acompañados de sus hijos, nuestros nietos, que se consideran “el postre de la vida”, la etapa más dulce, cuando ellos están.
Entonces rechazan su nueva situación y rechazan aferrarse a su viejo modo de vida.
Como algunos de su generación, que se han instalado en un vacío que tienden a desarrollar con tareas muy secundarias, menos exigentes, excesivo ocio; tv. Aperitivos, caprichos gastronómicos, curiosear escaparates, revistas, vacaciones, turismo, fiestas, etc.
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Una madurez equivocada
No es madurez de la persona que se instala a recordar sus viejos logros. Se deprime. Empieza a experimentar ese vacío, al no continuar realizando las actividades que lo hacían sentir útil y valioso.
Se va oxidando en la inmovilidad; sin inquietudes pues estas se consideran totalmente satisfechas, o al menos así lo cree.
Al no tener ninguna obligación, no tener nuevos retos, paulatinamente está comprando su vejez sin darse cuenta.
Poco a poco va entrando a ese nuevo grupo de “muertos vivientes”, estar oxidado, deprimido, en otras palabras seguir viviendo físicamente, pero sin vida, deprimido y sin ilusiones en su interior.
Ignora que aún le falta mucho por aprender, mucho, mucho por hacer, nuevos retos y aspiraciones que lo motiven a continuar activamente.
La formación de nuestra humanidad no termina nunca, aquel qué quiere puede seguir adelante y con gusto su nueva vida. Por eso “más vale aprender viejo qué morir necio”.
La persona instalada
La persona instalada, sólo reacciona cuándo se siente afectada en lo que considera sus más importantes logros; sus ahorros,títulos, pensión, propiedades o un status donde se mide a otros.
Aferrándose a estos, se vuelve inflexible a retomar el riesgo de su libertad, a seguir ampliando sus horizontes descubriendo lo nuevo en lo “viejo”, encontrando otros relieves, y nuevas alturas en la maravillosa aventura de seguir viviendo y desarrollar nuevos proyectos, para seguir sumando cosas buenas a su vida hasta el final de su existencia
El hombre es un ser de proyectos, ya que el mismo es un proyecto a ser la mejor versión de de su biografía personal.
Tanto es así, qué de quién no haya perdido jamás su capacidad de entusiasmo, y siempre en un proceso de mejora continua. Se puede decir cálidamente “murió prematuramente a los noventa años”.
El hombre no está clausurado jamás, y nunca llegamos a ser plenamente humanos; la inteligencia, la voluntad, y la imaginación creativa, siguen desarrollándose aunque el cuerpo decaiga.
El hombre como el buen vino, siempre será mejor con el tiempo, si lo sabe aprovechar agrandando su capacidad de siempre ser.