Opinion

FERREIRO PIDE ÁRNICA: (IZQUIERDA O DERECHA)

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Por Benjamín Bojórquez Olea 17 Octubre 2019

SOBRE EL CAMINO

La verdad es tan rara, es encantador contarla. Aprender de los errores debería ser uno de los aprendizajes más humildes y efectivos, algo así como un “tattoo” de por vida, sin embargo, hay quien ni con esas… En política uno es libre de suicidarse como quiera. Jesús Estrada Ferreiro lo ha hecho a su manera. Sin escuchar a quienes desde dentro de su partido le advirtieron de errores estratégicos y dando todo tipo de bandazos en el menor tiempo posible. Nada queda de ese morenista infiltrado que vino a regenerar la política basada en hechos magnánimos y mucho menos a ridiculizar sus creencias políticas, sustituir a los viejos partidos y acabar con las etiquetas de "rojos y azules". Eso quedó registrado y olvidado. Los que no se han caído del caballo de su falsa centralidad y moderación están a punto de hacerlo. Y si no, “al tiempo”. Cuando su administración llegue al punto neurálgico del siguiente año, sus pocos allegados o vecinos del frente terminarán con un sueño diáfano. Y es que, Jesús Estrada Ferreiro, nunca ha militado en Morena, al contrario fue esa mulita que encarno para que naciera Morena bajo condiciones aldeanas que aun se gestaban no solo en el país sino también en Sinaloa. En política basta una mentira, un engaño, un vaivén, una contradicción y se acabó la credibilidad. Es tan difícil recuperarla que, a veces, hasta es el principio del fin de una carrera política más que anunciada, propiciada por un invento coyuntural y cavernícola. En efecto, la marca de la (derecha) después de sentirse liberal marcó el rumbo de lo que adentro diseminó y ha acompañado su triste canción, ya que la división que ha provocado de “Morena vs Morena” es un hervidero de rumores y ninguno de expectativa de éxito. Y Ferreiro puede estar ante los últimos estertores de la suya porque hasta sus compañeros hablan ya de su última bala con la que sociedad y gobierno no administran por sentido común, donde pudiera salvar su honra política, o pasar a la insignificancia en el 2021. Ferreiro para ser coherente y no moverse demasiado, optó por menospreciar a la verdadera izquierda, esa que utilizó para pactar en los “túneles oscuros” de la ciudad capital de los “Once Ríos”, pero poco después se ofrece a la derecha, porque es la “banda” que finalizará su pasaje de ida y vuelta, ósea, en pocas palabras (ni de derecha y ni de izquierda). El mero hecho de que esas jugadas del alcalde de Culiacán puedan plantearse ya es un buen golpe para él, se ha pasado a la imagen de personaje inseguro que no sabe que tecla tocar para afianzarse y que recurre a la dureza contra periodistas, sociedad y miembros de su mismo colegiado, porque su actitud ha terminado por colapsar su ineficacia para administrar y gobernar la metrópoli ciudad de Culiacán, Sinaloa, evitando también que la derecha o izquierda le sigan comiendo el terreno.

GOTA Y CHISPA:

Ferreiro ha dejado de mandar sobre los tiempos y sobre el discurso, cuando ambos deberían ser patrimonio casi exclusivo de un edil, por muy en funciones que esté. Porque el hilo conductor de su actuación le ha venido impuesto desde fuera, desde la derecha y desde los medios de comunicación más beligerantes desde siempre en esta materia. En lugar de la prudencia, ante desvestirse de una forma tan descarada, provoca escozor y escarnio hacia la misma izquierda radical, que como hueso, divide y desgasta a una izquierda que cada día se aleja de los reflectores sociales, que como condición y/o político ha optado por la salida tradicional de la izquierda, la del palo y la amenaza. “Al tiempo”. “Nos vemos Mañana”…