¿Hasta dónde llega el Poder?
Por Carlos Flores Pompa 12 Julio 2022
La Plomada
Existen muchas clases de poder,
El estado, el político, el mediático o comunicacional, el factico, la religión,
etc. Todos tienen el objetivo de dominación sobre los demás buscando ejercerlo
cada uno en su forma muy particular, pero la pregunta que hoy nos trae aquí es,
¿cuál es el límite del poder mismo?, como mencionaba, hay muchas clases de poder y
cada una le impone sus límites al otro, por lo que podemos afirmar que “el
límite del poder lo imponen otros poderes”, de aquí la importancia de acumular
más y más, debido a que la voluntad del poder sabe que si se detiene muere, por
tal razón quienes lo ejercen saben también que si desean continuar adelante
tienen que conquistar cada vez más poder.
El poder siempre tendrá un gran
objetivo, obtener la unicidad (dominarlos a todos) aunque jamás se declare o
admita en público, sería políticamente incorrecto, pero esa en realidad es
siempre el fin último que como deseo oculto se persigue, pero esa clase de
poder solo es posible obtenerlo a través de 1.- La negociación (consenso) usado
por líderes democráticos, 2.- La tiranía (el uso del miedo) usada por los
regímenes autocráticos; y cuando las dos
anteriores no bastan, 3.- El enfrentamiento (el uso de las armas y la
violencia, que no necesariamente debe ser literal, ya que hay muchos tipos de
armas y de violencia, como el uso de las herramientas estatales para someter)
usadas también por regímenes autocráticos y además fascistas. Quienes ejercen
el poder serán siempre tentados a buscar casi de forma automática e
irremediablemente tener más poder, pero lo que hace la diferencia entre estas
personas o grupos es siempre el nivel de ambición y que tan lejos están
dispuestos a llegar para conseguirlo, aquellos que se auto limitan apegándose y
respetando las reglas del sistema y de las normas, son las que podríamos
afirmar que esbozan un poco de conciencia y calidad moral, pero aquellos que
sucumben a dicha tentación trasgredirán de una u otra forma las reglas de
civilidad y del sistema, usando las herramientas institucionales, mediáticas o
fácticas para lograr su cometido,
pasando por encima de quien sea que tengan que pasar, sin importar que esto se
traduzca en el atropellamiento de los derechos civiles fundamentales, siendo estos
últimos a quienes se debe de observar con mayor recelo e impedir que desgasten
los contrapesos y equilibrios instituidos.
Para ilustrar mejor lo dicho
analicemos dos situaciones que se viven actualmente, el primero de ellos a
nivel nacional con la persecución y acoso por parte del aparato estatal que
sufre Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI y el segundo en el ámbito
local con el desafuero del ahora expresidente Municipal de Culiacán Jesús
Estrada Ferreiro, se debe aclarar que aquí no desviaremos el tema valorando lo
justo o injusto de sus actos, enfocándonos exclusivamente en la persecución de
la que ahora los dos son víctimas, en ambos casos los hoy perseguidos
representan un impedimento u obstáculo para que aquellos que ejercen el poder
puedan obtener el dominio pleno o unicidad tan anhelada, el primero de ellos al
ejercer su derecho a disentir y votar en contra de lo que a su juicio serían
reformas que no convienen al país, ejerciendo la función que como diputado de
oposición y representante de un sector de la población tiene la obligación de cumplir,
el segundo de ellos, al defender el derecho que la Constitución nacional y
local le conceden de autorregularse y ejercer la autonomía como titular de una
institución libre y soberana como lo es el municipio, ambos se caracterizan
por no estar de acuerdo con quienes ejercen
el poder por lo que el consenso no fue posible (aquí también se debe resaltar
la incapacidad por quienes ejercen el poder para convencer o construir puentes
que permitan acordar), en ambos casos no sucumbieron ante las amenazas por lo
que uso del miedo o terror fue inefectivo, lo que ante la ambición y necesidad
de controlarlo todo los orilla al enfrentamiento usando de forma indebida para
ello toda la fuerza del estado como garrote para someterlos.
El Poder no puede ser medido, ya
que este no puede poseerse, se ejerce mas no es asible, aun así es primordial
conocer el alcance que cada grupo o persona tiene, para saber hasta dónde puede
llegar o hasta donde debe detenerse, de lo contrario pude caer preso de la
jactancia de creer que se tiene más poder del que se posee, en los dos casos
anteriores hubo una trasgresión y excesos en el uso del poder, pero habrá que
esperar las consecuencias que en cada caso traiga a aquellos que actuaron de
forma indebida. Todos tienen algún poder, pequeño o grande, todos poseen alguna
habilidad para incidir sobre los demás, si varias personas se unen con pequeñas
cantidades de poder su influencia se verá acrecentada, entonces podríamos
hablar de que su poder ha crecido, pero además se deberá valorar las
condiciones subjetivas del poder, como sería ¿Quién tiene más motivación de
luchar por el poder? ¿Quién tiene más ganas de ganar esa pelea? ¿Quién tiene
más y mejores herramientas, como una causa, un discurso, habilidades de
negociación, comunicación, capacidad de dialogo o de respuesta y discusión? ¿Quién
tiene los equipos humanos más capaces? Y ¿los contextos bajo los que se pelea?
Porque si algo es seguro es que en política no existe constantes, habrá pues
que esperar los desenlaces ya que estas historias no están concluidas y estar
atentos a los actores de estas tramas para visualizar las lecciones de las
cuales podamos aprender sobre los límites que puede tener el poder.