HOLA FERREIRO…
Por Benjamín Bojórquez Olea 21 Junio 2019
SOBRE EL CAMINO
No tengo el gusto de saludarle de frente Sr. Presidente Municipal de Culiacán. Cuando lo intenté, en su campaña, me mandaron por un tubo. Eso ocurre en toda campaña que se respete la ignorancia y lo que vendría al ejercer el poder de la metrópoli sinaloense. Pero esto es secundario, lo importante sería conocer qué se propone al gobernar y administrar Culiacán. Han pasado ya varios meses al frente del gobierno municipal y no se tiene claro qué hace el abogado de facto, Jesús Estrada Ferreiro. No conozco documento alguno para enterarme. Al menos un programa, los ejes de su gobierno, por lo menos un tríptico. Pero no he visto nada. Algunas fotos en los medios, repartiendo sonrisas, material insulso. Nada de trascendencia. ¿Algún anuncio importante, un compromiso de fondo o innovador, una conferencia? Nada absolutamente. ¿Dónde está el Plan Municipal de Desarrollo? Atenerse a la sentencia aquella de “por sus obras y carácter bipolar me conoceréis,” tampoco lleva a parte alguna. Porque no se ven ni se sabe de obras que vengan propuestas y gestionadas por el Alcalde de la capital del tomate. Pero, acaso algo de todo esto tampoco sería indispensable, si como efecto de su trabajo algunas cosas importantes ocurrieran en la ciudad, en el municipio. Considero que Estrada Ferreiro está siendo rebasado por su ineptitud y su desmedida e ineficaz itinerancia encausada por un grupo de funcionarios y del propio Ferreiro. Y si esta impresión tiene un periodista que pretende (y debe) estar atento y sensible hacia lo que ocurre en la capital, Juan Pueblo traduce este vacío en calificativos que van del desprecio al denuesto. Estrada Ferreiro, está ahí por obra y gracia de la popularidad del Presidente López Obrador, esto no es ninguna revelación. Pero luego de esta oportunidad extraordinaria, ha pasado los meses entre la grisura y la oscuridad. El consejo popular es sencillo y didáctico. Si no sabes rodéate de los que sí saben. Si ignoras algo, pregunta. No temas preguntar a los que saben, tal vez pasarás por ignorante una vez, pero no te quedarás a vivir en la ignorancia. Lo irónico es que, en el propio aparato de gobierno local de Culiacán existe una inoperancia y prepotencia que difícilmente la técnica y la preparación en diversas áreas del Ayto se consideran acéfalas y con un alto índice de hurto, ya que los que cobran un salario considerable son personajes que sufren debido a una amplia gama de preparación. Comprensible sería que le cayó del cielo un paquete descomunal. Y la lógica, el sentido común, y los principios elementales de administración indican formar un equipo experimentado y comprometido. No hay indicios de nada de esto. Frente a este vacío surgen versiones que erosionan más aún la ausente imagen del Presidente Municipal de Culiacán. Circula la interpretación de que a la ignorancia supina del Alcalde y su equipo se agrega la soberbia. Y que no se deja ayudar. Gobernantes ha habido que frente a etapas de sequía presupuestal, momentos críticos o sucesión de problemas concatenados, de la necesidad hacen virtud. Estiran un presupuesto paupérrimo, aguzan el ingenio para obtener recursos de otras fuentes, comprometen ayudas de variada índole, ponen el ejemplo con austeridad y jornadas de trabajo voluntario, y hacen maravillas con la propaganda inteligente y sus relaciones públicas. Esto, en tanto fluye con regularidad el presupuesto. Pero, ni Ferreiro ni su equipo dan señales de vida. Para colmo, un pequeño flanco de actividad en obras suscita molestias y no pocos recordatorios familiares y ese hinchado ejercito de detractores.
GOTA Y CHISPA:
La referencia es a obras silenciosas de drenaje. Se hacen a lo sinaloense, peor aún, con un estilo de hace 50 años. Perforan ductos, bloquean calles, cancelan paso y salida de vehículos públicos y particulares, y no hay ningún aviso que anticipe las molestias al público. La gente se entera de la obra a diez metros de las zanjas y los lodazales. Ignoran que en todo el mundo con carteles, señales luminosas, volanteo previo, lonas y hasta perifoneo, a la ciudadanía se le informa de las obras, se señalan vías alternativas y se explica el beneficio que vendrá a cambios de molestias temporales. Lo que Estrada Ferreiro está provocando entre gobierno y sociedad es menospreciar, ningunear y burlarse del pueblo y a la barra de abogados a la que pertenece el Alcalde en turno. Y lejos de valorar una inversión fantasma termina por abominar a sus autoridades. Tan sencillo que es para gobernar pegar los oídos a lo que dice la gente. Esa, vieja fórmula, está vigente siempre. La leyenda del monarca que se disfrazaba de mendigo por las noches, para escuchar de modo directo el sentir de la gente, el pulso de sus súbditos, funciona. Siempre y cuando la sencillez subordine a la soberbia. “I say”. “Nos vemos el Lunes”…