Opinion

IDEOLOGÍAS

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Por Benjamín Bojórquez Olea 27 Marzo 2019

SOBRE El CAMINO

¿Qué significa todo esto en la actualidad? En esta oportunidad, comparto esta columna con mis lectores habituales, ofreciendo una reflexión de tipo filosófica en cuanto a las diversas categorías ideológicas. Ciertamente, con los recientes acontecimientos político-sociales, existe desinformación y confusión generalizada respecto a la división de formas de pensamiento. Por tanto, en este escrito, pretendo hacer una revisión ligera sobre cada una de las categorías existentes y más comunes para que el público en general pueda despejar dudas y no caiga en la trampa de la demagogia o falsa democracia tradicionalmente empleada en nuestro país. Comienzo por aclarar que cada línea ideológica cuenta con volumen o intensidad, es decir, formas moderadas o extremas. Mientras más marcada o hasta radical sea la forma de pensamiento, más características de este tipo de ideología se defenderán. Pudiendo llegar incluso a la intolerancia y la violencia. A continuación, se dan las principales características de cada una en el contexto mexicano, ya que pueden variar de acuerdo con el país en el que uno se encuentre. La derecha o conservadurismo: se refiere al tipo de ideología conformada por el pensamiento tradicionalmente aceptado. Promueve, por lo general, los valores de la familia tradicional; la defensa en las creencias y/o religiones monoteístas cristianas. Se fundamenta en la resistencia hacia cambios bruscos en los ámbitos sociales y políticos. Acepta que la principal función del Estado y de los gobiernos, es velar por la seguridad, la paz y la justicia, antes que cualquier otra cosa. Está a favor del trabajo y el capitalismo como forma de ganarse y prosperar en la vida. En las formas más radicales o extremas, suele ser un tipo ideológico que se opone a los movimientos modernos como el ambientalismo, el feminismo o el respeto hacia la comunidad LGBT. Cree en que el gobierno es en todo caso, un mal necesario. En la actualidad, existen dos variables principales: la derecha conservadora y la derecha libertaria, para no dar pie a confusiones, se diferencian principalmente porque la primera es más nacionalista y cercana a la derecha tradicional; mientras que la segunda, promueve más el libre mercado y el modelo neoliberalista. La izquierda o progresismo: Es el tipo de ideología caracterizada por la defensa de nuevos temas en la agenda pública. La tolerancia y respeto hacia todas las preferencias suele ser su carta de presentación. Está a favor de temas como el aborto, las comunidades LGBT, la libertad de credo, la liberalización de la mujer, la protección al medio ambiente, y habitualmente, sobre todo en las versiones más extremas, están en contra del capitalismo, especialmente respecto al modelo neoliberal. Suelen tener gusto hacia modelos económicos nacionalistas enfocados hacia el socialismo y están en contra de cualquier tipo de desigualdad. Los promotores de esta ideología creen que las diferencias son provocadas por una élite y lo consideran injusto. El centrismo: se trata del tipo de ideología más equilibrada. Promueve creencias de la izquierda y de la derecha para no caer en extremos. Considera al gobierno como algo necesario. Regularmente, está a favor de las empresas con su debida regulación gubernamental; también, a favor del capitalismo, pero no de su forma más desarrollada, es decir, el neoliberalismo. En la actualidad existen dos variantes: centroderecha o centroizquierda. Según sea el caso, cuentan con más características de la derecha o de la izquierda, pero siempre buscando el punto de equilibrio y difícilmente tienden a caer en extremismos. El libertarianismo: quizá, se trata de la línea ideológica más desconocida. En efecto, de acuerdo con sus cualidades, la mayoría de sus defensores son estudiosos de temas sociales. Se trata de una categoría cercana al anarquismo (en contra de cualquier forma de gobierno), aunque más matizada. Promueve las libertades generalizadas entre toda la población; tales como el consumo libre de drogas, la eutanasia, la libertad de propiedad privada, la libertad de credo, preferencia sexual, el aborto; el libre mercado absoluto y el libre tránsito. Su única restricción es no entrometerse en el derecho ajeno, es decir, no dañar a otros con sus acciones. Por lo cual, su idea de gobierno efectivo está acotado únicamente para realizar las tareas más elementales como la procuración de justicia y nada más. La anarquía: es un modelo que está en contra de cualquier forma de gobierno. En su lugar, aboga por la creación de comités comunitarios para establecer acuerdos y llegar a la resolución de controversias. Se opone a la creación de cualquier agrupación política y promueve las libertades como su sello inconfundible en todos los niveles. Los distingue la confianza entre ciudadanos y cree que los males sociales se dan principalmente por la instauración de instituciones que crean modelos imposibles de seguir y que, además, promueven las ataduras en vez de las libertades.



GOTA Y CHISPA:


Estas categorías, son las principales líneas de pensamiento. Si se leen con detalle, se puede apreciar que algunas tienen similitudes y que otras son absolutamente opuestas. Al respecto, ciertamente los seres humanos somos semejantes, no iguales. Nuestras diferencias enriquecen la vida y la hacen interesante; aunque también, provocan sentimientos negativos entre nosotros y crean condiciones hostiles y un cúmulo de controversias. El arte y la ciencia de la conformación de las relaciones humanas son increíbles y siempre habrá cosas nuevas que aprender. Lo que es malo para algunos, es bueno para otros. Por último, espero que mi aportación promueva la reflexión acerca de la importancia de las formas de pensamiento. Existen factores ambientales, biológicos, culturales y sociales que influyen en que pensemos de una u otra forma. Esperemos que la sociedad y la política en nuestro país se desarrollen de tal manera que tome en cuenta la diversidad de opiniones. ¿No creen? “Nos vemos Mañana”…