Opinion

Juan S. Millán: En la balanza…

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Por Benjamín Bojórquez Olea 11 Junio 2020

SOBRE EL CAMINO

Carrera política y de historia meteórica, influyente y vigente. Juan S. Millán Lizárraga es un personaje que inclina la balanza y que su opinión vale “ORO” para cualquier político del color que fuere, ya fue gobernador del estado de Sinaloa en el año (1999 a 2004) y poco antes ya era una realidad su liderazgo nato. Juan S. Millán ha permanecido varios lustros lejos de las candilejas, sin embargo, todo político lo busca para que le de la bendición. Hasta pudiera escribirse que si el hombre siempre lucha contra su destino, o al lado del destino. Don Juan Millán ha dignificado su vida como un ser humano sencillo, ameno y visionario que ejerció el poder con firmeza y rumbo firme; es un ejemplo e impulsor de la ampliación de las avenidas, facilitando un tránsito fluido hacia la democracia y hacia la mejor convivencia política local y nacional. A medida de que se acercan los comicios locales y federales en Sinaloa, Don Juan Millán se hace tendencia, ya que todos quieren la foto mucho antes de que las elecciones y decisiones se vengan. Por ello es importante de algún modo la historia. Pero en el otro lado de la cancha, las elites políticas se llenaron de envidia y cayeron en la intriga y la conspiración. Por el contrario, los políticos se convirtieron en objeto y sujeto de la vigencia e historia que continua intacta para el Rosarense. Juan S. Millán salió de la política para reencontrar su otra vocación, el perfil bajo, asesorando a muchos actores de la política contemporánea, su fuerte, y su experiencia política que le permitiera conocer la naturaleza humana al derecho y al revés. Está en el centro del huracán y a diferencia de muchos otros, quizá la mayoría, están en espera de ser atendidos desde un conocido restaurant de la capital de los Once Ríos, Culiacán. Millán ingresó por la puerta grande a la política de la mano de su amigo el extinto, Fidel Velázquez Sánchez, un político mexicano y líder por mucho tiempo de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) cuyo liderazgo incandescente nadie puede negar. En esa tesitura, Don Juan Millán, ha cultivado tan buena amistad con la clase obrera y políticos sinaloenses y foráneos, que por verbi – gracia, la relación se ha prolongado hacia una nueva cultura política, la actual. Pero de igual manera, conserva y mantiene buenas ligas con sus contemporáneos, pues, de paso, su carácter y temperamento le abonan bastante. Además, es un lector tenaz de libros de política, economía, de novelas, de cuentos, de películas y documentales de plataformas y “streaming”. Un proverbio árabe dice que la vida de un hombre puede evaluarse por el número de amigos a la hora cero; esa respuesta se llama 2021. Pero un dicho azteca dice que la vida de un hombre se valora a partir del número de amigos que deja la historia itinerante de Don Juan S. Millán Lizárraga. Y los amigos que estiman y respetan a Juan Millán son crecientes. Siempre reunidos para la concordia y los mejores momentos, pero al mismo tiempo, se ha reinventado y reencontrado y quizá estaría hasta mejor satisfecho y realizado. 

 
 

GOTA Y CHISPA: 

 
 

Algo interesante que ejerce influencia sobre el modo en cómo una sociedad política sinaloense se reacomoda a una nueva transformación política ajena a los partidos, con miras a depurar y trazar el camino, afirmando sin hipérbole, Don Juan Millán, es ese personaje híbrido que ha dejado un invaluable legado ideológico, nutrido y con valiosas directrices y hojas de ruta, para que la nueva política en evolución, dignifique la diplomacia y la actuación de los servidores públicos. Don Juan S. Millán es sin duda un referente social y político, digno de tomar en cuenta para cualquier consulta o decisión política, es un notable e importante líder natural, la parte política de su vida lo identifica más como un gran político, nunca fue, ni es un hombre de miedos, ni dejado de nadie, mucho menos fácil de convencer, nunca se dejó inyectar parado pues, como dicen en los ranchos, siempre se condujo como gobernador con gran olfato, astucia, inteligencia y sagacidad política, tenía y tiene en su actitud como dicen los cazadores de venados lampareados, gran experiencia al brincar, de ahí su permanencia histórica y de trato sucesivo en la vida política Sinaloense. Tres cualidades del Rosarense: pasión, sentido y mesura. “Nos vemos Mañana”…