Un factor que también fue determinante es el fracaso del estado para combatir la inseguridad. Sin duda alguna, el triunfo logrado por Andrés Manuel López Obrador y los candidatos postulados por Morena en la elección presidencial del uno de julio de dos mil dieciocho, con una participación abrumadora de los ciudadanos que acudieron a votar a las urnas, superando el 64% del total del padrón electoral, tiene varias lecturas que han dado para muchos análisis e interpretaciones sobre los factores que incidieron para que los mexicanos apoyaran a la opción de la izquierda y no a los de los partidos que han ocupado la silla presidencial con candidatos del PRI y del PAN. Desde los análisis que consideran que la campaña de Andrés Manuel López Obrador a diferencia de las dos anteriores, ahora sí, logró convencer con su discurso y propuestas a los electores e indecisos, hasta quienes afirman, que obtuvo el triunfo por ser el candidato menos malo y como un voto de castigo de los ciudadanos hartos de los excesos y escándalos del grupo gobernante con actos de corrupción cubiertos siempre con un manto de impunidad, que hicieron que perdieran la confianza del electorado y por otra parte también por el derroche de los recursos que vía prerrogativas reciben los partidos políticos, que han convertido a nuestras elecciones entre las más caras a nivel mundial. Un factor que también fue determinante es el fracaso del estado para combatir la inseguridad y el clima de violencia que se ha ido generalizando en el país, siendo evidente la colusión que existe entre los gobernantes y los líderes de la delincuencia organizada, dejando a los ciudadanos en un completo estado de indefensión y colapsando el estado de derecho en el país. En general, podemos afirmar que los electores decidieron probar una nueva opción de gobierno, con la esperanza de que se logren abatir los graves problemas nacionales y se terminen con la corrupción y los privilegios de los diputados y senadores y de los funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno. Pese a lo anterior, ahora que MORENA ya es gobierno a nivel federal y que cuenta con la mayoría de representantes en las cámaras de Diputados y Senadores, así como en varios de los Congresos locales, como Sinaloa, Chiapas, Veracruz, Morelos, Ciudad de México, Tabasco, Baja California y en este año Puebla, se vive una problemática, que desde ahora debiera preocupar y ocupar a los liderazgos de MORENA y que es precisamente la falta de trabajo en las estructuras del Partido en los Estados y Municipios, debido a que muchos de quienes se dedicaron a hacer trabajo proselitista a favor del Partido para alcanzar los triunfos, hoy ya se encuentran ocupando posiciones en los gobiernos y han abandonado el trabajo de base con los ciudadanos, es decir, prefirieron vivir del sueldo que les proporciona el servicio público, que continuar con el trabajo político y de fortalecimiento de la ideología y principios que rigen al Partido; situación que desde ahora se vaticina, puede producirles un duro revés en las elecciones federales y locales de 2021 en que se renovará la Cámara de Diputados y las subsecuentes en algunos Estados del país, y, por supuesto, Sinaloa. Tal pareciera que por ahora, lo más importante es tener una lucha intestina con el ejecutivo estatal derivado al posicionamiento mismo del propio Gobernador, dirigiendo la mirada equivocadamente Morena en Sinaloa. Por ello, para Morena es más importante el control del gobierno y de los puestos, que estar con la gente que milita en el Partido de la 4 Transformación y de quienes sin militar en el mismo, apoyaron con su voto el triunfo de MORENA en 2018, situación que de no corregirse por el desgaste normal que tiene todo partido en el gobierno, así como del trabajo que viene realizando la oposición y grupos de poder, hará que se presenten a las elecciones con pocas posibilidades de alcanzar el triunfo nuevamente, ya que en la boleta lo más seguro es que no aparezca de nuevo Andrés Manuel López Obrador, que fue quién dio el triunfo a muchos candidatos que por sí mismos, no tenían posibilidades de ganar la elección, aunque un gran número de ellos, crea que la gente les dio el voto por ser ellos los candidatos y hoy gobiernan con esa convicción, con una actitud de soberbia y desmedida de Alcaldes y diputados locales de Morena, de que ganaron por sus propios medios y que tienen a la gente a su favor; ejemplos hay muchos.
GOTA Y CHISPA:
Aunque estamos a poco más de diecinueve meses para que se lleven a cabo las elecciones de diputados federales, gubernatura, alcaldías y diputaciones locales en Sinaloa y en otras entidades federativas sería oportuno que los dirigentes de MORENA reflexionaran sobre la situación que hoy enfrentan como Instituto político y se dedicaran a realizar un trabajo cercano a la militancia y a los seguidores del Partido, pero sobre todo a cumplir a la gente las promesas que hicieron en las campañas políticas para seguir teniendo su respaldo. De no hacerlo llegarán muy debilitados al proceso y necesitarán el apoyo y alianzas con otros partidos para conservar la mayoría que tienen en la Cámara federal y local, y así continuar con las reformas necesarias para lograr la multicitada 4T en los seis años del Gobierno de López Obrador, ya que difícilmente repetirán un triunfo como el logrado en 2018. “Nos vemos Mañana”…