Hace tiempo el señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos fue abucheado desde las gradas del estadio de los Diablos Rojos del México, claro, ante un escenario muy cercano a “Atlacomulco” le lanzaron una “moña” difícilmente de batear debido a que esperaba un lanzamiento en recta y en el puro centro del pentágono. En efecto ese aprendizaje lo mantuvo en alerta y para pisar suelo sinaloense tuvo que reinventarse y pedir ayuda para que las gradas del pasado viernes del “Carranza Limón” se vistieran de vino tinto y fueran “ad hoc” y un verdadero muro de mentiras, ya que no se iba a exponer a ningún tipo de rechifla o agua de riñón por el hecho de que en Sinaloa no ha cumplido todo lo que sustancialmente ha prometido, en pocas palabras, ser aplaudido desde su “war room”. Andrés Manuel López Obrador es un fanático del beisbol. El Presidente y sus antecedentes…. Sabía que esto podía pasar. Pero López Obrador también debería saber que ante un pitcher desconocido y jugando de visitante en un campo agrícola tan golpeado como lo es Sinaloa, finalmente se neutralizó y su sonrisa como la “monalisa” brilló cargado de hipocresía, ocultando la realidad. Para mí así fue. Para unos el cuarto bat de Morena se equivocó el pasado viernes, porque según mi criterio era más importante, con ese costo económico tan alto de politizar y regresarle a la afición Algodonera alegrías por un rato en la noche, Guasave, mejor hubiera cambiado el drenaje que tanta falta le hace, donde hoy en día tuvieran agua de mucha mejor calidad, y si las autoridades Guasavenses se preocuparan más, ya tuvieran la ambulancia de terapia intensiva en la cual salvarían más vidas. Eso sí que es importante y trascendente. En fin son tantas cosas mucho más productivas que dar alegrías por un lapso muy corto de tiempo. Al hacer esto, López Obrador no se aguantó y terminó politizando un evento de carácter nacional, quizá era mejor abanicar la primera curva que le lanzaron. Pero para otros el Presidente reaccionó correctamente ante la mafia del bullpen, pues como no, todo planchado, porque de lo contrario quien le habría tendido una trampa con acarreados designados que acapararon la porra digclerica. Para ellos el Presidente hizo bien y se la voló. Independientemente de que haya sido una buena o mala señal del cátcher, López Obrador sabe que el beisbol contiene grandes enseñanzas planificadas que bien podrían aplicarse a su futuro político, llenar con vallas propiciadas y así no cambiar al pueblo radical, confundir desde la frontera, para luego presentarse como ese “tlatoani” inmaculado es mera coincidencia. Aquí van 5 estadísticas beisboleras que al cual considero radiactivas, ¿Cuáles son? 1.- Pitcher que empieza ponchando, pierde el juego… El Presidente viene de una racha ganadora, les recetó chocolate a todos los partidos, la pizarra de popularidad está por los cielos, “digo”, pero no faltan algunos equipos que quieran verlo blanqueado y ponchado derivado a las incongruencias masivas de su aparato de gobierno, porque al menos están ahí para criticar a la menor provocación. 2.- Carreras que no hagas te las harán a ti… La gradería que se agotó en el “Carranza Limón” y que no fue requerida está esperando los jonrones que les prometió: un “gran slam” que ha permitido disuadir por corruptos en la cárcel, extrainnings de crecimiento económico estable, y una apaleada a la inseguridad, pero cada día que esto no se ve en el diamante, se aparece la oposición para recordárselo. 3.- Los jonrones de ayer no ganan los juegos de hoy... López Obrador se reunió prácticamente con una militancia y fanaticada morenista que tiene mucha fe en su forma de jugar. Sus años en pretemporada política lo llevaron a las grandes ligas a base de convencer con un nuevo estilo de juego ortodoxo, muy alejado de esas bolas ensalivadas de otros jugadores. Para López Obrador es hora de demostrar con carreras, lo que prometió en la antesala a la Presidencia y si no lo hace, hay otros equipos políticos dispuestos a arrebatarle espacios, donde el 2021 será su termómetro y el relevo de la séptima entrada.
GOTA Y CHISPA:
Y finalmente aquí restan las dos últimas estadísticas beisboleras: 4.- Zurdo domina a zurdo… Para nadie es un secreto que parte de los enemigos de este gobierno están en la izquierda misma, solo falta ver si López Obrador –que también lanza con la izquierda –puede dominar el juego rudo de los morenistas esquizofrénicos que no se alinean a su sistema de juego. 5.- Rola al pitcher es la ruta de la vergüenza… No hay nada peor que ver a un cuarto bat presumiendo su fortaleza en la caja de bateo y que termina enviando una rolita al pitcher para luego ser sacado Qut en la primera almohadilla. De seguro el señor Presidente de la República debe entender que en el beisbol existen muchas estrategias y no puede darse ese lujo con bat de madera, de que sus pisadas con spikes y las gradas en “modo zombie” no pueden ser controladas por la misma casa a modo del mismo “Carranza Limón”. “Nos vemos Mañana”…