LA PANDEMIA SI DEJA ENSEÑANZAS
Por Jaime González 06 Mayo 2020
ESTÁ ESCRITO 033
Esta
contingencia sanitaria provocada por el COVID-19, ha dejado a México y al mundo
lecciones y aprendizajes, pero también mucha confusión y dudas.
Por ejemplo, los cubrebocas; en algunos
lugares se ha hecho obligatorio su uso y en otros no. España o Italia no hacen
obligatorio su uso; República Checa, Eslovaquia y Ecuador, sí. En México,
depende de qué instrucciones se quieran seguir, si las del subsecretario Hugo
López-Gatell, que dice que no es necesario, o las de la jefa de
Gobierno, Claudia Sheinbaum, y algunos otros
gobernadores, que han establecido que todo el que salga de su casa debe portar un
cubrebocas.
De igual
manera, no hubo un único sistema para llevar el conteo de casos positivos,
negativos y defunciones. México decidió utilizar como sistema de vigilancia el
llamado modelo Centinela, que le permite monitorear el avance del coronavirus
sin necesidad de aplicar pruebas masivas.
Durante esta pandemia también se ha aprendido
que el presidente López Obrador es crítico e intolerante
con los medios o columnistas que no opinen como él. Hace un linchamiento en sus
mañaneras mencionándolos por su nombre y apellido, los culpa de tener una
campaña en su contra.
Es implacable, siempre y cuando no se trate
de los seudorreporteros paleros que asisten a las mañaneras y
que utilizan los espacios para difamar; ahí están los casos de Ciro Gómez
Leyva, Carlos Marín y algunos otros verdaderos periodistas.
Gracias a esta pandemia, la gente se ha
enterado de que el presidente López Obrador no lee las editoriales de los
medios que lo critican y menos si son extranjeros o en inglés. Seguramente
el Financial Times, The Wall Street Journal, The Economist o
el Washington Post están
preocupados y conmocionados ante esta verdad.
También se ha
aprendido que la única manera de lograr vencer al COVID-19 y aplanar la curva
del contagio es que la gente se quede en casa. A menos, claro está, que
trabajen en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía o la refinería en Dos
Bocas, Tabasco.
El gobierno ha
sido claro en que todo el mundo debe pagar sus impuestos y apretarse el
cinturón, que no habrá rescates ni condonaciones de ningún tipo, porque nada es
más importante que el presupuesto destinado a la salud de los mexicanos, con las
únicas excepciones de que se trate de un estadio de beisbol en Sonora o la
construcción de las obras emblemáticas del presidente.
Esta pandemia,
pues, lo único que deja claro es que no hay nada claro; que, ante la
discrecionalidad, cada persona decide a quién hacerle caso y que hay medias
verdades y mentiras completas.
El único juez
que determinará quién tuvo razón es el tiempo y a algunos se les está acabando.
Por lo pronto y
ya en fase 3 de la pandemia, a seguir quedándonos en casa.