Opinion

La ruta de Chuy Valdés

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Por Benjamín Bojórquez Olea 29 Mayo 2019

SOBRE El CAMINO

Pese a todos los obstáculos ahí está. Decían los viejos asesores de campañas políticas a los pretensos en turno ante un llamado del INE hacia una nueva línea de refrendo a seguir: “para ser líder, debes parecer líder”, de ahí, recomendaban, debes actuar como tal, porque dirigir al PRI en Sinaloa en estos momentos no es nada fácil. El criterio está fundamentado en que pese a tener una crisis social y electoral, del viejo tricolor, los que debían aprender a portarse como personas de poder, de tener la capacidad de mandar, y para ello ganarse el respeto de los electores es muy importante. Lo del trabajo es la forma de convalidar la presencia ante cambios, eso a mi criterio, Jesús Antonio Valdés Palazuelos lo ha hecho bien. Hoy día las cosas han cambiado y se ha mudado de piel debido a la necesidad o una esencia que no se le dificulta al inquieto Chuy Valdés. Aunque la genética de los políticos permanece y obliga a una especie de remembranza natural, hay algo en el fondo que hace que los actores cupulares sean distinguidos de otros por la fuerza moral y la fuerza política. Si se toma en cuenta la capacidad de organización y logística que ha emprendido Jesús Valdés, esto es precisamente consecuencia de caminar e intentar y recuperar, además de convencer. Apareció como lo que ha sido, un hombre de la política, donde su institucionalidad va más allá del amor a la camiseta, que por sí sólo, merece considerarse. Pese a todos los obstáculos ahí está Chuy Valdés en la línea de fuego y con un extinguidor a prueba, y a un llamado a la unidad. Es fundamental indicar que, con Jesús Valdés, cualquier pulso o lo que él interprete como tal o lo que él entienda como falta de seriedad, será contestado por la movilización ciudadana inmediata en forma de termómetro. Aquí el problema es que, si lo hace poco a poco o destruye de tajo esos cocteles demagógicos y faltos de carácter para enfrentar esos retos institucionales. Sería mucho más fácil y mucho más claro explicar lo que sí va a cambiar y está cambiando, empezando por el papel que celosamente juegan la clase política ampliada. Pero dentro de esta consideración, con independencia de cómo se vea a sí mismo y como él piense que debe usar el encargo partidista, los demás, la sociedad sinaloense, se tiene que ir acostumbrando no a lo que pasará sino a lo que pudiera cambiar. Esta es otra era, esperemos que para bien. Pero en cualquier caso esta es una situación que impone y obliga a que todo un proceso de acercamiento a la realidad y un distanciamiento de lo que creían que eran para tratar de construir un partido en el que quepan todos. Y es que, nosotros, los que observamos lo que está pasando, sólo podemos hacer una cosa: llevar el recuento y tratar de penetrar en lo insondable del pensamiento al nuevo inquilino de la avenida Madero de la capital del tomate, Culiacán, Sinaloa. Yo me resisto a pensar que sus reacciones, tan peligrosas institucionalmente, sean sólo la consecuencia del cumplimiento de un plan reinventado, que ya lo tiene por el resultado de las urnas. Es, más bien, una demostración permanente, donde las condiciones del priismo puedan naufragar, recuperando las bases, terreno y ofreciendo una verdadera oportunidad de cambio. Los priistas recibieron una lección que los sacudió como institución. En ese sentido, Jesús Valdés debe enfocar una agenda para reducir la desigualdad, promover la división de poderes, libertades para todos, generar equilibrios y contrapesos, donde haga una valoración para transitar de un partido del siglo XX y vertical a uno más fluido, horizontal y democrático. “Digo”.

GOTA Y CHISPA:

La ruta en Sinaloa de Jesús Valdés Palazuelos no es nada sencillo, ya que las practicas desde el ejecutivo nacional del PRI han magnificado ese hartazgo, por el simple hecho de la debilidad de los actores que continúan apoderados de los escombros del tricolor, además de la mala reputación, y si le agregas el “jurásico” dedazo, obviamente maquillado por estatutos inducidos, significando que el cambio de hombres y mujeres es necesario para recuperar poco a poco esa real refundación desde el tuétano del instituto político, solo así cimbrará en todos los estados del país un cambio real y significativo. Por lo pronto, Jesús Valdés (el compadrito de la raza) sigue escalando la montaña con optimismo y ese singular carisma que le ha caracterizado durante más de 20 años de carrera política. “Nos vemos Mañana”…