LOS DOCUMENTOS PUEDEN ESPERAR, EL HAMBRE NO
Por Ricardo Fuentes Lecuona 19 Agosto 2023
Así las cosas
Este lunes 14 de marzo el Palacio de Gobierno presenció
nuevamente la
movilización de productores de maíz en continuación de la
lucha por precios
justos y de garantía por sus cosechas. Los programas de
comercialización de
SEGALMEX y del Gobierno Estatal, que supuestamente habrían
de priorizar el
cumplimiento de las compras a precio de garantía para los
pequeños
productores, se encuentran repletos de formalidades y
requisitos burocráticos
que más allá de facilitar los procesos administrativos, han
servido para
obstaculizar el acceso de pequeños productores a los
programas.
Durante las cortas negociaciones, el Gobierno Estatal
señaló que aquellos
productores que no hayan cumplido con los excesivos (y
francamente
innecesarios) requisitos burocráticos, no recibirán pago
alguno hasta que se
haya terminado con los productores que sí alcanzaron a
cumplir con todos los
trámites. Incluso aquellos productores que pagaron sus
permisos de siembra de
manera extemporánea tendrán que esperar a una fecha
indeterminada.
Los productores señalan que la falta de pagos por sus
cosechas atenta
contra su subsistencia, la de sus familias, y la de
comunidades enteras que
dependen del ingreso de la producción agrícola. La negativa
del gobierno a
cumplir con su obligación en el programa de
comercialización, escondiéndose
detrás del papeleo es nada más y nada menos que la más
reciente manifestación
del abandono al sector agrícola protagonizado por los
gobiernos Estatal y
Federal. La promesa de precios de garantía para todos los
productores se redujo
a sólo los pequeños productores, y ahora sólo a aquellos
que pueden cumplir
con los requisitos burocráticos.
Una de las lonas presentes en la manifestación leía el
siguiente mensaje,
que resume la posición y desesperación de los productores:
“Se requiere el
pago inmediato para nosotros los pequeños productores.
Nuestro trabajo y
esfuerzo sustenta comunidades y por ello exigimos una justa
compensación
que nos garantice prosperidad agrícola y la manutención
familiar.
NUESTRAS FAMILIAS NO COMEN PROMESAS, Y TAMPOCO SE
LLENAN CON PACIENCIA.”
Parece que llegando al poder se les olvidó quién les pone
el pan en la
mesa, se les olvidó el gran orgullo de nuestro estado, se
les olvidó su
responsabilidad de velar por quienes más lo necesitan,
especialmente aquellos
cuya labor sostiene a todas las civilizaciones humanas.
Abandonar al campo es
abandonar al sector más importante de nuestra sociedad.
Abandonar al campo
es abandonar a las familias rurales. Abandonar al campo es
abandonar el
espíritu de nuestro pueblo. Abandonar al campo es abandonar
a la humanidad.
¡Los documentos pueden
esperar, EL HAMBRE NO!