Opinion

LOS LOCOS ADAMS

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Por Benjamín Bojórquez Olea 14 Marzo 2019

SOBRE El CAMINO

Entre los sospechosos de padecer locura se me ocurren Estrada Ferreiro, Billy Chapman, Graciela Domínguez, KarlaMontero, Yadira Marcos, Jaime Montes, Eleazar Gutiérrez, Raúl Elenes y últimamente con el no “mames alcalde”, Merary Villegas. Decimos “polític@” y ¿Cuál es la primera palabra que se nos viene a la mente?¿“Chorro”? ¿“Mentiroso”?¿“Oportunista”?¿“Inepto”?¿”Imbécil”? Algo así sería lo normal. Pero es una injusticia calificarlos a todos de esta manera. Los hay decentes, inteligentes y bien intencionados, seguro que sí. Más alarmante es la posibilidad de que políticos que parecen ser meramente malvados o inútiles padezcan un problema mucho más serio: que estén locos y que formen parte de la familia Adams. Esta lista que hoy manejamos requiere de análisis, ya que los apóstoles de esta religión u movimiento se descarrilan poco a poco. No se requiere ninguna perspicacia especial para señalar a los enviados de la razón. Los nombres no los hubiera incluido sino abandonan el barco como el “Capitán araña”. Llevo tiempo escribiendo que hay algo digno de respeto en la perseverancia y obligado desmarque del Senador de Morena, Rubén Rocha Moya, y de su compañera en el Senado de la República, Imelda Castro. De entrada y para abrir boca, la lucha encarnizada de Morena en Sinaloa denosta queLópez Obrador únicamente utilizó esta marca u plataforma como quiera llamarle, para erotizar gregariamente y llegar al poder bajo condiciones utópicas. Por ello esta nueva clase política de Morena en Sinaloa vive en un estado de indefensión, agarrando todo lo que sea posible, para facturar una credibilidad que se erosiona desde el estacionamiento de palacio nacional. Aquí el tema es que se me prendió la luz en “modo zombie”. Pensaba en los Oscar y lo mediocres que son los antes citados tras líneas al comienzo de mi columna. Y después pensé en el director de la orquesta, Rubén Rocha Moya, y viene a mi mente un acuerdo que permita la salida o divorcio de muchos personajes que brillan ante una ausencia profesional muy notoria y a la vez lapidaria. El problema es que en Sinaloa no ha resultado ser el gusto y agrado de la 4Transformación, esto es debido a las amplias expectativas que se tenían, donde el juicio va más allá de la crítica y subversiones de la misma operación inicua de legisladores locales de Morena y su súper – delegado, Jaime Montes, de los que aún sueñan con poder dar un manotazo en el 2021, y así poder desplazar a otros representantes de Morena. En efecto y en espera de ese llamado referéndum, la crisis al interior de Morena ya es más que sustancial al grado de que sus mismas “tribus morenistas” traen encono directo. Y si ese tsunami que los arrastró a favor en las pasadas elecciones tiene como ingrediente principal el pueblo, sufrirá escozor, por el simple hecho de querer aparecer en una boleta, así como también cualquiera podría haberlo hecho, dado el dilema de reconciliar el deseo político de una minoría que se siente una mayoría, lo cual es absurdo e increíble, que estos actores sigan considerando que el deseo está por encima de la radicalidad de sus acciones u omisiones. En algún momento la diputada federal, Merary Villegas Sánchez, tiene que entender, igual que sus propios detractores de su propia casa política, que seguir adelante con su proyecto “culichi” no es una idea recomendable, así como lo fue esta increíble historia local en Sinaloa. Merary podría ser honesta con sus compañeros de partido, pero su discurso confiesa que el único acuerdo posible, en el mejor de los casos, limita el daño político, que inevitablemente conlleva reacciones negativas de su mismo movimiento, sino dimitir que, señalando que su conciencia le permitirá llevar al tren con dirección al precipicio.



GOTA Y CHISPA:


Se lo creen. Creen que son gente honesta y cabal. Creen que son listos. Creen que ellos, más que nadie, poseen las virtudes necesarias para sacar a sus pueblos de esta postración. Creen en la existencia de temibles enemigos que sólo ellos podrán derrotar. La cuestión es si encima piensan que lo que dicen es verdad. Porque si se lo creen, sería la prueba científica e infalible de que están locos de verdad. Yo sospecho que sí, que como muchos líderes a lo largo de la historia, son gente que vive en una realidad inventada en la que 1 más 1 es 3; en la que ellos se ven como seres elegidos, valientes y brillantes, cuando la realidad demuestra todos los días su abismal mediocridad; en la que cantidad de pruebas políticas y de productividad son la cruda realidad, demuestran que son unos estafadores de la conciencia, embusteros y ladrones, pero ellos ahí siguen convencidos de su nobleza e inocencia; en la que molinos de viento -o familias muertas de hambre, o el proverbial imperialismo yanqui- son gigantes que amenazan la seguridad nacional y de los 18 municipios y distritos del esqueleto sinaloense. Al fin de cuentas lo más grave no es que los políticos estén locos. Lo más grave es que la gente razone e imagine al país de las mil maravillas. “Si no pregúntenle a Dignora”.“Al tiempo”. “Nos vemos Mañana”…