LOS MIEDOS DE AMLO…
Por Benjamín Bojórquez Olea 07 Junio 2019
SOBRE El CAMINO
Saber que está pasando en otros países ayuda a tener una mejor estrategia ante problemas internos. El decreto es implacable: cualquier viaje al extranjero de un funcionario público debe ser autorizado por el Presidente de la República. Se están pagando decenas de miles de millones de pesos por cancelar el aeropuerto de Texcoco, pero el gobierno federal se pone ahorrador en los viajes al exterior. Parecería más bien que el mandatario no quiere tener contacto con el mundo. Ni de funcionarios ni de académicos, aunque de esto ya se retractaron. AMLO no ha salido del país desde que fue electo Presidente. ¿Canceló el aeropuerto de Texcoco para dificultar viajar? México es la novena economía exportadora del mundo. Tiene 12 tratados de libre comercio con 46 países. Es el país más poblado de habla hispana, con cerca de 129 millones de hispanoparlantes, 3 veces más que España. Hay 36 millones de mexicanos en Estados Unidos. ¿No quiere este gobierno tener presencia en el extranjero para beneficio del país? Ya cumplimos casi un año desde la elección presidencial y no se han reunido los mandatarios de México y Estados Unidos. No tiene precedentes. AMLO parece tener miedo de que una reunión con Trump vaya a terminar en problemas, cuando éste amenazó imponer aranceles a nuestras exportaciones a partir del 10 de junio, respondió con cartas amistosas. Si viene su yerno, cena con él, pero no ha buscado construir una relación personal con Trump. Esto dificulta a sus subordinados tejer relaciones con sus contrapartes. Un funcionario que conoce bien a sus pares tiene más instrumentos para desactivar un conflicto antes de que estalle. Incluso, la sorpresiva decisión de imponer los aranceles quizá se hubiera logrado detener si hubiera existido una relación más cercana entre las autoridades de ambos países. Aunque la medida fue sorpresiva para el gobierno mexicano, en Estados Unidos llevaban semanas discutiéndola. Un alto ex funcionario del gobierno de Peña Nieto me contó que cuando iba a Estados Unidos siempre buscaba reunirse con todas las autoridades posibles, incluso con Peter Navarro, consejero en materia de comercio de Trump, a pesar de que entonces estaba relegado. Siempre hay que procurar tener todos los abanicos prendidos. Las reuniones internacionales sirven para desarrollar relaciones. Saber qué está pasando en otros países ayuda a tener una mejor estrategia ante problemas internos. La presencia de México en foros mundiales sirve para promover al país como destino de inversión extranjera o de turismo. AMLO decidió no enfrentar su primera prueba en el exterior: no asistirá a la reunión del G20 en Osaka, Japón, el 28 y 29 de junio. Entre los líderes que probablemente irán están Donald Trump, Angela Merkel, Xi Jinping, Emmanuel Macron y Vladimir Putin. Hubo presidentes que, viajando, se escapaban de los problemas del país. Las giras mundiales de Echeverría fueron varias y maratónicas. La más larga, en 1975, duró más de mes y medio e incluyó la visita a 14 países. No queremos nada similar. Sin embargo, ser Presidente supone ir al extranjero y atender ciertas reuniones. Es parte de su trabajo. En la reunión del G20, el representante de México no tendrá derecho a sentarse en los eventos a los que sólo asisten los mandatarios. Se quedará afuera, con sus pares, esperando a que salgan los jefes. AMLOparticipará en el G20 enviando una carta sobre la desigualdad mundial: “porque eso es lo que origina el deterioro del medioambiente, la migración, la inseguridad y la violencia. Ése es el tema que hay que tratar”, dijo hace días. ¿Usted cómo cree que será vista esta carta por sus contrapartes? En el mejor de los casos, como una excentricidad, en el peor, como un acto de prepotencia. Si ese tema le interesa, que lo vaya a defender a Osaka. Tal parece ser, AMLO no le interesa el exterior. Tan poco que, a diferencia de la izquierda en Latinoamérica, su enemigo no es el imperialismo yanqui: es el neoliberalismo y por supuesto, los fifís.
GOTA Y CHISPA:
Parecería que el presidente padece autismo. Sus obsesiones compulsivas sobre algunas cosas que en realidad no tienen importancia lo demuestran. Nos gustaría examinar sus antecedentes, pero seguramente eso no será posible. La voluntad de la mayoría del pueblo lo ha elevado al poder y ya allí no se puede volver atrás. Un caso muy similar sería el de Nassón, el jefe de la organización religiosa la "Luz del Mundo". Una vez elevado a los altares, aunque padezca de problemas de conducta, puede cometer cualquier delito sin que sus feligreses lo condenen. Porque excluir a los sabios y utilizar pretextos es una clara prueba de que su discurso y contacto ante los gobernantes más poderosos del mundo evidenciaría ineptitud y vergüenza. “Nos vemos el Lunes”…