Opinion

“MACUSPANA Y NEW YORK”.

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Por Benjamín Bojórquez Olea 06 Noviembre 2018

SOBRE El CAMINO

Los destinos de AMLO y Trump se han entrelazado y, sin duda, se mezcló con las elecciones intermedias de los Estados Unidos. Los datos indican un escenario similar en ambos casos: Han experimentado un fuerte desgaste, pero mantienen a su favor buena parte de sus votantes o de la opinión pública, según sea el caso. Los dos poseen características muy similares: La persistencia, sobre todo. En cierta forma, se adhieren a lo que se llama: “Voluntad de poder”, pero en una especie de libre interpretación del pensamiento de Federico Nietzsche. La teoría del “Superhombre” desde el ángulo de la política o, más específicamente, de la lucha por el poder… Sí, porque para alguien así el forcejeo por el poder no culmina con el desenlace electoral. En todo caso, se entra en la etapa de confrontación por el proyecto político. No les importa el desgaste, ni siquiera electoralmente, o al menos dan la impresión de que no. En el fondo, están convencidos de ser los únicos intérpretes de la voluntad ciudadana o, mejor dicho, del “pueblo”. El resultado electoral de hoy terminará de perfilar la relación que tendrán. Trump está decidido a poner punto final a la élite ganadora de la Guerra Fría, que implantó un sistema trilateral derivado a multipolar, mientras Andrés Manuel se enfila a hacer lo mismo con el actual entramado gobernante. ¿Chocarán frontalmente o se entenderán? Estamos llegando al momento más álgido en que se despejará la incógnita. Ya lo dijo Jorge Zepeda Paterson, una semana antes de las elecciones del 1 de julio: “MORENA es el auténtico PRI”. “Ahora sí, la muerte del PRI”. Sin Embargo: No se trata de cualquier persona, sino de uno de los aliados más significativos de López Obradoren los medios de comunicación y redes sociales. En ambos lados de la frontera, se registran acuerdos y desacuerdos al interior de sus respectivos círculos de confianza. En lo que va de su período de gobierno, a Donald Trump le han renunciado varios de sus allegados y ha perdido aliados estratégicos muy importantes. Pese a todo, no ha variado significativamente sus planes. Andrés Manuel, por su parte, ya acusa los primeros síntomas de un fuerte desgaste por algunos de sus pronunciamientos y acciones previas a la toma de posesión. ¿Valía la pena? Para alguien como Antonio Sola, no: “El aeropuerto fue un grave error, si sigue así se convertirá en un presidente con poder absoluto y absolutamente desgastado”. De nueva cuenta, no hablamos de un adversario sino de alguien que, además de ser un asesor y consultor prestigiado, anticipó el resultado electoral favorable a López Obrador. Además de los manotazos y posicionamientos de Ricardo Monreal, que más bien obedecen a un jaloneo intestino de facciones morenistas, hay dos momentos que marcan la tónica de los desacuerdos sin rupturas. Uno, es el artículo del propio Zepeda Patterson, a propósito del escándalo por la famosa “boda fifí” de César Yáñez, el hombre más cercano a Andrés Manuel. El autor manifiesta su desacuerdo por los viajes de algunos integrantes del círculo de confianza de AMLO, entre ellos Yáñez y Marcelo Ebrard: ¿Cómo exigir sobriedad cuando el principal alfil del próximo presidente de México está decidido a mostrar que los de ahora se casan con el mismo dispendio y frivolidad que los de antes? Ni hablar… Otro, es tanto la edición especial de la revista Proceso como el número de la misma publicación en la semana en curso. En la especial, hace un recuento de la larga trayectoria de López Obrador hasta llegar al triunfo en las urnas: “El largo y rudo camino al poder”, donde expresan claramente su simpatía por el tabasqueño. Sin duda, una edición oportuna a unos cuantos días del cambio en la Presidencia de la República. Considero que si el presidente electo no cuenta con la plena participación de su gabinete y de los legisladores de su partido en el enorme reto de separar el poder político del económico, está destinado a fracasar. El mensaje es claro: Hay una disputa entre morenistas y simpatizantes del tabasqueño, sin llegar al punto de ruptura. ¿Hasta cuándo será así? Porque eso abona al desgaste de Andrés Manuel, cuando todavía no asume el poder…



GOTITAS DE AGUA:


Para cancelar el aeropuerto en Texcoco, AMLO se haya visto solo y asumido así el desgaste sin sus próximos secretarios ni los legisladores para amortiguar los efectos negativos, en realidad refleja el aumento de intensidad en los desacuerdos internos de la élite que empieza a gobernar en México. Dicho de otro modo, dentro y fuera de MORENA hay un conflicto de poderes fácticos que podría descarrilar al próximo gobernante antes de haber empezado. El riesgo en esa lucha por el poder, en la cual participa el propio Andrés Manuel, es que naufrague la democracia. Tanto en las crisis como en las guerras, es vital un liderazgo fuerte. Lo malo viene cuando las medidas excepcionales se convierten en regla. López Obrador ha dicho que muchas cosas se someterán a consulta y ya vimos que incumplieron las medidas necesarias para validar los resultados.



UNA CHISPITA MÁS:


Al adentrarse en la confrontación de poderes fácticos, Andrés Manuel López Obrador se expone a quedar atrapado en medio de una espiral de polémicas interminables y en una creciente oposición a su liderazgo. Exactamente como le está pasando al magnate Neoyorquino Donald Trump. En el caso de AMLO, los desacuerdos por la consulta y la cancelación del aeropuerto acrecentaron los temores por una eventual modificación constitucional para ampliar su permanencia en el poder. “De ahí al fracaso o a una dictadura, la distancia podría ser muy corta”. “Hay culebra en el agua”. “Nos vemos Mañana”…