Opinion

Malditas mentiras y las estadísticas…

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Por Benjamín Bojórquez Olea 13 Octubre 2023

Sobre el camino

Me refiero hoy desde los orígenes de “El arte de la guerra de Sun Tsu” hasta nuestros días, siempre se ha sabido que las guerras se libran entre personas y las personas, con independencia de cuál sea nuestro origen étnico, religioso, social o de cualquier otro orden, tenemos un repertorio de acciones y reacciones derivado de nuestros sentimientos y estado de ánimo. Dicho de otra forma, los seres humanos muchas veces nos dejamos llevar más por lo que sentimos que por la lógica y la razón. 

Todo aquel que es un buen guerrero sabe que la guerra solo puede ser total y que una cosa es usar tambores de guerra para asustar a la gente y otra cosa es que una vez que la guerra empieza, no hay espacio para dudas y todo se resume en dos posibilidades: vencer o ser vencido. 

O bien se utilizan todos los medios para conseguir la victoria o, de lo contrario, el enemigo se aprovechará de la tibieza mostrada y no pensará dos veces para alzarse con el triunfo. 

Las guerras en el México de la época previa a la llegada de Hernán Cortés eran salvajes y brutales, sírvase como ejemplo las batallas libradas entre aztecas, toltecas, tlaxcaltecas. 

Viéndolo de forma suspicaz, el aparato de propaganda de Morena despliega una estrategia tan anticuada como las guerras: hacer creer que su candidata ya tiene ganada la elección, aunque, a mi juicio, lleva la delantera. Desmoraliza a opositores, capta a indecisos que prefieren estar del lado ganador, refuerza la idea que tienen los abstencionistas de "para qué votar" si ya se sabe quién va a ganar. 

Que no le digan, que no le cuenten, porque a lo mejor le mienten. 

Xóchitl Gálvez tiene menos posibilidad de ganar la Presidencia que Claudia Sheinbaum. Esa es la realidad. 

El oficialismo satura con mensajes que hacen ver a su candidata como la próxima presidenta de la República, como un valor entendido. Eso no es guerra sucia, se llama estrategia. "Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después", dijo el general Sun Tsu, 500 años antes de Cristo, en “El arte de la Guerra”. Eso es propaganda, nada más.

Hay quienes lo creen, y se disemina una percepción hasta convertirla en realidad. Para eso es la propaganda, el rumor, el manejo de medios de comunicación. Es “El arte de la guerra” aplicado a la política. Otra vez el general Sun Tsu: "Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas".

Ya es costumbre observar la danza de las estadísticas como algo cotidiano, con la misma importancia de un juego que se puede resolver durante los cinco minutos del tiempo libre. Durante mucho tiempo se pensaba en la incuestionable trascendencia de la estadística como una herramienta que nos permitiría desentrañar la realidad, que colocaría en la mesa de la objetividad todo aspecto que, gracias a la ciencia matemática, estaría bajo la lente de un espíritu crítico que nos ofrecería una perspectiva sin visos de duda. 

GOTITAS DE AGUA: 

Sí, tendemos a idealizar, con mucha facilidad, aquello que suma a consolidar nuestra perspectiva del mundo o a alimentar las más descabelladas mentiras. Vaya paradoja que se revela en cada uno de esos pequeños símbolos. Cuando se observan esos caprichosos juegos de piezas geométricas y líneas que trazan una imaginaria red en el vacío, llega a la mente aquella frase que, como muchas otras, es atribuida a Mark Twain "Here are three kinds of lies: lies damned lies, and statistics". En efecto, ya en el idioma en el que escribió el poeta Francisco de Quevedo, "hay tres tipos de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos el Lunes”…