Me viene a la mente la película de Pedro Infante, ¡Nosotros los pobres!
Por Benjamín Bojórquez Olea 19 Agosto 2023
sobre el camino
La pobreza
es la peor enfermedad de nuestro tiempo. Sin embargo, por muchos años ha sido
romantizada por la élite de nuestro país a través de sus poderosos medios de
comunicación. ¿Quién no recuerda las películas protagonizadas por
Pedro Infante como Nosotros los pobres, o los melodramas Los ricos también
lloran y María Mercedes?
Historias
que manipulan las conciencias, y para que los más humildes olviden las
contradicciones de clase. Por sí mismo, nuestro pueblo está influido de la
creencia religiosa porque "de los pobres es el reino de los
cielos". En la masa popular, permea la idea de que la verdadera
pobreza corresponde a "la pobreza del espíritu"; y que,
por tanto, es mejor ser pobre porque los pobres son más felices, los ricos
están vacíos y se la pasan triste sufriendo por tanta riqueza.
Seguro,
apreciable lector, que se le viene a la mente una escena de película que los
miembros de una familia humilde y sencilla se sientan a la mesa a compartir
felices sus alimentos mientras el rico está solo en su mansión, quien, al no
soportar más, acude al lugar pobre donde es bien recibido y se queda con sus
anfitriones para compartir su felicidad y comprender "el
significado de la riqueza".
¡Pamplinas! ¡Cuentos y más cuentos! Las cosas se deben decir
como son: en México, la desigualdad ha llegado a niveles insoportables porque
un puñado basto de magnates y sus familias se han quedado con la riqueza
nacional; los pobres deben comprender que su pobreza es resultado de esta
desigualdad y que los ricos son ricos, porque explotan a los trabajadores, como
vampiros que chupan la sangre hasta dejarlos secos, embrutecidos e
inservibles.
Los ricos
disfrutan de los manjares que caen de sus mesas.
¿Los ricos
también lloran? ¡A
quién le importa! Para las masas populares, no queda más camino que
educarse con urgencia para discernir mejor y no confundir las trinquiñuelas de
sus enemigos de clase.
En México
urgen acciones que detengan la cruel desigualdad en que vivimos y que se
manifiesta en todas las privaciones de nuestra vida diaria, ser pobre no tiene
nada de bueno; pero la pobreza no es un estado natural. En efecto, contra lo
que cotidianamente se repite, los hombres no son iguales.
Unos son
dueños de medios de producción, que son muchos y muy grandes; tierras, aguas,
minas, edificios y naves, transportes, máquinas, herramientas, materias primas,
etc. Otros hombres no son dueños de nada de eso, solamente de su fuerza de
trabajo, de su energía transformadora, y, para sobrevivir, obligadamente,
tienen que venderla a los dueños de los medios de producción.
Estos la
compran y pagan por ella su valor, es decir, lo que el empleado, obrero, o la
obrera necesita para sobrevivir, obligadamente, tienen que venderla a los
dueños. Es una cadena perpetua.
Cerca de un
millón de hogares en México tuvo que hacer algo que "hubiera
referido no hacer" para poder comer, esto de acuerdo con la Encuesta
Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, del Inegi.
GOTITAS DE
AGUA:
De las más
de 15.4 millones de familias en el país tuvieron dificultades
para satisfacer sus necesidades alimentarias el año pasado, 959 mil 608 pidieron
limosna, mandaron a trabajar a los niños o recurrieron a "prácticas
socialmente no aceptadas" con tal de alimentarse. La pobreza
sigue siendo uno de los principales problemas del país. A querer o no, estamos
pagando esa deformación profesional: practicamos la crítica de la pobreza y, en
respuesta se nos aplica la pobreza de la crítica. El problema básico del país,
la matriz, de donde nacen y se alimentan casi todos los graves problemas,
aparentemente independientes entre sí, nos aquejan, era y es la pobreza. Lo más
común es que los ricos de hoy hayan nacido en un hogar rico también. No es una
opinión, es una verdad hasta medida. Es decir, lo más común es que un rico nace
y no se hace. La otra cara de la moneda es que 75% de los
mexicanos que nace en los hogares más pobres permanecerá en la pobreza durante
toda su vida, nunca saldrá de ahí. Es decir, la pobreza en México se explica,
sobre todo, por el origen de las personas, por la cuna en la que nacen. "Si
cierran la puerta, apaguen la luz". "Nos vemos Mañana"...