Opinion

MORENA 5G…

new.author
Por Benjamín Bojórquez Olea 03 Septiembre 2019

SOBRE EL CAMINO

El reto principal para MORENA en Sinaloa es convertirse en una opción clara para una sociedad compleja, plural, polarizada socialmente, caracterizada por su profunda desigualdad y en donde anida una cultura cívica de participación ciudadana incipiente, debe ser una opción viable y confiable para sectores cada vez más amplios y diversos de la población. Sólo de esa manera estará en condiciones de contribuir desde lo local, a hacer un Estado con justicia sin discriminación, igualitaria, progresista, tolerante, con una ciudadanía más activa, exigente y participativa, y, por supuesto con orden. En territorio sinaloense militantes, dirigentes de MORENA y sus aliados, que su principal debilidad es estructural y operativa producto de su bajo grado de institucionalización, por ello los “aliados” adquieren un valor político estratégico a costa de su propia debilidad. La institucionalización partidaria es un proceso a través del cual en la sociedad adquieren valor la estabilidad de las organizaciones partidarias y sus procedimientos internos, es proporcional al mediano, bueno o mal funcionamiento de dichas reglas, es significativa la evaluación de sus reglas y cómo influyen en la cohesión partidaria. Es uno de los factores estratégicos para que los partidos políticos compitan electoralmente de la mejor manera para llegar, ejercer poder y refrendar su continuidad con la ciudadanía. En suma la institucionalización debe entenderse como la etapa de consolidación organizativa para el ejercicio del poder político. Difícil de ocultar que MORENA atraviesa por: una crisis de institucionalidad; de identidad; legalidad; de legitimidad y de principios. Que existe un empoderamiento de prácticas, vicios y deformaciones como la improvisación, inmadurez política, el oportunismo, arribismo, la simulación, el dogmatismo, escenario fértil para el florecimiento de los “vividores de la política”. MORENA, manifiesta los rasgos típicos de un proceso embrionario de organización y composición de una “coalición dominante”, orientado a la estructuración de una elite partidaria que tiene como su principal objetivo la conquista, ejercicio y consolidación del poder interno en la estructura partidaria, en este propósito, su fragilidad descansa en el comportamiento e interés individual de los liderazgos que le dan cuerpo y a la falta de institucionalización de reglas consensuales que garanticen la circulación entre las “elites políticas” que se disputan el control del poder partidario, su consecuencia o gran riesgo es la polarización interna, reconfiguración de alianzas sin escrúpulos, escándalo político y desencanto de los ciudadanos al traicionar los principios rectores de los estatutos de MORENA. Para seguir siendo una opción en el 2021 confiable y creíble ante la ciudadanía, en primer lugar, debe convertirse en un partido institucionalizado y comprometido con el respeto a su propia legalidad. Más allá de voluntarismos democratizadores, un segundo aspecto es que la institucionalidad debe igualmente velar por la gobernabilidad del mismo, es decir, las reglas del juego político interno deben garantizar un funcionamiento no sólo democrático, sino ser eficaz para la estabilidad interna. En tercer lugar, la institucionalización del partido debe transitar hacia el desarrollo de una cultura política democrática y de la legalidad en el interior mismo del partido, para dar sentido al cambio de régimen, ya que si Morena continua con las mismas prácticas para llegar al poder más allá de un recinto legislativo tiene como principal obstáculo su misma gente, que a través de este corto tiempo traen una desenfrenada lucha interna por el poder y esos altos sueldos que perciben, así de sencillo, solamente congruencia política e ideológica.

GOTA Y CHISPA:

Desde esta perspectiva, la democratización del partido no se agota con la celebración de elecciones para la dirigencia o para las nominaciones a los cargos de representación popular. Implica también el establecimiento de mecanismos internos de consulta y rendición de cuentas a las bases, mecanismos que deben caracterizarse por ser institucionales y formales, ajenos a prácticas no reglamentadas de discusión y debate que dificulten la construcción de acuerdos y que minen los sustentos de la gobernabilidad del partido, se establezcan normas consensuales más claras de convivencia y definición de políticas institucionales para las nominaciones de actores externos y consolidación de alianzas estratégicas. Espero sincera y fraternalmente que todo resulte de maravilla, ante el ring y cuartel político de MORENA en el recinto de la LXIII legislatura. Ojala no se cumpla lo que dijera Shakespeare: “El desdichado no tiene otra medicina que la esperanza”. En MORENA seguro estamos que serán las mismas caras que buscarán los mismos o diferentes cargos de elección popular. “Al Tiempo”. “Nos vemos Mañana”…