“MORENA VS FERREIRO”.
Por Benjamín Bojórquez Olea 19 Octubre 2018
Sobre el camino...
¿Cuál es la diferencia entre la persona real y el personaje en la vida pública? Nuestra esencia, aquello que nos hacer ser únicos, congruentes y auténticos, siempre se manifestará de diferentes formas, pero dicha proyección externa debe coincidir con lo que realmente somos y hacemos en las distintas áreas de nuestras vidas. Partiendo de esta idea de esencia filosófica, cabe señalar que también se puede generar un “personaje”; siendo éste una extensión de la persona. En temas de imagen política, solemos poner en duda si a quien tenemos en frente es realmente quien dice ser o, bien, si se adaptó a lo que se requería en ese momento. Es decir, ¿Cómo sabemos que realmente los políticos son ellos mismos y no son una “fachada” que sólo pretende satisfacer ciertas necesidades en cierto momento? Un ejemplo que podemos utilizar para demostrar la diferencia entre esencia de persona y personaje es el ahora Alcalde electo de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, quien antes de incursionar en la vida política local, era y sigue siendo un polémico abogado, fachoso y altivo de grupos de facto en la ciudad de Culiacán. El, a través de los años, se presentó como un personaje irreverente que pretendía sobresalir por su coloquial forma de hablar, de actuar y de ser; aparentando ser muy congruente y de un hombre recto, derecho, formal y honesto. Para sorpresa de muchos, un personaje de tales características fue nombrado candidato a Presidente Municipal y ganó por la inercia de AMLO, como hubiera ganado cualquier otro candidato que hubiesen puesto los de Morena. La controversia no se hizo esperar, debido a que la imagen y/o carácter que proyectó por mucho tiempo era considerado no apta para un cargo a la función pública, dado que carece por completo de mano izquierda para manejar y atender a la gente; y aunque vimos un cambio radical en su publicidad para matizar su carácter e imagen, no lo lograron. Tampoco pudieron combatir la imagen de la antigua “defensa a quienes defendía o defiende”. Ahora que tiene nuevo puesto, existe un gran detalle que puede afectar significativamente su imagen: ¿Qué personaje de Estrada Ferreiro tenemos al frente? Sin tener una estrategia de imagen pública, mensaje y comunicación clara vemos que el Alcalde electo de Culiacán, con su comunicación sin tener claro qué personaje desea que conozcamos. El puesto en el que está conlleva una serie de estereotipos y prejuicios que no podrá eliminar, como lo son la constante crítica y rechazo a las figuras institucionales de Sinaloa. Las preguntas claves aquí serían: ¿Su persona es capaz de conceptualizar un híbrido entre lo que el pueblo quiere, lo que el pueblo necesita y lo que él es o desea proyectar?; ¿El, o el equipo que está manejando su imagen, se ha preocupado por crear una estrategia que logre generar un fondo y forma coherente y congruente para su postura como figura pública? Es fundamental recordar que su reputación se ganó por una razón, la constancia y repetición de estímulos que los llevaron a ser percibidos de cierta manera; por ende, no pueden esperar a ser vistos de otra forma de la noche a la mañana. Tienen que aceptar el hecho de estar en el ojo del huracán, donde la crítica será constante; y a partir de este momento deben definir si desean moldear su esencia (si es que tienen la capacidad) para mejorar la percepción o simplemente seguir manejándose como lo que son: continuar con un cargo tan complejo de gobernar, o, bien una urgencia de Morena, para desmarcarse de este personaje que “no pone a dieta su ego, menos a su alta autoestima” y su absoluta verdad de la que se cree dueño. Sin afán de criticar a Estrada Ferreiro como persona, se analiza su caso como ejemplo de lo que sucede cuando no se sabe fusionar de manera correcta la esencia, con los objetivos planteados por su nueva profesión, como también de las necesidades de la audiencia. Esto da cabida a una reflexión importante, aquellos funcionarios que fueron figuras públicas (sobre todo del mundo del entretenimiento) deben entender que no por ser reconocidos serán aceptados automáticamente en su nuevo cargo; y, sobre todo, que al representar a los mexicanos y en especial a los sinaloenses hay que dejar de lado esas máscaras de la fama, pues está primero su responsabilidad y compromiso de dar resultados en pro del país y de nuestro querido Sinaloa. Es un hecho real y mas delante se podrá observar, que Morena y su gente más seria y pensante, como el Senador Rubén Rocha Moya, en muy poco tiempo se desmarcaran de Estrada Ferreiro, porque su conducta no coincide con las ideas de la izquierda, ni de Morena, ni de sus tribus, mucho menos coincide con la forma de ser, de la poca gente buena y pensante que tiene este partido, lo que es lógico suponer pronto saldrán mal con este personaje que será alcalde de Culiacán, máxime que Rubén Rocha es el candidato natural de Morena para la Gubernatura del 2021, no hay otro. Analícenlo y verán. Es más, calculo que ya anden mal entre ellos mismos.
GOTITA Y CHISPITA:
Es Importante que Ferreiro se autoanalice, pues de ello dependerá que la gente lo reconozca por lo que hoy representa, o sigan percibiéndolo como un funcionario poco capas y nulamente preparado para cumplir con sus funciones. Al final, la principal queja es esa, hay poca gente preparada para lo que se eligió -o al menos eso están comunicando por adelantado y decepciona la preferencia de popularidad o posicionamiento de una marca personal que sin estar aun en el poder, ya tiene un grave desgaste político. Esperemos estar equivocados y que demuestre su capacidad dentro del cargo y nos sorprenda para bien, porque sus declaraciones de que es muy recto y derecho, creo que nada más es de su profesión, donde busca lavarse las manos argumentando no pagar tenencia, por la simple razón de que es anticonstitucional, entonces el pago y cobro de servicios municipales como el pago del predial, y del agua potable, etc, también lo son o no. “Digo”. “Nos vemos el Lunes”…