La contienda que se avecina por la gubernatura en Sinaloa parece se dará entre “morenistas, pasistas y priistas”, claro está, podría ser perjudicial para estás tres plataformas políticas, que como buenos y experimentados practicantes del poder “centro – izquierdista e izquierdistas”, se lanzaron a los brazos del partido de Andrés Manuel López Obrador, algunos se orientan por la supervivencia política y empresarial, y otros, por agarrarse de una coyuntura política ganadora, sin escrúpulos, quienes quieren mantener esa hegemonía local en Sinaloa, sin importarles el desprestigio social que arrastran. Las mejores expresiones del poder son los excesos y la pérdida de la coherencia a la hora de actuar, como lo hace, el ex gobernador Jesús Alberto Aguilar Padilla, quien carece por completo de autoridad moral y de dimensión social, pero sobre todo carece de congruencia política entre lo que dice y lo que hace, pretendiendo imponer candidatos afines a sus intereses en algunos partidos y gente de su confianza en todas partes. Esto es lo que vienen experimentando en Sinaloa los integrantes de Morena y del PRI, simulando que no se dan cuenta, así mismo, simulan una unidad que no existe, ni existirá, sobre todo cuando está cantada una guerra descarnada entre los diferentes grupos políticos y tribus para arrebatarse desde “YA” unos a los otros las candidaturas en el 2021 y luego vendrán los enroques de poder que, sin duda alguna, provocarán un golpeteo interno y desgaste de sus principales figuras, tal como sucedió con Estrada Ferreiro en Culiacán, que ganó electoralmente por Morena y el PRI y los diversos grupos de poder le impusieron la mayoría de su gabinete y son los que mandan en el H. Ayuntamiento, Ferreiro está ahí de florero. Los destapes de forma tan apresurada de muchos actores de todos colores y sabores resortean y lanzan al vacío, para buscar algo que sabe imposible por la propia aceptación que los mismos morenistas utilizarán y así generar una capirotada política y, con ello dilapidar una raquítica participación de políticos depurados hacia el camino por la sucesión del 2021. Quirino Ordaz Coppel sabe que el año que está por venir no será sencillo por todas las negociaciones que los grupos al interior buscan a favor de sus propios intereses y no de Sinaloa como entidad. Es lamentable ver en lo que se ha convertido protagónicamente Sinaloa y el país, que en nada emula el discurso del propio Presidente AMLO, pues las huestes locales en Sinaloa eligieron revivir a los dinosaurios como las mejores armas para enfrentarse entre ellos mismos. Por ello se tendrá que modificar no una sino varias estrategias y actitudes para convencer al ex gobernador, Jesús Aguilar Padilla, quién se empeña en ser el salvador de la patria en Sinaloa e imponer candidatos a modo, donde posteriormente busca encajar a su gente para luego mostrar los tentáculos, dispersando una ideología ortodoxa y con una causa personal, confundir y ganarle la plaza a los morenistas y a los propios priistas que distan de una estructura falsa, porque tendrán las manos amarradas ante un escenario épico y contaminado. Ahora bien, ¿Dejarán los morenistas y priistas que el ex gobernador Jesús Aguilar Padilla se apropie de sus partidos y candidaturas? Sin duda a Jesús Aguilar Padilla hay que sugerirle que siga trabajando para el Partido Revolucionario Institucional y que no simule con sonrisas de falsedad todo aquello que alucina, y le caracteriza, sobre todo que ponga a dieta su ego, ya que con esa entonación de político de los “80s” que ensalza las palabras desgastadas y de recursos para convencer con su propia sinceridad. Algo debió hacer el ex gobernador sinaloense, Jesús Aguilar Padilla, para tener una pobreza electoral desde su llegada al tercer piso el 2005 – 2010. Eso sí, tal vez todo será mejor dejar llegar a un grupo que antes de tener una candidatura ya emula a quienes tanto criticó y con los que hoy se podría hacer un retrato muy idéntico por sus ambiciones y excesos de poder por el poder. 

GOTITAS DE AGUA:  

Semana tras semana, jugada tras jugada y emergencia tras emergencia sanitaria, el tiempo de esta nueva transformación del nativo de Cosalá, Jesús Aguilar Padilla, se va configurando cada vez más en ese terrible escenario de debate falso y de las revoluciones locales, además de las transiciones donde se privilegia lo urgente sobre lo muy importante. Por ello todo lo que venga en la batalla por la candidatura a la gubernatura en Sinaloa tendrá un color álgido desde la perspectiva de interés de los grupos políticos por reposicionarse y empezar a tomar rumbo en la elección que viene, ya que será toral partir en tercios a sus cuates, y así involucrar una minoría que está a la vuelta de la esquina. “Nos vemos el Lunes”…