Ocho periodistas asesinados en lo que va del año y un promedio de 25 comunicadores resguardados por la Fiscalía General de la República en la Ciudad de México refrendan que nuestro país sigue siendo un lugar en donde ejercer el periodismo es sumamente peligroso.
Y cuando muchos esperaban que junto a la cuarta transformación mejorarían las condiciones para ejercer la libertad de expresión, resultó que no y que el mal ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador de dividir en dos grupos a los periodistas, (llamando fifís y chayoteros a los que lo critican), ocasionó que en los congresos del estado y en algunos ayuntamientos de Sinaloa se replicara el mal ejemplo agrediendo a quienes trabajan en los medios de comunicación.
Así, tenemos que por ejemplo en Culiacán y Ahome se filtraron los nombres de quienes reciben recursos de los gobiernos municipales, pero lo que llama la atención es el caso de Guasave, en donde un comunicador, Julio Beltrán, ex reportero de Río Doce, creador de la página Guasave Soy, tuvo que ser sustraído del municipio por presuntas amenazas de una funcionario municipal, por lo que permanece casi en el exilio, bajo resguardo del gobierno federal que lo está protegiendo.
¿Qué hay de qué preocuparse?, por supuesto que sí. A diferencia de otros tiempos, los periodistas se cuidan ahora de las organizaciones de criminales y de quienes llegaron al gobierno arropados por la ola a favor de Andrés Manuel López Obrador.
El hostigamiento es palpable, al menos en el Ayuntamiento de Guasave en donde se cuenta con un sistema de vigilancia especial para periodistas a los que, en cuanto llegan al palacio municipal son seguidos y fotografiados; acosados como si fueran delincuentes o representaran un peligro para la sociedad.
Así no se puede hablar de respeto a la libertad de expresión, no al menos de quienes se supone deberían estar ahí para garantizar y cuidar que el ejercicio del periodismo se dé sin violencia. ´
Por que como dijo le Ricardo Rocha a AMLO, ¿Qué prefiere usted? Una crítica bien sustentada por o la expresión de alguien que le responda cuando usted pregunte la hora, la que usted quiera señor presidente.