Opinion

Pobreza en México y Sinaloa: el duro golpe de la pandemia

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Por Alex Méndez 09 Agosto 2021

Conciencia ciudadana

El 5 de agosto el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicó sus estimaciones de pobreza multidimensional 2020. Las cifras dan cuenta de la estocada que pegó a los mexicanos la crisis económica que provocó la pandemia de COVID-19. Así, uno de los principales resultados es el incremento de la pobreza en el país entre 2018 y 2020, la cual pasó de 51.9 a 55.7 millones de personas que viven en esta condición, lo que significa que aumentó de 41.9% a 43.9% el porcentaje de mexicanos que tienen al menos una carencia social y que no cuentan con un ingreso suficiente para adquirir la canasta básica.

 

Entre 2018 y 2020 también incrementó el número de personas en pobreza extrema, es decir, quienes viven con tres o más carencias sociales y no cuentan con un ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria. La cifra de personas en esta condición pasó de 8.7 a 10.8 millones de mexicanos entre ambos años: un aumento de 7% a 8.5% de la población total.

 

Asimismo, a nivel nacional, subió de 17.3 a 21.9 millones la cantidad de personas con un ingreso menor a la línea de pobreza extrema por ingresos. Esta línea equivale al valor de la canasta alimentaria por persona ​al mes y el incremento significa que 4.6 millones de mexicanos más ganaron menos de lo necesario para poder comer. También incrementó de 61.8 a 66.9 millones el número de mexicanos que tuvieron un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, es decir, el que se requiere para adquirir otros insumos además de la canasta alimentaria, como ropa, calzado, transporte o artículos de limpieza.

 

De igual forma, a nivel nacional, la cantidad de personas que no tuvieron acceso a los servicios salud aumentó de 20.1 a 35.7 millones, lo que significa que el porcentaje subió de 16.2% a 28.2% en el periodo señalado, una situación alarmante en medio de una pandemia. En cuanto a la carencia en el acceso a la seguridad social, este rubro no registró una gran caída, pero sí disminuyó, al pasar de 66.2 a 66 millones de personas.

 

En medio de un alarmante panorama nacional, es importante señalar que Sinaloa es uno de los trece estados donde la pobreza disminuyó y ocupa el cuarto lugar entre las entidades con mayor reducción en el porcentaje de pobreza, con 2.9 puntos porcentuales menos entre 2018 y 2020, solo después de Nayarit (-5.3 puntos porcentuales), Colima (-3.7) y Zacatecas (-3).

 

Así, el porcentaje de personas en situación de pobreza en la entidad en 2018 era de 31% y el año pasado fue de 28.1%, lo que significa que 74,100 sinaloenses menos vivieron en esta condición. También la pobreza moderada bajó, al pasar de 28.8% a 25.6%, es decir, de 862,300 a 779,900 personas, y hay más personas que no son pobres ni vulnerables entre un año y otro: 30.4% en 2018 y 31.7% en 2020.

 

Sin embargo, la pobreza extrema en la entidad sí creció de 2.2% a 2.4% y pasó de 65,600 a 73,900 personas en esta condición. También incrementó la cifra de sinaloenses que son vulnerables por ingresos, al aumentar de 7% a 8.2%, lo que muestra el golpe al salario que sufrió la población. Y esto se puede observar también al ver la cantidad de personas que tienen un ingreso menor al de la línea de pobreza, porcentaje que aumentó de 5.3% a 6.6%, con lo que pasó de157,300 a 199,400 habitantes que enfrentan esta situación de precariedad.

 

Todas estas cifras nos dejan ver una realidad ineludible: fueron los más vulnerables a quienes pegó con mayor fuerza el COVID-19 y es en ellos en quienes se deben centrar todos los esfuerzos, principalmente en aquellos que viven en condiciones de pobreza extrema, pues son millones de personas en México y decenas de miles de sinaloenses que, incluso teniendo un ingreso, este no les alcanza ni siquiera para alimentarse.

 

A los datos del Coneval se suman los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Inegi, según los cuales, la caída en el ingreso del trabajo en el país entre 2018 y 2020 fue de 10.7%. El ingreso corriente promedio disminuyó 5.8% y el ingreso trimestral por trabajo en un hogar fue de 32 mil 106 pesos, es decir: en promedio, todos los integrantes de un hogar mexicano sobreviven con 10 mil 702 pesos mensuales.

 

Y aunque los beneficios provenientes de programas gubernamentales subieron  50.4% de 2018 a 2020, el monto trimestral de los ingresos por transferencias en los hogares es de 8,871 pesos, es decir, 2 mil 957 pesos al mes. Tal como lo ha explicado el presidente del Inegi, Julio Santaella, esto no logra sustituir la caída de los ingresos laborales, los cuales conforman el 64% de los medios de subsistencia en los hogares mexicanos.

 

Con todos estos datos oficiales en la mano, y ante la imperiosa necesidad de no detener las actividades económicas pese a la tercera ola de COVID-19 y el aumento de contagios, será fundamental atender los diagnósticos de la crisis económica y sanitaria para replantear las estrategias y encaminar a México a un crecimiento económico sostenido y a una urgente recuperación de los ingresos.

 

 

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Alexandro Méndez es jefe de oficina de Recaudación de Los Mochis, doctor en

Administración Pública por la Universidad Anáhuac del Norte y profesor de asignatura en la

maestría en Administración Pública de la Universidad Tecnológica de México.