Opinion

Política Liquida.

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Por Carlos Flores Pompa 10 Mayo 2022

La Plomada

      Zygmunt Bauman, filósofo polaco autor del concepto “modernidad liquida” hace referencia a que la época en la que estamos viviendo se asemeja a la de los líquidos, presentando rasgos como la inestabilidad, la falta de cohesión, la carencia de una forma definida y casi caótica, diferenciándola de la etapa previa a la que llamaba “etapa sólida”, que se caracterizaba por ser ordenada, predecible, consistente y estable, además de promover la implantación de valores centrales de perduración, materializado en la construcción del denominado proyecto de vida, donde los trabajos, las relaciones de amistad, pareja y hasta la pertenencia política eran estables, largos, duraderos, en algunos casos de por vida.

      Antes de la modernidad liquida, las personas estaban enfocadas en cumplir con un plan de vida que les aportara estabilidad, hoy se encuentran en cambio constante, buscando reconstruirse, transformarse; En el plano Laboral, las personas buscaban ser contratados por empresas grandes y permanecían trabajando ahí por décadas, hasta conseguir una jubilación, Ahora, los seres humanos se encuentran cambiando constantemente de empleos y giros en cortos periodos de tiempo; En cuanto a las relaciones de amistad, durante la modernidad sólida en lo general se sostenían relaciones más confiables y duraderas, pocas, pero eran para toda la vida,  hoy en la modernidad liquida podemos tener miles de contactos en nuestras redes sociales, Facebook, Instagram, Twitter, Snap chat, etc. Pero no podemos asegurar que sean amigos de verdad; En lo concerniente a las relaciones de pareja, durante la modernidad solida era común tener solo un novio o pocos novios, casarse y durar en esa relación de por vida,  en contraste, en la actualidad las relaciones de pareja también son cambiantes y cada vez es más común observar personas divorciarse y volviéndose a casar hasta dos o tres veces, si es que se llegan a casar,  otra característica es el acercamiento, la globalización, la cultura de consumismo, la aceleración en los cambios y avances en la ciencia impulsada por la tecnología científica y de la comunicación.

     Al igual que las otras áreas, la política fue perdiendo consistencia y entró en un estado líquido, cambiante, reconstructivo, reflejo de la forma de sentir, pensar y actuar de las personas en esta modernidad líquida, donde el dogmatismo político pierde fuerza día a día. Ahora ya no se puede hablar de la perdurabilidad política en el poder de partidos, ni de personas, Todo lo que considerábamos perdurable y sólido se ha convertido en algo en constante cambio, incierto y hasta podría decirse un tanto caótico por la incertidumbre que se vive en los panoramas políticos.

     En el plano político, como en el trabajo, la pareja y las amistades, durante la modernidad sólida, se buscaba pertenecer o formar parte de instituciones duraderas, que proveyeran seguridad y estabilidad, lo mismo pasaba con la ideología, valores y relaciones de los grupos que ejercían el poder. En México tuvimos un partido que monopolizó el ejercicio del poder durante más de 70 años y todos quienes aspiraban formar parte de la vida política del país buscaban pertenecer y destacarse en él, si no estabas dentro de este bloque político sólido, no existías políticamente hablando.

     Se puede decir que la entrada de la política mexicana en la modernidad liquida se da con la creación del IFE (ahora INE) al quitarle al gobierno la conducción y calificación del proceso electoral, ya que, con la llegada de este órgano autónomo, sus reglas y el sistema establecido, se perdió la solidez y seguridad de victoria eterna del mismo único partido.

Cambios acelerados o acelerada liquidez.

     El PRI duró 70 años en el poder etapa que representa a la modernidad sólida, lo que era estable y perdurable, con la llegada de la modernidad líquida ocurre el primer cambio y el PAN arriba al poder durando en su ejercicio 12 años, posterior a ello, la necesidad de las personas de reconstruir su identidad política cambian una vez más, haciendo ganar al PRI nuevamente, quien solo dura 6 años dirigiendo al país, los ciudadanos haciendo gala de la característica cambiante de esta época liquida, cambia otra vez, ahora por MORENA, aquí debemos resaltar que el tiempo en que la ciudadanía ha cambiado de opciones se ha venido acelerando, los ciclos de cambio se acortan y también es común ver políticos cambiando de partidos, ideologías y hasta de género, con tanta facilidad en cortos periodos de tiempo, la tendencia nos dice que efectivamente las preferencias partidistas como las ideológicas dejaron de ser sólidas, en gran parte por el uso de las tecnologías de comunicación, otro indicativo del aceleramiento en el cambio de preferencias lo acabamos de vivir con el ejercicio de revocación de mandato donde cerca de 15 millones de personas de los 30 millones que votaron por el presidente Andrés Manuel López Obrador en solo 3 años cambiaron de parecer o por lo menos ya no demostraron apoyarlo como en un inicio.

     Otro aspecto importante a observar, es que la sociedad está perdiendo el sentido de comunidad, donde su forma de pensar y actuar, crea y refuerza cada vez más una tendencia hacia el individualismo, las personas están dejando de creer en los partidos, en las instituciones, en los  grupos, en salvadores, en las soluciones o proyectos mágicos o milagrosos y se enfocan más en sí mismos, en encontrarse, que realmente no es encontrarse, sino más bien reconstruirse en un proceso que será siempre inacabado, por lo que estarán en permanente y constante cambio.

     Aunque la mayoría de las personas son parte de la dinámica liquida aunque ellos no lo sepan, en contraste, aún hay muchos que se resisten a los cambios constantes y acelerados que presenta esta nueva modernidad, incluso hay grupos y movimientos que añoran y buscan regresar a los tiempos sólidos, tratando de imponer un régimen hegemónico que dure por lo menos otros 70 años pero podemos apostar a que la tendencia y la inercia cambiante y reconstructiva de este mundo globalizado y líquido, terminará por vencerlos teniendo como aliado al tiempo que no perdona nada ni a nadie, lo único que podría frenar o desacelerar estos cambios sería que el país y sus ciudadanos fueran aislados del resto del mundo, mediante la implantación de un régimen totalitario como en Corea del Norte.

     En esta época no es recomendable apostarle todo a que las ideologías y los partidos duren mucho en el ejercicio del poder, tampoco podemos tener garantías de que los mismos grupos  siempre militen en los mismos partidos, solo hay que ver cómo cambian de parecer nuestros políticos constantemente, hoy se odian, mañana se aman, hoy son aliados, mañana traidores o viceversa, hoy se ofrece desmilitarizar el país, mañana siempre se militariza, hoy se someten a juicio político, mañana son el dúo dinámico, hoy niego pensiones a viudas de policías, mañana siempre si se les entrega y así podríamos continuar,  lo único que podemos apostar en esta modernidad liquida es al cambio y la reconstrucción constante de la sociedad y los individuos.

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