Opinion

PRAGMATISMO DE QUIRINO…

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Por Benjamín Bojórquez Olea 17 Septiembre 2019

SOBRE EL CAMINO

“Cada día es más difícil la tarea de gobernar”, lo dijo con sabiduría Leopoldo Sánchez Celis en el mensaje de su último año de gobierno en diciembre de 1968 y cuánta razón tuvo el recio y eficaz cosalteco, reconocido como uno de los mejores gobernadores de Sinaloa de todos los tiempos y desde esa fecha hemos leído y consultado la hemeroteca jurásica política sinaloense de gobernantes que han ocupado la silla más representativa de Sinaloa. En efecto ante este escenario alfabético hemos hecho este pequeño comparativo y no podemos dejar pasar la seriedad y el orden de Alfredo Valdez Montoya; el liderazgo bravío de Alfonso G. Calderón; la funcionalidad de Antonio Toledo Corro; la fineza visionaria de Francisco Labastida Ochoa; la facilidad parsimoniosa de Renato Vega Alvarado; el talento y sapiencia política de otro gobernador que cambio la vida contemporánea y amplió las divergencias de la cultura política de Sinaloa como Juan S. Millán Lizárraga; la sobriedad de Jesús Aguilar Padilla, la sensibilidad y el sentido popular de Mario López Valdez y, por último, un hombre de “carne y hueso” que ha ampliado las avenidas como todo un facilitador, y transformador de diálogo y cambios sustanciales en política, más humano, equilibrado y pragmático como Quirino Ordaz Coppel. No ha habido gobernador de Sinaloa que haya carecido de problemas y de crisis coyunturales, pero todos han podido salir airosos de las situaciones más difíciles. Todos han tenido sensibilidad y tino para gobernar con equipos más o menos competentes, sin embargo, el actual gobernante posee virtudes personales que no pueden dejar de reconocerse. Si bien es cierto que en su equipo sobresalen Sergio Torres Félix, Javier Lizárraga Mercado, José de Jesús Gálvez, Osbaldo López Angulo, entre otros. Quirino Ordaz Coppel les ha dado el ejemplo de la buena gobernanza. Es de justicia reconocerle a Quirino, carácter, capacidad, su rápido aprendizaje, lenguaje verbal y corporal, aguante frente a los múltiples problemas que ha tenido que sortear durante sus dos años y nueve meses de mandato. Le han caído sequías, inundaciones indómitas, heladas, desplome en los precios de los granos, especialmente del maíz; violencia derivada de las acciones del crimen organizado y un sinfín de problemas, más las críticas que tirios y troyanos le hacen al hombre nacido en la Perla del Pacifico, Mazatlán, Sinaloa. Sabemos que el deporte más generalizado en la política es criticar a los servidores públicos con o sin razón, pero dígase lo que se diga, Quirino Ordaz Coppel es un hombre de origen humilde, forjado en la cultura del esfuerzo, emprendedor y comprometido con las causas de los que menos tienen, con espíritu conciliador y humano. En una palabra Quirino es una persona con más virtudes que defectos, que sabe llamar a las cosas por su nombre, con carácter para gobernar y para poner a cada quien en su sitio. Por ello el buen gobierno de Quirino Ordaz Coppel se ha caracterizado por la participación, legalidad, transparencia, responsabilidad, consenso social, equidad, eficacia y sensibilidad. Todos estos factores se han aplicado durante el proceso de decisiones que conforman la gobernanza. Además de tomas de decisiones, el buen gobierno del ejecutivo estatal ha establecido que los indicadores de corrupción sean mínimos, escuchar y atender las demandas de mayorías y minorías, escuchar a los grupos más vulnerables y fortalecer lo que llamaríamos visión de Estado, en lo que figura la atención a las necesidades presentes y futuras de la sociedad.

GOTA Y CHISPA:

Cuando las circunstancias son adversas para él y para Sinaloa, su actitud no deja de ser alegre y jovial. Eso se le reconocen amigos y adversarios connotados. Se dice que es admirable el aguante y la serenidad que muestra el actual gobernante en momentos terribles. Ha tenido sabiduría y tino al tener un manejo impecable sustentado de ser un gobernador ciudadano, alejado de los partidos políticos, en pocas palabras, siendo él y con ese toque fino. Es conciliador y no conflictivo, amistoso y cordial. Se maneja con dignidad ante todos los partidos políticos. Todos le reconocen su astucia y determinación y eso es una gran ganancia para un ser humano que se forjó muy abajo, luchando y trabajando desde niño, sin tintes ni brillos culturales, sin arrogancia, pero con un indomable espíritu de superación que le ha dado los mejores resultados y lo ha llevado a las alturas de ser gobernador de Sinaloa, el máximo cargo al que un sinaloense puede aspirar: creo que ese es el Quirino que la gente quiere. “Nos vemos Mañana”…