Opinion

¿Qué sucederá con el bastón presidencial?

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Por Benjamín Bojórquez Olea 04 Octubre 2023

Sobre el camino

Lo dijimos ya en este espacio y volvemos a insistir en el tema, ¿Cuál era la canción con la que aquel legendario flautista hechizó a los niños del poblado de Hamelín? ¿Y el famoso canto de las sirenas que, se dice, provocaba la desgracia de los marineros? Seguramente, algunas que resultaran muy convincentes como que para que los niños abandonaran su pueblo y aquellos otros se arrojaran al mar sin pensarlo dos veces.

Las piezas se comienzan a posicionar en el tablero de la política mexicana. Sí, son notas musicales que reproducen los corifeos de la llamada Cuarta Transformación.

No es de extrañarse que, por parte del partido oficial, la mejor campaña con miras al proceso electoral se desarrolle en el templete de esa inapropiada tribuna que se colocó en uno de los patios del Palacio Nacional. Desde ese espacio se ha determinado la narrativa que siguen y defienden, al pie de la letra, todo fiel seguidor y quienes han hallado una mina de oro para sus bolsillos, en fin, cada quien defiende sus propias parcelas bajo los lemas más simplones que nos podríamos imaginar. Pero son tiempos de quebrantar el sigilo para que el proselitismo sea el que determine cada movimiento.

Pero hay otra consideración con una pregunta muy simple, ¿la oposición será capaz de revertir al mágico flautista de este Hamelín tropical? A fin de cuentas, quienes se encuentran detrás de la nueva figura tutelar de la oposición conocen los hilos necesarios para construir una narrativa que puede crear su propia melodía.

Para establecer el obradorato, tal como lo pretendió hacer Plutarco Elías Calles con el Maximato en 1928 y hasta 1934 con el inicio del gobierno del General Lázaro Cárdenas, López Obrador decidió replicar el mismo ejercicio y por ello, seleccionó a la aspirante que considera la más adecuada para cumplir con esta función. Esa que traerá cadena de mando operada desde Tabasco.

Cree, estimado lector, que la decisión más importante de López Obrador la iba a dejar al garete, en manos de las casas encuestadoras o del "pueblo sabio y bueno", pues claro que no, al contrario, desde que ganó la elección en 2018 estuvo maquinando el método que le asegurará mantener el poder mediante interpósita persona, después de que termine su gestión el próximo 30 de septiembre de 2024.

Desde luego, para que Sheinbaum se siente en la silla presidencial, falta transitar por un largo periplo plagado de grandes escollos que le será complicado sortear.

Hay dos "pequeñísimos detalles" que tienen el Presidente, y por supuesto Claudia, que resolver para cristalizar el sueño de que la 4T siga en el poder.

El clásico voto por voto y casilla por casilla que inventó López Obrador a propósito del supuesto fraude que padeció en la elección presidencial del 2006, en donde perdió ante Felipe Calderón, volvió a relucir, pero ahora entre morenistas, particularmente entre los seguidores de Marcelo Ebrard, quienes ha dado cuenta puntual del fraude y el nivel del desaseo en el cómputo de las boletas, así como el manoseo de los resultados de la encuesta madre, que solo un ciego no ve la igualdad y la parcialidad con la que se manejaron los escrutiñadores de la sede central de Morena que se maquinó burdamente.

El excanciller estaba dispuesto a aceptar los resultados en caso de que le fueran desfavorables, sin embargo, ante el cochinero que hubo en la jornada electoral, pues no aceptará un premio de consolación, como se ha mencionado que podría ser el Senado, sino que buscará que prevalezca la justicia y la sensatez.

GOTITAS DE AGUA:

Está claro que los caminos alternos que tiene el "carnal" Marcelo son dos, aunque los malosos refieren tres: uno, buscar el cobijo de MC, de Dante Delgado; dos, retirarse de la vida pública, y tres, esperar a que se le haga bolas el engrudo a Claudia Sheinbaum para que ocurra un cambio de señales que obligue a AMLO a cambiar de candidato. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…