El escritor uruguayo, Mario Benedetti, apuntó que había pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio. Por eso, en éste arranque precipitoso de la sucesión del 2021 en Sinaloa, hay cosas tan ruidosas que no sólo son insignificantes si no que, ya no llaman la atención. Sí algo nos enseñó el periodo de desgastes de la vida contemporánea en Sinaloa y el país es lo que no deberíamos ver durante los adelantos y mucho menos en campañas. Es decir, más de lo mismo. Porque la infalible lluvia de descalificaciones, y de malos intentos de los pretensos de posicionarse como el hombre más bueno, es un gran espectáculo que ha divertido un rato pero que cayó en la lisonja. En ese sentido se vienen seguramente coaliciones dejando atrás una necesaria novedad para partir en tercios la nueva estrategia para llegar al poder. Sin embargo, es curioso, ver un movimiento paralelo a una campaña política cuando ni siquiera se tiene un plan, sino todo lo contrario, dictar la agenda social y liberar a los muertos para agenciarse el odio que mutuamente se tiene del político sin menospreciar voluntades ajenas. Aun no se han dado cuenta, que la búsqueda por el poder tiene un sinfín de airosidades que distan de llenar formularios y arrancarse la cabeza antes de tiempo. La racionalidad juega un papel preponderante, ya que estimula la polarización, y con esos lanzamientos de personajes tras el poder es un claro mensaje que deben evitar los encumbrados políticos y tecnócratas, que lejos de los experimentos políticos socaban en lo más profundo de la sociedad. Harían bien los pretensos en bajarle dos rayitas y minimizar el uso de los logos de sus partidos políticos. Porque hemos llegado a un punto, en el que si se tuviera que elegir sólo por partido y no por candidato, la participación electoral sería la más baja de la historia de las democracias modernas. Sin embargo, la conformación de un gobierno eficiente y que pueda garantizar resultados estructurales tiene -por la naturaleza de nuestro sistema político- que pasar por los partidos y el papel que juega la división de poderes en Sinaloa. El llamado comodín del tercer piso tiene el sartén por el mango, dude quien lo dude, es la fuerza en la creación de equilibrios. Ese comodín se llama, Quirino Ordaz Coppel, que lejos de utilizar el bisturí político en Sinaloa, será el que marque la agenda en el 2021. Seguramente y es normal que se instalen aceleres de quienes no son juez y parte. Pero ante todo este escenario, considero que conforme avancen los meses el concepto tendrá que ser verdaderamente contemplado y el comodín y fiel de la balanza es el que ocupa la silla más representativa de Sinaloa. Vemos pues, que en política la verdad importa menos que las primeras impresiones o la zozobra. Pero también es cierto que cómo dijo el vigésimo presidente de Estados Unidos, James A. Garfield; “la verdad te hará libre, pero primero te hará miserable”. Esa cultura política de los llamados aspirantes a ocupar el máximo cargo público en Sinaloa es difícil y requerirá un personaje fuerte que pudiera garantizar certeza y condiciones. Los tiempos no son los mismos. Sin duda ya no hay manera de frenar la sucesión, pero de lo que si estamos seguros, es que Quirino Ordaz Coppel ordenará y preparará al nuevo ocupante del tercer piso.
GOTA Y CHISPA:
La cacería como método primitivo de supervivencia nunca se extinguió. Simplemente las herramientas y las técnicas han cambiado. No es lo mismo cazar a un búfalo con una lanza que con un rifle de alto calibre y con mira telescópica de alta precisión. Ni lo es cazar a un pato con una resortera que con una escopeta que arroja al menos media decena de perdigones. Porque en ese caso, por cada disparo realmente disparas seis y con que un par alcancen al objetivo, la suerte de quedarse con el premio, vivo o moribundo, es mayor. En ese sentido, el arte de la caza y sucesión en Sinaloa ha dejado de ser un deporte olímpico; fino y preciso. Ahora a golpe de Twitter, Facebook e Instagram se forma el denominado “buzz” o ruido mediático y más temprano que tarde se convierte en una nota periodística. Ese mismo proceso aplica viceversa. De ahí que el destino del animal político de pronto se torna incierto. Ya con eso de entrada, lo que se ve es un intento de escandalizar. Se ve y se siente la eterna cacería de brujas, que se ha tornado brutal hasta para los mismos medios, porque las coincidencias a mi criterio no existen. “Al tiempo”. “Nos vemos Mañana”…