Opinion

QUIRINO

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Por Benjamín Bojórquez Olea 08 Enero 2020

SOBRE EL CAMINO

Uno de los ciudadanos más talentosos y hábiles en el actual panorama político en Sinaloa. Advierto en Quirino a un cerebral y frío jugador de ajedrez, gran operador y tejedor. Me explico: Fiel a su estilo, Quirino busca generar esa unidad de todos, y sin perder de vista, los partidarios que deshojan ese andamiaje político rebelde donde han concentrado su discurso promovido por una transformación que ni siquiera existe, peor aún, la satanización de la actual Morena. De la misma manera como lo hacen algunos partidarios de la idiosincrasia, y por ende, que tienen las baterías recargadas a los grandes y perversos actores neoliberales, en consecuencia todo va encaminado a convulsionar Sinaloa, sin arrastre, pero motivados por movimientos efímeros y sin tanta trascendencia social. Quirino con maestría mueve las piezas con sigilo y con un amplio margen de que mientras unos hacen grilla, Quirino hace una mezcla entre política y ciudadanía. Desde hace algún tiempo he pensado que Quirino es uno de los ciudadanos con gran influencia en todas las avenidas y arterias del estado sinaloense, lo considero superior a muchos actores que se consideran reyes del amarre y control político de Sinaloa, los nombres los omito por respeto, sin embargo, la itinerancia de Quirino tiene un ingrediente que para vivir se requiere dormir menos, embestir cuando el prologo y el epílogo son fundamentos básicos de la paciencia y de la lectura política, porque en mi percepción a los demás actores del dinero en Sinaloa les gana el temperamento y accesos atrabiliarios. Por ello deducimos en que Quirino es un gran concentrador de voluntades y capaz de las alianzas más insólitas. En suma, Quirino tiene todo lo que necesita tener un político de gran calibre. Lo que advierto en Quirino es que su verdadera consistencia, la estrella que lo guía, es sobre todo su apetito personal de compartir el poder, cosa que muchos se sienten aturdidos por ese margen, ya que su gobierno lo dice todo, un gobierno hibrido en toda naturaleza y expresión de la palabra. El asunto es si el poder es un fin o como lo ha pregonado Lázaro Cárdenas, es ante todo un medio. Sostengo que para Quirino el poder es un fin sui generis y compartido. Hay otros hechos que también me han llamado la atención, su forma de ser es sinónimo de amistad que ha construido con el jefe de palacio nacional y es así mismo muy solida y va a la alza. En el contexto político en Sinaloa a ese radicalismo de izquierda Quirino ha maniobrado y ha mantenido un ambiente de cordialidad y diálogo hacia sus detractores convirtiéndolos en aliados, lo que significa que su papel como gobernante es en apego a que le vaya bien a Sinaloa. Quirino ha sido ese conciliador entre la izquierda y derecha, dándole solución a diferencias que a diferencia de otros han fabricado debido a los intereses por el poder.

GOTA Y CHISPA:

Es importante destacar que Quirino Ordaz Coppel ejerce un gobierno más abierto, lo hemos dicho en varias ocasiones, eso a mi criterio lo ha consolidado, además de mantener intacta su popularidad. Quirino a sus tres años de gobierno ha catalizado distintas formas de mantenerse a pesar del desgaste natural, donde otros gobiernos que llevan un año y contando ya traen en sus espaldas un desgaste más importante en relación al déficit de credibilidad. Por lo tanto, considero al gobernante sinaloense como un “NO” político y si un ciudadano común, un ciudadano que está generando más empatía, sin miedos, con esa purga de pensamientos. Quirino ha traído al Estado sinaloense frescura y esa lucidez contemporánea, con sus agudas nociones para enfrentar una sola línea de respeto a la legalidad entre los tres órdenes de gobierno. La pluralidad de Quirino ha sido sinónimo de equidad, de cambio y acción. “Nos vemos Mañana”…