Opinion

Recuperar la Ilusión

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Por Leonardo Zamora 12 Diciembre 2022

Mi opinión

Las ilusiones dependen de las emociones.

Es importante hoy más que nunca cuidar de nuestras emociones.


El ser humano funciona a través de sus pensamientos. Tenemos 18,000 a 20,000 diarios, pueden ser positivos o negativos, se procesan en el subconsciente para luego convertirlos en emociones.

Los Pensamientos  Producen Emociones, Las Emociones Producen Ilusiones.

Cuando uno tiene una ilusión y la pierde, es más duro desde el punto de vista de las emociones, que lo qué pasa cuándo sufres un primer golpe.

Debemos aprender a controlar los pensamientos y emociones para no perder las ilusiones.

Por eso es importante que tomes en cuenta las siguientes consideraciones:


1.Ser conscientes de nosotros mismos.   }

Reflexionar sobre cómo eres, como actúas . Nuestros yo ’s deben estar bien alineados.                                                    

El yo qué soy       

El yo qué creo ser.  

El yo qué los demás ven en mí.  

El yo qué proyectamos en las Redes Sociales.         

                                     

2. Cuándo enviamos mensajes al exterior con imágenes distintas a las que realmente somos, nos están causando mucho daño, es difícil controlar nuestras emociones, dando como resultado sufrir una pérdida de las emociones.

3.Ser conscientes y exigentes con nosotros mismos, pero con consideración.   

Voltaire decía: “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”.   Que no te paralicen tus acciones por exceso de análisis, las oportunidades no dan espera.   

Tenemos que aprender a aceptar nuestras derrotas y nuestras circunstancias, debemos entender que no podemos controlar todo. Tener la flexibilidad de aceptar lo qué está ocurriendo a nuestro alrededor, aceptar las cosas tal cómo son.

4. Tener Metas y Objetivos Grandes. 


La vejez llega cuándo son más nuestros logros y recuerdos, qué las nuevas metas que nos inspiran, que nos motivan que nos mueven. No dejar de tener metas grandes que las vayamos logrando con las pequeñas actividades de todos los días.

Una vez que logremos alcanzar la meta, necesitamos fijar una nueva que tengamos la ilusión que nos motive alcanzarla, siempre tener ilusiones para lograrla.

5. Trabajar la Voluntad.


Enfrentar situaciones personales difíciles que nos cueste trabajo. 

 No tomar salidas falsas o desviaciones de nuestra atención a otra cosa menos importante y que requiere menos trabajo.

Cuando nos sentimos tristes y aburridos, tomamos salidas para distraernos en lugar de atender el problema que produce la situación en la que nos encontramos.   

6. Aprender a Educar la Atención.         

No tener “mente de mono”, brincando de un lado a otro con pensamientos que solo nos llenan de preocupación, ocasionando vivamos un estado extremo de presión.  Si logramos fijar nuestra atención vamos a ser más resistentes, más resilientes ante los problemas que tenemos alrededor.


7. Aceptar las emociones.   

 No negarlas, no intentar ser totalmente ajenos a ellas.

Entenderlas, procesarlas, comprenderlas, cuando las negamos o no las enfrentamos correctamente, terminarán cobrándonos factura, que al final producirán enfermedades.                Debemos tener cuidado en procesar, entender y dar a conocer al exterior nuestras emociones más adecuadas que expresen nuestro modo de sentir del momento.


8. Educar  el  Optimismo.                            

Pero lo más importante , a pesar de todas los pensamientos y emociones positivas o negativas, debemos siempre practicar el optimismo.                                                  

 La metáfora de la botella medio vacía o llena, nos indica los beneficios de ver siempre la vida cómo una botella medio llena, con optimismo viendo y descubriendo las cosas buenas de la vida. Educar el optimismo no es tan complicado como parece. Es un trabajo artesanal, aprovechar cada detalle pequeño o grande que vivimos todos los días.

Lo vamos formando con nuestros pensamientos que traducimos en emociones y acciones positivas.



Nos lo vamos ganando cada día a través de las acciones y un esfuerzo continuado.

El ser optimista no es algo automático, algo que se nos da o se nos venga de repente. Todo lo contrario, si no lo promovemos, si lo dejamos lo perderemos. Por eso, es importante dar la importancia que se merecen, a las pequeñas acciones, convertirlas en positivo y con la suma de todas conservaremos el optimismo.

El optimismo es una parte clave de la resiliencia, la fortaleza interior que nos ayuda atravesar los momentos difíciles. Ser optimista no es ignorar los hechos o ver todo color rosa. Es decidir y analizar las situaciones desde una perspectiva positiva.

Podemos escuchar a otros sin contagiarnos de su pesimismo. Al contrario, alentarlo y contagiarlo con nuestro optimismo, adoptar una mentalidad de aprendizaje. “Ojo”, cuidado, 

las personas que pierden el optimismo, esa felicidad emocional, perderán sus ilusiones.

 Anteriormente se pensaba que las células cerebrales, las neuronas no eran reemplazables, sin embargo, ahora sabemos qué no es así.

Hay un fenómeno llamado Neuroplasticidad ¿Qué es?

Se denomina neuroplasticidad a la capacidad del cerebro para flexibilizarse, adaptarse a distintos cambios y situaciones vitales.

Es decir, no es un órgano estático e inmutable cómo se pensaba, nos permite enfrentar mejor las cosas, aprender cosas nuevas que nos permitan crear el optimismo cuándo no lo hay.

Ante las complicadas y turbulentas situaciones qué estamos viviendo actualmente, pareciera que las evitamos, le sacamos la vuelta, preferimos salirnos por una puerta falsa.

Necesitamos detenernos a pensar, hacer un esfuerzo, cambiar el pesimismo por optimismo, ver la botella medio llena en lugar de verla medio vacía, así fijar nuevas metas qué nos motiven a mantener nuestras ilusiones. Y de repente miras hacia y te das  cuenta de que ya no eres el mismo, que todo es diferente, que todo ha cambiado.



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