Rocha se convirtió en un desalmado asesino
Por Juan Manuel Partida 01 Agosto 2023
Altoparlante
Qué triste es ver que además de aliado del
narco y corruptísimo, Rubén Rocha Moya se convirtió en un desalmado asesino.
Dónde quedó, y desde cuándo, aquel ser humano
que parecía ser un hombre decente.
Hoy vemos a un político muy hipócrita que un
día sí y los otros también traiciona sin pudor a todos los sinaloenses de bien.
Tres hechos recientes nos pintan al gobernador
como cómplice de asesinos, y por lo tanto como un homicida.
Porque tanto peca el que mata a la vaca como el
que le agarra la pata.
Lo probaremos con referencias sobre hechos
conocidos por todos.
Primero, la tragedia de ocho bebés muertos como
consecuencia de las condiciones infrahumanas en que sostenían a familias de
jornaleros agrícolas contratados.
No hay responsables, porque a nadie en el
gobierno le importó castigarlos.
Poco después dos jóvenes fueron levantados y
asesinados en Guasave, con el mensaje de uno de ellos acusando a la Marina
Armada de México de habérselo llevado.
Las familias se manifestaron exigiendo castigo
a los responsables, pero tampoco se actuó.
La fiscalía salió con la ocurrencia de que no
fueron marinos, sino criminales con vestimenta oficial.
Más recientemente, lo mismo en Navolato, con
una postura oficial secundada directamente por el propio Rocha Moya: fueron
falsos marinos, clonados.
En el primer caso, la complicidad criminal del
gobierno queda ahí en la grave omisión.
Vemos en los otros dos un pretexto armado a
conveniencia para solapar asesinatos cometidos por el gobierno.
El decomiso o el montaje de un vehículo falso
de la Marina, y uniformes hechizos.
Y listo.
Cada vez que el ejército, la marina, la guardia
nacional o la policía asesine inocentes, la postura oficial es que fueron
criminales disfrazados.
Cierto que no hay en esto mucha novedad, porque
el gobierno siempre ha protegido los crímenes cometidos por las fuerzas
armadas.
El problema es que los de ahora dijeron que
iban a ser diferentes, y salieron peores.
Ahí está lo que recién se conoce sobre los 40
de Ayotzinapa, con testimonios oficiales de que todo el gobierno participó en
la desaparición y el asesinato de los estudiantes.
La verdad señala al Ejército y a la Marina, y
por eso Lopitos es otra vez cómplice desvergonzado.
Rocha y López son igual de asesinos.
Ponen cara de inocentes y hablan mucho de
justicia, porque son muy miserables y no les importa solapar asesinos.
Si los responsables son criminales o gente del
gobierno, para el caso es lo mismo.
Las familias sufren la pérdida de sus seres
queridos, y enfrentan además la burla del gobernador y del presidente.
Son muy hipócritas y nada cambiará hasta que
los saquemos del poder a punta de votos.
Qué pecado cometimos para tener que soportar a
Rubén Rocha, narco, corrupto y desalmado asesino.