Opinion

Se busca la realidad…

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Por Benjamín Bojórquez Olea 20 Julio 2020

SOBRE EL CAMINO

Estos más de 100 días que hemos permanecido subyugados a las situaciones provocadas por la pandemia del Covid-19, además de modificar sustancialmente muchas de nuestras dinámicas sociales, nos ha hecho replantear más de una vez, si nuestra forma de ser y estar en este mundo, país, ciudad o pueblo, son o han sido las adecuadas. Y es natural, pues si bien, en México, adolecemos de certezas en nuestra vida diaria desde siempre, también, siempre habíamos encontrado los resquicios por los cuales seguir transitando de manera optimista, esperando con más fe que razón, que el día de mañana fuera mejor que el de hoy y, cuando la ahora mal llamada 4T arribó al poder, muchos pensamos, que ese día de mañana mejor que el de hoy, finalmente llegaría. Que dura ha sido la resaca… la resaca de ver en un rincón de la infamia a este movimiento que nos había colmado los corazones hace tan poco tiempo atrás. Específicamente, en el caso de Sinaloa, uno de los Estados adónde la gente más se apostó por la tan anhelada transformación, es también hoy, una de las Entidades, adónde esa desilusión se aproxima en un cúmulo de emociones. Con un gobernador al que busca entender a la sociedad, pero los resultados por parte de la secretaría de salud y su titular no son los más elocuentes y, sobre todo contundentes; un Alcalde de Culiacán meramente de ornato y de florero, que si esto fuera una película, aparecería en los créditos como “ÁRBOL NÚMERO 3” y muy seguramente, alegando violencia política de género… su argumento favorito, con el que pretende eclipsar su total falta de capacidad administrativa y de liderazgo, además de esa incapacidad de diálogo con todo aquello que se justifica por la falta en sus aperturas en sus negocios, ya que el señor grado 33 de Culiacancito dilapida el funcionamiento en la técnica y en el sentido común. Además de tener de lejos, a muchos de los peores Alcaldes de la historia y, me atrevo a decir el peor Alcalde que ha tenido la capital de los Once Ríos. El Alcalde no entiende que, cuando un sistema es sometido a un cambio increíblemente profundo, extremo, agresivo, solo pueden pasar 2 cosas, que el sistema no sea capaz de soportarlo y desaparezca o ese sistema que nunca volverá a ser el anterior, transforma la adversidad en un proceso de aprendizaje, que le lleva a un nivel superior…Pero ya todos sabemos, lo que sucederá con la 4T muy pronto. Los ciudadanos, hoy más que nunca, hemos aprendido que, para poder, no basta con querer; que el liderazgo no es estatus ni una posición, sino inspiración, transformación y hoy mismo, necesidad de disrupción, algo que les es ajeno a muchos personajes de la vida pública en Sinaloa. Personajes a los que sus limitaciones no les permiten ver incluso en medio de la peor crisis del mileno, que si bien, podemos ser distintos, no significa que debamos ser distantes, y mucho menos, cuando esa distancia insana que se traduce en conflicto, nos impacta directamente, con el caos que los ciudadanos nos estamos fumando día con día. Aun en medio de esta oscuridad llamada Coronavirus, podemos ver con claridad y sin caer en juicios discriminatorios, que la salud no es un accesorio de la vanidad, sino una obligación para el buen vivir y sin duda alguna, también para el correcto ejercicio del poder. Los griegos ya lo decían hace más de 2 mil años, “mente sana en cuerpo sano”, algo profundamente importante para un gobernante que debe conducir a una sociedad por caminos complejos y realidades volátiles. Por lo anterior, está perfectamente a la vista, lo que requerimos los sinaloenses, nuestra entidad, nuestra capital, los 18 municipios que conforman Sinaloa, no solo para lograr salir lo menos dañados de esta crisis, sino para de una vez, transformar nuestra realidad y llevar a Sinaloa al lugar que se merece. Sigo pensando que Sinaloa necesita un liderazgo capaz de inspirar, de movilizar, un liderazgo que pueda crear una visión compartida, ilusionante para todos, alineando mentes y corazones, convenciéndonos de que juntos, somos más inteligentes que uno solo y que juntos también, es como llegaremos más lejos. 

 
 

GOTITAS DE AGUA: 

 
 

Hemos seguido con detenimiento esa EMPATÍA y ese EMPEÑO que le ha imprimido el gobernador sinaloense, sin embargo, también se necesita de ese CARÁCTER transparente que genere la sensación de integridad, fiabilidad, coherencia, no de perfección ni la de un beato con dedo redentor, sino un liderazgo que haga exactamente lo que diga, y que su mensaje más poderoso no sea una retórica anacrónica sino su propia vida y ejemplo a través de sus decisiones. Es este gobernador que busca provocar una unidad social genérica, en donde su VISIÓN sea lo suficientemente poderosa y clara, porque no es posible unir corazones bajo una convicción, si no hay un sitio al que llegar. A mi criterio vuelvo a insistir en la falta de una real GESTIÓN DE RIESGO, ya que la sociedad no estaba acostumbrada y tampoco anticipada para vivir un escenario tan complejo y atroz como lo es la enfermedad de COVID-19. “Nos vemos Mañana”… 

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