Se requieren más Millanes en Sinaloa"...
Por Benjamín Bojórquez Olea 19 Septiembre 2023
Sobre el camino
A mi juicio, las intenciones y las formas de los gobernantes, en
mi opinión, son ese punto de equilibrio para una gobernanza cargada de paz, que
permita realizar una política astuta, gallarda y tenaz.
El tema
de Juan S. Millán Lizárraga como persona y político ocupa mi
atención en esta reflexión, pues Millán es irrepetible. ¿Cuál
es la verdad sobre Millán? Quien busca realizar y encontrar esta
respuesta requiere de un tratamiento más prolijo, más detallado y largo, que
permita llegar a la verdad del asunto. La gobernabilidad es toral hoy en día,
pues la velocidad de la información es brutal, por lo tanto, se requiere mucho
tacto para adelantarse a los acontecimientos y siniestros que durante un
sexenio convive un gobernante.
Veo la
realidad y el ejemplo de liderazgo de Millán desde varias
dimensiones, como persona, como ser social, ser productivo, y ser prolífero,
sin descartar que existan más dimensiones. Millán Lizárraga como
persona da sentido a su existencia al poseer plena conciencia de su dignidad,
de su elevación y del valor trascendente en lo político y de su calidad humana;
no se trata del hombre abstracto, sino del real, concreto, histórico, único y
pocas veces repetible. El hombre en su realidad singular es persona, tiene una
vida y una historia propia, así como un alma esencialmente única, ¡es
un misterio!, porque en el corazón del Licenciado Millán se
encuentra lo más íntimo de su ser. Con el pleno uso de su libertad y acepta a
Dios bajo cualquier circunstancia.
Al
vislumbrar al ex gobernador Juan S. Millán como persona, lo
veo en su dimensión social y en su relación con los demás, por ejemplo, en lo
político y en el amigo fiel.
El valor
social de Millán no nace solo de la admiración ante los logros
políticos; el trabajo tiene un lugar en la vida política y social y en las
relaciones económicas. Sin los labradores y los artesanos ninguna ciudad puede
constituirse, pero ¿qué le queda al hombre mencionado de todo su
trabajo y de los días de fatiga, o de la preocupación por los negocios y las
noches de insomnio? En efecto, la arbitrariedad, la violencia, la
injusticia y la rapacidad hacen constantemente del trabajo un peso abrumador.
Y, pese a todo ello, Millán tuvo que soportar dándole amor a
sus detractores, y con ello, brindar equilibrios, cercanía y gobernabilidad en
torno a Sinaloa. Por eso el título de mi columna el día de hoy: "Se
requieren más Millanes en Sinaloa".
Juan S.
Millán con un ritmo de
horario agotador en la función pública, todo, bajo una vigilancia estricta, en
la cual sus subordinados no podían sentarse hasta la hora de comer. Gobernaba
con sentido social y capacidad de resistencia como si estuviese en un campo de
concentración; aun así, Millán como gobernante fue una persona
capaz de decidir, un sujeto que obra de manera racional, pues "Millán
fue sujeto de trabajo y transparencia", por ello, en su gobierno creó
la Ley de Acceso a la Transparencia, con lo cual, hoy en día es el tema
político más mediático y penado por la ciudadanía, por lo menos, en lo
político.
En la
dimensión prolífera hay que hablar de la vida pública. La experiencia, de usos,
costumbres y principios, además de los constantes, graves y dolorosos problemas
que ha tenido que sortear en materia de salud no se hacen esperar, pero el
ahínco y las ganas de vivir pudieran pensarse, en un hombre con gran fuerza de
voluntad. Lo interesante es que Millán no puede vivir sin amor
en la vida familiar; se necesita del amor para crecer, levantarse y
perfeccionarse como una comunidad familiar en las buenas costumbres.
GOTITAS DE
AGUA:
Pero tanto
o más que estas, necesitamos personas que encarnen los valores sobre los que se
asienta una saludable convivencia; que gasten su vida al servicio de la
sociedad desde un inteligente compromiso con la justicia, la dignidad humana y
la tolerancia. Sin estridencias, con altas dosis de humildad y sencillez. Y, a
ser posible, con erudición. Por desgracia, no andamos sobrados de líderes de
esa clase. Por ello hay que saber reconocer y apreciar a los pocos que hay en
medio de nosotros, esperando que algunos otros tomen ejemplo y sepan recoger el
testigo. De ahí, un político de cuerpo entero, un hombre de bien, es fiel
testimonio de su grandeza.
Al poner en
el centro a Juan S. Millán, reflexiono que el mundo de ésta no es
estático, ya que se encuentra en constate movimiento y adecuación, pero lo que
no cambia es su esencia, sus principios, su verdad y el plan que Dios tiene de
él. "Si cierran la puerta, apaguen la luz". "Nos
vemos Mañana"...