Opinion

Señor Presidente, por favor, descanse

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Por Anabella Pezet 17 Mayo 2019

El caldero político

Consideremos que los seres humanos dormimos casi 25 años de nuestras vidas en promedio, pero por sorpresa, poco sabemos de lo que sucede cuando las luces se apagan. Y es que estoy leyendo un libro que me parece por demás interesante, y que debiera ser lectura obligatoria en la enseñanza de cualquier individuo. Se trata del libro titulado en inglés “Sleep: The Mysteries, the problems, and the solutions”, traducido al español: “El Sueño: los misterios, problemas y soluciones”, escrito por el reconocido especialista mundial en la materia: Carlos H. Schenck.

Recientemente alguien me comentó que los asistentes a las reuniones del Gabinete de Seguridad que convoca nuestro presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en el Palacio Nacional a las cinco de la mañana, ya no aguantan el ritmo. Están demasiado cansados y agotados, no sólo porque sus horas de sueño son pocas, sino porque el ritmo de vida que tienen es demasiado estresante.

Apenas hace algunos días, en una de sus conferencias mañaneras, durante una entrevista con Grupo Acir, el presidente confirmó que de lunes a viernes duerme entre 5 y 6 horas. Y que los fines de semana duerme, en promedio, 7 horas.


“Estoy descansando bien. Estoy tranquilo, no tengo ningún problema de conciencia. Son 5, 6 horas, a veces 7, los sábados y domingos duermo más, porque no tengo que levantarme temprano. De lunes a viernes sí duermo menos, porque tengo que estar antes de las seis”. López Obrador.


El presidente de la República no ha confirmado que ya viva en el Palacio Nacional, sino que lo hace en su casa de Tlalpan. Diario se despierta, se rasura, y le toma 30 minutos llegar al recinto histórico.


“¿No se va a cansar el Ganso?”, señala uno de los conductores de la entrevista. “”Llevo mucho tiempo trabajando, ya estoy acostumbrado … Cuando tuve mi primer trabajo, que fue como Director del Instituto Nacional Indigenista de Tabasco, en la zona Chontal, vivía en las oficinas del INI, y ahí había una casa para el Director … Estamos hablando de 1977 cuando fue director del INI hasta 1982 …tengo como anécdota que la gente llegaba donde había problema a las 2, 3 de la mañana, 4 … ahora tengo ya esa práctica, adquiriendo experiencia. Va uno manejándose mejor en la cosa emocional”, señaló López Obrador.


Reconoce que cuando le dio el infarto, empezó a tomarse las cosas con más calma, sin odiar, sin ser vengantivo.


Sin embargo, si retomamos la información que nos da el propio López Obrador, debe estar despertándose entre las 3:45 ó 4:00 de la madrugada entre semana, lo que supone, debe estar durmiendo alrededor de las 11 de la noche, como máximo.


El problema es que al Presidente lo hemos visto acudir también a eventos durante la noche, como cenas, reuniones con empresarios, además de que confiesa se desvela en ocasiones viendo las series de las Grandes Ligas de su deporte favorito, el béisbol. Entonces, si hacemos un verdadero recuento, el Presidente a sus 65 años, debe estar durmiendo unas 3 a 4 horas diarias, e ignoramos si tiene problemas para dormir como insomnio, parasomnias, ansiedad, u algún otro transtorno para descansar.


De acuerdo al libro de Schenck, las personas adultas son las que presentan mayores problemas para dormir. En promedio las personas arriba de los 54 años duermen en promedio 7 horas entre semana, y 7.1 horas los fines, de acuerdo a varias encuestas. El 67% reporta problemas para dormir durante varios días de la semana, como dificultad para conciliar el sueño, despertarse durante el mismo, e inabilidad para volver a descansar. Y un 8% ha sido diagnosticado con algún tipo de desorden para dormir.


Aunque no existe una razón para explicar por qué los seres humanos necesitamos dormir, muchos expertos consideran que es una forma de recargar la energía del cuerpo, estilo los celulares. Recordemos que en esta etapa ocurre un proceso reparador de nuestro organismo, donde incluso, nuestra célula madre es capaz de reparar enfermedades o situaciones anormales que se se encuentre por su paso.


El autor considera que una forma de estudiar la importancia de dormir es examinando lo que sucede cuando no lo hacemos o cuando nuestro sueño es de una calidad muy pobre. Falta de concentración, disminución de la habilidad para la toma de decisiones, irritabilidad, frustación, aumento de accidentes de tránsito y en el trabajo, desórdenes físicos y mentales, además de que el proceso de envejecimiento se acelera.


Grandes desastres de la historia de la humanidad han sido atribuídos a una falta de sueño, como el accidente en la planta nuclear en Three Mile Island, el derrame de combustible de Exxon Valdez, o la explosión de gas en Bhopal en 1984.


Aunque también existen grandes genios de la historia mundial como Leonardo da Vinci, Thomas Edison, y la propia Margaret Thatcher, quienes reportan pocas horas de sueño, en promedio unas cinco, incluso con problemas de insominio, pero que fueron completamente funcionales.


Ahora bien, el ciclo del sueño dura aproximadamente unos 90 minutos, repitiéndose, y está dividido en cinco etapas: las primeras cuatro se conocen como sueño NREM (Non-Rapid Eye Movement) y la última es el sueño REM (Rapid Eye Movement), que muchas personas confunden con la etapa del “sueño profundo”.


Es en realidad la cuarta etapa del sueño REM la que es profunda y reparadora; en promedio dura cinco minutos, pero es también cuando se presentan los mayores trastornos del sueño, incluyendo el sonambulismo, los terrores nocturnos, etc.


Entonces, si analizamos el sueño del señor Presidente, éste tiene entre 3 y 4 etapas solamente, y entre 15 y 20 minutos de sueño “profundo o reparador”.


El problema es que no todo su equipo comparte su mismo reloj biológico. Hay quienes ya lucen incluso, demacrados. La pregunta es: ¿Cuánto puede durar un gabinete bajo estas condiciones tomando decisiones clave para el futuro del país?, ¿No sería bueno, señor Presidente, que su equipo y usted, descansaran un poquito más?. “Por el bien de México, primero el sueño de ustedes, para que a nosotros nos vaya mejor”, ¿No creen?. Por favor, descansen.

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