Ahora que el periodista Carlos Loret de Mola escribió en su columna en El Universal, que el gobierno de Singapur vendrá a ofrecerle al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el rescate y la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la discusión sobre este tema vuelve a estar en el ojo del huracán.
Quizá el error más fuerte que ha cometido este gobierno, ha sido la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco y el empeño de construir el de Santa Lucía. Y es que cada semana sale un nuevo rayito de luz, para ver si existe un milagro en nuestro país, de convencer al presidente de que cambie de opinión.
Una de las primeras acciones que tomó este gobierno fue lanzar la primera Consulta Nacional “México Decide”, sobre el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México entre el 25 y el 28 de octubre de 2018, antes de rendir protesta. Los resultados oficiales arrojaron que un 69.87% prefería la opción de Santa Lucía, sobre un 29.16% de Texcoco. A pesar de que se registró una participación de alrededor de un millón de personas en esta votación, muchos dudamos de su resultado.
Después de la consulta, el presidente López Obrador cumplió una de sus principales promesas de campaña de cancelar la construcción de la mega obra del aeropuerto de Texcoco. Sin embargo, desde entonces, las piedritas en el camino para la construcción del de Santa Lucía, comenzaron a surgir.
Apenas hace algunos meses acudí a la Feria Aeroespacial 2019 que se organizó en el aeropuerto de esa base aérea militar. Nunca había visitado ese aeropuerto, ni las enormes instalaciones que tiene la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en ese sitio. Para empezar, el lugar cuenta con varios planteles que son utilizados por miembros del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos como guardería, el comedor, un cine, un espacio de adiestramiento y capacitación para todo el personal femenino y masculino, además de los hangares donde se guardar y se da mantenimiento a todas las aeronaves de la Fuerza Aérea.
Ese día, como buena periodista, comencé a preguntarles a todos lo que yo veía vestidos de verde con uniforme militar, y de azul, con uniforme de la Fuerza Aérea, si les gustaba la idea de que el nuevo aeropuerto estuviera construido en sus instalaciones. Todas las respuestas fueron negativas y de enojo con el presidente de querer imponerles la construcción, en un lugar que ellos ven como sagrado. Nadie, absolutamente nadie, me dijo que estaba de acuerdo.
Tiempo después regresé a dichas instalaciones en un día de operación normal, entre semana. Santa Lucía es la instalación más importante de la Fuerza Aérea Mexicana, desde ahí se realizan y se coordinan todas las operaciones de rescate en caso de una emergencia nacional, se planea la atención en caso de desastres naturales, la implementación del Plan DNIII-E, entre otros. En el par de días que estuve de visita, contabilicé varias maniobras de despegue y aterrizaje, más de cuarenta. Todo el tiempo salían aviones y helicópteros oficiales para atender situaciones, para viajar a otras partes, o incluso para realizar cursos de entrenamiento de su personal.
En los meses siguientes, comenzaron los cuestionamientos sobre la construcción de Santa Lucía. Vino primero el empresario Carlos Slim, quien puso contra la pared la cancelación del proyecto de Texcoco, incluso propuso hacerse cargo de la obra, junto con la iniciativa privada, propuesta que fue rechazada por el presidente de la República. La relación entre el magnate y el nuevo gobierno se resumió en una declaración del empresario al decir que “Texcoco es un `proyectote´, pero hay mil 660 más”.
Después vinieron una lluvia de amparos en contra de su construcción, se contabilizan más de ochenta. El Grupo No Más Derroche, los pobladores y las comunidades indígenas aledañas, entre otros, han presentado dichos amparos. “Son los abogados de los conservadores que no quieren el cambio”, se le escucha decir y repetir como himno al presidente López Obrador.
Al día de hoy, el Poder Judicial ha otorgado dos suspensiones definitivas en contra de la Autorización de Impacto Ambiental que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó al proyecto del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, que se ubicará en la base militar número 1.
La suspensión definitiva reconoce que la construcción de la mega obra “ocasionarán daños y afectaciones al ecosistema actual de las regiones que impactará la obra aeroportuaria", menciona un comunicado publicado por la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
En estos juicios de amparo también se ordenó a las autoridades responsables "mantener las obras del Aeropuerto Internacional de México en Texcoco (NAICM)".
“Claudio X. González por estar detrás del sabotaje legal en Santa Lucía”, acusa públicamente López Obrador. Mientras que el mandatario asegura que en su momento, acudirá a la facultad que tiene el Estado para poner a salvo el interés de la nación. Pero no menciona cuál es esa facultad, más que “poner por delante el interés de la nación”. No especifica si ordenará auditar y ejercer presión política contra X. González, o contra todos los promoventes de los amparos, o si violar los mismos y comenzar a construir “por el bien de México”. Sólo él sabe qué as bajo la manga sacará para darle la vuelta jurídica al tema.
“Estamos en tiempo, va a haber el aeropuerto. Yo siento, están dolidos porque se les fue un negocito de algunos billullos y están utilizando todos los recursos de manera muy inmoral. (...) Están metiendo amparos por daños ecológicos, cuando el aeropuerto se va a construir en la Base Aérea de Santa Lucía (que tiene más de 50 años), es de sentido común. No hay ninguna razón, es nada más por frenar el avance de nuestro movimiento transformador”, ha señalado el presidente.
Pero entre que son peras y son manzanas, el Poder Judicial ha logrado frenar el avance de las obras en Santa Lucía. Incluso, el presupuesto del siguiente año para esa mega obra, disminuyó a sólo un 5% del total, lo que pudiera ser una muestra clara de que las cosas pueden no salir como el presidente las quería.
Y ahí es donde la propuesta de Singapur puede llegar a darle un giro inesperado a esta trama política. El periodista Loret de Mola revela que el Canciller Marcelo Ebrard habría pactado la visita del Primer Ministro de Singapur a nuestro país en el próximo mes de noviembre, y que algunos diplomáticos revelan que la propuesta sería retomar la construcción del NAIM y terminar con la corrupción que pudiera existir alrededor de esta obra.
Mientras tanto, los legisladores de Morena han señalado en el Congreso que el tema del aeropuerto en Texcoco está concluido, lo cierto es que el presidente López Obrador no ha salido a desmentir públicamente la versión e interés de Singapur.
¿Será que el país que tiene el mejor aeropuerto del mundo y combate a la corrupción logre hacer cambiar de parecer a nuestro primer mandatario? ¿O lo veremos bateando otra vez otra propuesta sobre la continuidad del NAIM?. Ojalá y AMLO lo piense dos veces, sería una extraordinaria noticia para reactiva la confianza para los inversionistas y el crecimiento económico de nuestro país.