Sobre mantenerse joven
Por Leonardo Zamora 12 Julio 2023
Mi Opinión...
Percibimos el mundo de tres maneras diferentes: lo que está pasando, lo que queremos que pase, y lo que debería estar pasando
Lo que está pasando es simple, ahora mismo estás leyendo este artículo. Esto es lo que está pasando, pero se te puede pasar por la mente que lo que realmente quieres hacer es ir al cine, y lo que debería hacer es ir a tu escritorio y hacer un trabajo que está atrasado.
Esta diferencia entre lo que estás haciendo, lo que quieres hacer y lo que deberías hacer crea frustraciones; lo que está pasando no es lo que quieres que esté pasando, y lo que quieres no debería ser, y lo que debería hacerse, no se está haciendo.
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Que percepción, el quiere o debería, en este momento está impulsando nuestros cambios de comportamiento a lo largo de nuestra vida.
Empezar QUERER, ignorando el ES y el DEBERÍA. Mira a un niño pequeño; quiero esto, quiero aquello, y si no consigues lo que pude, llora; quiero, quiero, quiero, quiero.
A medida que crecemos, se nos enseña lo que debemos hacer, cómo deberíamos hablar o comportarnos, que deberíamos aprender, que deberíamos hacer con nuestra carrera, cómo deberíamos cuidar de nuestra familia etc. las personas que no pasan de la etapa de querer a la de debería son inmaduras, con lo que se conoce como “el Síndrome de Peter Pan”.
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Este síndrome es el conjunto de características que sufre una persona que no sabe o no quiere aceptar las obligaciones propias de la vida adulta.
Cuando llegamos a la edad de Adultos Mayores, enfermarse y tener dolores, tener cicatrices de experimentar la vida, darse cuenta de que el final de nuestra vida se está acercando, lo que impulsa nuestro comportamiento es lo que realmente ESTÁ sucediendo.
No importa lo que queremos o lo qué deberíamos estar haciendo. Lo que es, es.
Cuando somos Adultos Mayores, nos entregamos a la realidad. Y miramos con ojos misericordiosos a los niños que persiguen la necesidad ya los adultos son esclavos del deber, pero este desarrollo es inevitable.
Una forma de retrasar nuestro envejecimiento es nunca renunciar a la fuerza impulsora del deseo.
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Sigo soñando y plantando árboles frutales aunque no seas tú quién los coseche. Sigue trabajando y mantente en forma, y disfruta lo qué haces haciendo lo que quieres.
Ser guiado por la perspectiva de la necesidad y no ceder a lo que es, podría ser el truco para mantener una perspectiva juvenil en la vida.
No tenemos que rendirnos a la vejez y capitular nuestros deseos. Tener un propósito que quieras cumplir.
Eso es lo importante, seguir soñando, seguir emprendiendo, seguir adelante.
A pesar de la edad cronológica tu mente, tú espíritu AÚN ES JOVEN.
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