Con el inicio de año y de década, los reacomodos políticos y sociales se dejarán venir. Un año donde los partidos deberán aplicar estrategias o para mantener el poder o para arrebatarlo al enemigo. El caso de Sinaloa es especialmente interesante porque se reavivarán odios, rencores, filias y fobias, muy parecidas a las experiencias del pasado. A veces son solo los grillos de café amanecidos que dejan volar su imaginación, los asesores también con su inquietud transgiversan y aceleran a sus líderes para provocar psicosomáticamente un ambiente hostil, ocioso u oficioso que gustan de acalambrar a los que están prendidos con alfileres y sienten que la suerte se les acaba. En pocas palabras, puro sufrimiento…. Pero también hay otros que acto a definir si solo son acelerados o porque saben del arduo trabajo que implica construir una candidatura que apele al sentir del ciudadano de a pie, ese que ahora sabe que su voto sí cuenta y se arriesga a exigir con ello un cambio al “status quo”. Sin duda ya hay cuando menos mediáticamente más actores que partidos que buscan suceder al actual Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, llegando incluso algunos personajes a afirmar que si la unidad está fragmentada, que las alianzas serán torales, cuando aun el plato ni siquiera ha llegado al punto álgido, peor aún, cuando la decisión aun y ni siquiera está cerca. Hablar a estas alturas del mandato y vivir una sucesión adelantada parecería una exageración. Un despropósito. Sin embargo, al observar la convulsionada situación general y el comportamiento de los principales actores políticos no falta quien, al arranque del penúltimo año de la administración, no dude que buena parte de los acontecimientos tienen que ver con los acomodos y reacomodos de cara al 2021. Lo que pasa es que las acciones de los potenciales candidatos han hecho a un lado cualquier disimulo y abiertamente corren ya en el carril de los suspirantes a suceder a Quirino Ordaz Coppel. Así, mientras se definen las nuevas reglas de la sucesión, aprovechando el río revuelto que vive la política local y el corazoncito que tiene cada aspirante, la sucesión efectivamente pareciera adelantada. Al menos en espera que alguien ponga orden y reclame que la situación del estado amerita mayor seriedad y atención de la coyuntura más que atender a los intereses particulares de cada uno. O cuando menos, que alguien repita aquello del "no se hagan bolas". Estamos a tiempo. Para ello se encuentra el Consejo Estatal Electoral, para que de una vez y de tajo ponga orden a los pretensos, sin embargo, a mi criterio francamente no alcanzo a comprender para qué tanto acelere de algunos pretensos a la oficina más refrigerada de palacio de gobierno. La observancia de años me ha enseñado que adelantarse a los tiempos solo sirve para que afinen la puntería los contras y empiecen a escarbar en la búsqueda de pecadillos o dislates que puedan ser utilizados en su momento. Pocos sobreviven un escrutinio de esta naturaleza. Ahora que sí son aves de plumaje limpio que aguanta cañonazos y zancadillas, tampoco se escaparán del desgaste de poco más de un año que habrán de sufrir y que resulta en un hartazgo ciudadano y/o decepciones por traiciones y deslealtades que siempre están presentes.
GOTA Y CHISPA:
¿Realmente los pretensos a la sucesión adelantada en Sinaloa se han preocupado para lo que Sinaloa necesita?, ¿Son ellos la medicina? En consecuencia, el estado de Sinaloa tiene muchos políticos capaces –y también rapaces- que pueden presumir su larga trayectoria como funcionarios públicos, su participación social y partidaria. Hay hasta quien pone su Currículum Vitae en inglés para que todos se den cuenta que han pisado universidades extranjeras; frivolidades, arrogancias que a nadie interesa –al menos no al pueblo- porque los ciudadanos no viven de la historia de vida inventada de sus gobernantes. Los sinaloenses no necesitan intelectuales, ideólogos, dogmáticos, doctrinarios o lumbreras que los gobiernen; piden a gritos una mujer o un hombre sensibles a sus carencias básicas. Cada vez que vemos en los medios de comunicación levantar la mano de quienes quieren ocupar “La Sillade Sillas”, lo primero que nos viene a la mente es lo que han hecho por la gente de este noble Estado. Poco o nada útil. Unos son más jóvenes que otros; unos gritan más que otros; unos se engrasan el cabello mejor que otros; hay quien gusta aparecer presumido, trajeado y perfumado –hasta con novias jóvenes- para que la gente vea la vitalidad que posee. Dan risa. Ya aparecieron e hicieron sonar su nombre los “neo-políticos” que quieren vender la apariencia de que llegan con ideas revolucionarias, transformadoras, utópicas, capaces de hacer nacer una nueva Sinaloa, diferente a las que han existido (las muchas Sinaloas). No es cierto. Esto es demagogia pura y venta de espejitos. También están los “políticos de antaño” que viven de viejos recuerdos, de sueños pasados (y guajiros) que nunca pudieron concretar; son esos amantes a la antigua que suelen no hacer nada provechoso por la gente, por la ciudadanía, mientras están en el poder. “No se adelanten muchachos, aun falta tiempo”. “Nos vemos Mañana”…