Opinion

Todo lo que ahora nos degrada siempre ha estado ahí….. solo que no se veía

new.author
Por Leonardo Zamora 01 Agosto 2022

Mi Opinión

Al examinar el difícil panorama por el que atraviesan las organizaciones y las familias en México, se presenta el ejemplo que denominamos “El Síndrome de la Laguna Seca”.

Cuándo una laguna o una presa está rebosante, tiene de manera natural un movimiento planeado, o influido de su nivel de agua; seguramente presenta un paisaje agradable a la vista, con árboles a su orilla o prados qué florecen gracias a la humedad que permite su crecimiento.

Pero al bajar su niveles - ya sea por una sequía prolongada o porque ha sido necesario extraerle agua - empiezan aparecer aquí y allá, elementos desagradables; 

Una pequeña lancha qué se hundió y cuya madera se pudre en el agua; si la laguna es mexicana, sabemos con certeza que aparecerán latas de refresco, latas de cerveza, tenis viejos, latas de yogurt; lodazales y moho.

El punto interesante es qué todo lo que ahora nos desagrada siempre ha estado ahí….sólo que no se veía.

Al rebosar de líquido, se percibía sólo el agua y  el paisaje. La visión no era completa e impedía ver las mismas miserias, ineficiencias o defectos o problemas existentes.

Y podemos trasladarlo al ámbito de las organizaciones y de la familia.

El tiempo que dejamos pasar.

Es lo qué pasa hoy en nuestras familias y nuestras estructuras. Poco antes del pasado cercano, contábamos con una economía que parecía poseer todos los elementos para su desarrollo.

Existían oportunidades reales de crecimiento y de negocio atractivas. Y cómo la economía se arreglaba con movimientos amortiguantes: apertura fronteriza y al mismo tiempo, privatización de empresas; menos inflación y más inversión externa, etcétera, llegamos tranquilamente al siguiente año.

Este año crítico, el agua bajo a una velocidad más rápido de lo acostumbrado; el gobierno y las empresas no tuvieron ya un campo de maniobra para amortiguar de manera eficaz cómo en los anteriores, y fueron apareciendo poco a poco, los leños podridos y los pantanos.

Es decir, en las organizaciones, las empresas comenzamos a percibir recursos mal utilizados, personal improductivo, procesos obsoletos, productos de mala calidad qué el mercado resiente inmediatamente, compara, trata de substituir por productos importados o simplemente detiene su consumo.

Lo mismo pasa en las familias.

Convencidos de que familia es la empresa más importante en la vida de las personas, que los conduce por los caminos hasta llegar a ser lo qué son.

La familia puede tenerlo todo; amor, armonía y comunicación entre sus integrantes. Solidaridad para ayudarse unos a otros en los problemas que se les presenten.

Apreciación para ver las fortalezas y logros de cada integrante, y no únicamente sus defectos o sus errores.

Comparada con los defectos de otras familias, al no tenerlos tenía una imagen de unidad y honorabilidad. Gracias a un buen manejo económico, los hijos estudiar en las mejores universidades.

Los padres eran justo. Querían a todos por igual. A cada uno le daba lo que más necesitaba. Todo era amor , dulzura y buena comunicación en la familia.

Sin embargo, la nueva situación que se manifestaba al exterior en las familias, en la sociedad dónde vivían; envidias, rebeldías, resentimientos, diferencias, competitividad, tanto personales cómo familiares, afectó en gran medida a las familias.

Los Padres cómo pilares de la misma, educaron y formaron con él ejemplo a los hijos, para hacerlos personas íntegras, fuertes, responsables y seguros de sí mismo.

Los Padres se fueron. Primero murió el padre. El nivel de agua empezó a bajar. Se vislumbran primeros defectos de la familia. Las diferencias, el amor y armonía comienzan a resquebrajarse.

Más tarde murió la madre. El nivel de agua baja a una velocidad mayor de la acostumbrada. 

La familia no era lo qué presumía. Fueron apareciendo poco a poco, los leños podridos. Los pantanos. Aparecen las envidias, la armonía, la ambición, los pleitos, los defectos que antes se criticaban.

Se acaba la honorabilidad. Aparece de pronto las familia que antes no se conocía, o simplemente no se reconocía.

La reflexión que se desprende de esta laguna seca es no sorprendernos con lo que encontramos ya que, juiciosamente analizado, sabíamos qué estaba ahí. 

Debemos sorprendernos, más bien por el tiempo qué dejamos pasar,sin arreglar ni prestar atención a problemas serios qué tienen qué ver con la realidad y realidad qué vive cada familia.

Todo aquello qué no funcionaba bien. Esto significa desarrollar una relación pro activa, sincera y comunicativa.

Otras opiniones del autor

Este espacio es para ti. ¡Anuncíate con nosotros!