Un futuro incierto...
Por Benjamín Bojórquez Olea 11 Septiembre 2023
Sobre el camino
Como lo comenté aquí en este espacio, en anterior ocasión hace más
de 2 años Porfirio Muñoz Ledo concedió una
entrevista a Proceso. El reportero Arturo Rodríguez lo
cuestionó sobre temas de la coyuntura, para el político difícilmente se ceñía a
un tema y dejaba que su memoria trajera recuerdos de su vasta trayectoria.
Consciente de su edad, entonces 88 años, pidió reservar sus
dichos de mayor alcance para publicarlos después de su muerte.
A la luz de
su experiencia en diversos sexenios de cercanía con el poder, hizo una fuerte
crítica a la conducción del Ejecutivo en la segunda parte de su sexenio y de
cara a la sucesión de 2024. En marzo de 2021, relegado
ya de la "Cuarta Transformación" que no lo quiso
reelegir diputado, Muñoz Ledo y Lazo de la Vega trataba
de construir un movimiento interno en Morena que confrontara y
presionara a AMLO.
Su punto de
partida era que las presiones que tenía el presidente de la República procedían
de la derecha o de Estados Unidos, a las que reaccionaba polarizando más,
rechazando el diálogo con sus opositores y las fuerzas del poder en el
país.
Con eso,
decía, la llamada "Cuarta Transformación" se
mantenía oponiéndose a las premisas de una izquierda democrática.
La
entrevista con Muñoz Ledo sucedió el 31 de
marzo de 2021 y estuvo centrada en la idea de una nueva
cruzada cuyo punto de partida era el arribo a la dirigencia de Morena de Mario
Delgado, un proceso atropellado que lo dejó en el camino, pero derivó al
presidencialismo, las sucesiones y las relaciones que tuvo con otros
presidentes. De repente hizo un alto para pedir que las tres horas de
conversación que no eran de coyuntura no se publicaran de inmediato si no se quedaran,
explícitamente conscientes de sus entonces 88 años de edad,
para "cuando ya no esté".
El
pasado 9 de julio quien fuera actor protagónico de la política
nacional durante 10 sexenios falleció.
Tras de sí,
una historia que lo condujo de la élite intelectual del antiguo régimen a la
diplomacia; de los juveniles certámenes de oratoria a los momentos clave del
parlamentarismo mexicano; de las aulas en la UNAM y la
Soborna, donde fue alumno de Maurice Duverger, a inaugurar una
cátedra sobre regímenes políticos en El Colegio de México; de ahí a ser
secretario de Trabajo y luego de Educación para convertirse pieza clave del
encauzamiento de la izquierda partidista a finales de los ochenta. Muñoz
Ledo fue una figura imprescindible de la transición democrática desde
que, en 1987, cuando junto a Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc
Cárdenas y otros priistas, provocaron la primera ruptura del sistema
hegemónico al fundar la Corriente Democrática en 1986, postular
a Cárdenas a la Presidencia y luego fundar el PRD.
Apoyó la candidatura de Vicente Fox bajo la promesa de una
Reforma de Estado que no se cumplió, fue embajador ante la Unión Europea y
renunció para sumarse a López Obrador en su primera
postulación y en 2017 se afilió a Morena, partido
por el que fue diputado en 2018, presidente de la Mesa Directiva
que tomó la protesta y colocó la banda presidencial a AMLO.
Afirmando: "Lázaro Cárdenas hizo la transformación más importante
del país".
Para
él, López Obrador debía transitar en la recta final de su
mandato de la polarización al consenso y advertía: "De no hacerlo
obligaría al próximo gobierno una reforma radical en su contra".
Cualquiera que llegue, Andrés Manuel no está entendiendo que
hay un sistema sucesorio en la historia contemporánea en el que el presidente
llega a afirmar su autoridad los primeros tres años y los tres siguientes a
buscar una solución de futuro. Un hombre que ha cultivado tal cantidad de
aduladores es el primero que puede equivocarse.
GOTITAS DE
AGUA:
Y, para
cerrar con broche de oro, según Muñoz Ledo, los presidentes todos
tuvieron un freno a la adulación, excepto Gustavo Díaz Ordaz,
quien, con su espíritu caudillista, presidencialista extremo, con algo de
policía político y el leguyelismo que le era propio, se excedió. Desde
entonces, el sistema político entendió el exceso. No hay que dar las peleas que
no vayas a ganar. O sea, entra a los desafíos cuando tengas claro el terreno
que pisas, cuando sepas lo que vas a enfrentar y cuáles serán los resultados.
El que entendió, entendió. "Si cierran la puerta, apaguen la
luz". "Nos vemos Mañana"...