Opinion

Un PRI al límite…

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Por Benjamín Bojórquez Olea 10 Octubre 2023

Sobre el camino

El partido hegemónico del siglo XX se encuentra en la peor crisis de su historia, incluso, a punto de su extinción. Su posición en el espectro político quedó subsumida a la dinámica distópica y miope del Partido Acción Nacional (PAN), ensimismada en discusiones estériles y agotadas para las nuevas dinámicas del mundo, y peor, defendiendo como bandera política, causas anti derechas y privilegios económicos y sociales. 

El barco se hunde y los roedores abandonan la nave. Lo anterior tiene por lo menos dos consecuencias, una para Morena y otra para el bloque opositor. La desaparición del PRI amenaza la estabilidad política de Morena, pues una oleada de impresentables se ha sumado a las campañas de diferentes aspirantes a las nueve gubernaturas, o a los partidos aliados de la Coalición Juntos Haremos Historia. Buscan cargos, reflectores y negocios al amparo del poder público. 

En la oposición, la desaparición del PRI provoca una crisis de cuadros, y también una disputa de intereses burocráticos y cupulares por las candidaturas. En Sinaloa todo apunta a que el PRI traicionará al PAN, buscarán candidaturas, e incluso, eventualmente podrían buscar aliarse con Morena. A mi criterio, continuarán las desbandadas y aumentará la simulación. 

La traición del PRI puede ser abierta o de brazos caídos, lo cierto es que el único partido que mantiene vivo un espíritu opositor en términos ideológicos es Acción Nacional y el PRI no es más que una asociación partidista de intereses mezquinos que se resiste a perecer, a ocupar su lugar en el basurero de la historia. 

Dicho lo anterior, ¿qué puede tener de bueno aliarse con el Revolucionario Institucional? A simple vista nada, y siendo muy objetivos ni al PAN le beneficia, ni mucho menos a Morena, e incluso especulando, si terminará el PRIAN, podría surgir un buen acuerdo entre Movimiento Ciudadano y Acción Nacional. 

Es, en síntesis, un despropósito que los principales polos partidistas den oxígeno político a una institución que se encuentra en sus últimos momentos. Entorpece la política, el acuerdo y solo enturbia más la dinámica política. Por el bien de todos conviene que aceleremos de manera concertada la extinción del Partido Revolucionario Institucional. 

GOTITAS DE AGUA: 

Considero que, desde hace poco tiempo debieron considerar cambiarle el nombre al PRI, ya que la marca se encuentra básicamente desahuciada. En Sinaloa debieron abrir el proceso partidista, sin embargo, continuaron con las mismas mañas. 

Hoy el PRI está extraviado, ausente y con una dirigencia soberbia, que solo se preocupa por construir incondicionales y alejarse de la sociedad, Alejandro Moreno en poco tiempo miró solo para sus propios intereses y ambición. 

Dividido, acorralado y con menos poder que nunca, el histórico partido mexicano apenas sigue en pie gracias a su última reserva de voto más duro, las pluris. El Partido Revolucionario Institucional todavía sigue en pie, pero prolonga una agonía cada vez más al límite. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…