Un primor negociado...
Por Benjamín Bojórquez Olea 06 Octubre 2022
Sobre el camino
No es fácil
saber hasta dónde llegará el nuevo protagonismo de nuestros militares.
En el 2000,
con la primera alternancia en el poder presidencial, muchos se
preguntaron qué pasaría con el Ejército y la Marina.
Acostumbrados durante décadas a gobiernos priistas, ¿cómo
reaccionarían ante un gobierno de un partido distinto? Y
reaccionaron con una institucionalidad admirable, en verdad, me
sorprendió. Con lealtad a la Constitución, no a partidos ni a
individuos.
Hoy el
asunto es más complicado. Las fuerzas armadas han sido sacadas de la
discreción que tuvieron a principios de siglo, y han adquirido
un protagonismo que preocupa a muchos. Empezando por quienes
forman parte de ellas.
No solo han
salido de los cuarteles para pasar a las calles y a los medios de comunicación.
Han sido severamente cuestionadas, no sabemos si con razones sólidas o no.
Pero hay quienes dicen que miembros del Ejército, en la zona de Iguala,
estaban estrechamente compenetrados con grupos criminales. Que no solo fueron
pasivos en la noche si fueron secuestrados los 43 estudiantes
de Ayotzinapa, sino que fueron protagonistas de esos secuestros y de los
posteriores asesinatos.