Opinion

Un tal Billy Chapman

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Por Benjamín Bojórquez Olea 27 Septiembre 2019

SOBRE EL CAMINO

La llamada “Tierra cañera” es el único territorio del esqueleto sinaloense que tiene como guía turística la Biblia. Al llegar a ese manicomio político, es inevitable remontarse a los pasajes que conforman el “imaginario” mundo de divisiones de cientos de detractores y creyentes. “En La Divina Comedia Aldeana de Billy Chapman”, la traición, la incompetencia y actitud bipolar va de la mano y está considerada como el peor de los pecados humanos. Contraria a la traición está la lealtad, la caridad, el pacto y las virtudes morales. Manuel Guillermo Chapman Moreno y su pequeño círculo de amigos divide a los traidores en varias categorías: los traidores a la familia, los traidores a los benefactores y los traidores a la patria o a su partido político. Es esta última categoría la que parece resaltar sobre las demás: la de los traidores a la ciudad, a la ciudadanía o a su partido político en este caso Morena, mismo que es representada con la figura emblemática de “Antenor”, quien fuera consejero del Rey de Príamo de Troya y quién, sobre todo, fuera condenado por su traición a su pueblo durante el acecho griego, descrito perfectamente, como ya sabemos, por Homero en la Ilíada. ¿Lo has leído Billy Chapman? Te contesto rápido; todo parece que sí, y si no te la recomiendo… Billy Chapman representa la traición con la imagen de un lago gélido y oscuro, y a los traidores con el rostro del mismo demonio y de la crueldad, incluso con el rostro de la hipocresía. Aunque sobran las referencias sobre casos de traidores en la historia universal, bastan dos referencias literarias para pintar el ruin actuar de este pequeño duende de la ciudad de Los Mochis, Sinaloa. El Príncipe de Asturias de Ahome, alcanza una categoría moral cuando, comparando a los traidores y a los leales, designa el destino que le deparará a él y a sus acoples: Los traidores y los leales, mezclados confusamente, no se distinguen; porque neutrales e indiferentes, los más están en la mira, que en comunidades siempre, el traidor es el vencido, y el leal es el que vence al final. Hoy este político sin identidad busca discernir un propio comportamiento que a lo largo de su escabroso camino político sin vocación de servicio coloca en el esqueleto de la ciudad de Los Mochis una sinopsis aguda de desprecio, de abandono, donde los llamados “morenistas y no morenistas” de sepa empiezan a divulgar la conducta excesiva del alcalde en turno, dado que, no puede evadir su incumplimiento político con personajes que él mismo ha despreciado generando una imagen que poco a poco se apaga como una vela con “cera pirata” como la misma conciencia del judas de la “Tierra Cañera”. En poco tiempo se dará cuenta que partirá en tercios al Movimiento de Regeneración Nacional en Ahome, y claro está, que su posesiva forma de actuar y lo limitado que es para manejar a la clase política iluminada y sociedad en general es sin duda el comienzo de su muy próximo deceso político, y si piensa que ésta hipótesis y lectura es un agravio o manía, considero no sólo en que la traición y actitud es el peor de los actuares civiles, sino incluso el más bajo de los sentimientos humanos, porque el que traiciona a otro está, al mismo tiempo, cometiendo contra su propia honra la más condenable de las vilezas: traicionarse a sí mismo, donde su actitud es el complemento.

GOTA Y CHISPA:

El ser humano que vive o al que le dan oportunidad de llegar a la cúspide y sin merecerlo tiene la primacía de abrir los ojos y mirar al cielo, de disfrutar las estrellas; de bajar la vista y deleitarse del océano de Los Mochis, Sinaloa. Si decide vivir así tiene la grandísima posibilidad de gobernar, de palpitar y entregar su mirada de desprecio, de choque, de incongruencias y de esa manera tan despreciable con que trata al pueblo incluyendo aliados, un día se burla de una niña inocente y otro día encara a empresarios y distintas organizaciones civiles, generando utópicamente escarnio y escozor. Ese es Billy Chapman, un alcalde sin vocación de servicio. Incluso, puede darse el lujo de sentir la presencia de una divinidad, de una eternidad difícil de comprender, pero fácil de asimilar; lo único que necesitaría es dejarse llevar, respirar, escuchar, tocar, mirar. No es tan complicado. Verbi-gracia; ante declaraciones de hace días del alcalde de Ahome, que a mi criterio no tienen ni pies ni cabeza es en relación a la reasignación de 200 millones de pesos para drenaje sanitario en Ahome, el alcalde dijo, “no ha llegado y ni llegará”, lo que significa, que la culpa la tiene el Gobernador, Quirino Ordaz Coppel. Claro está, que la misma incompetencia de Billy Chapman no le permite ver más allá de sus obligaciones como el principal responsable del Municipio, lo que debería de hacer es gestionar, dialogar, convencer técnicamente de las necesidades que Ahome de forma urgente necesita, y con ello, inyectarle a la ciudad beneficios en relación a infraestructura y servicios públicos, donde nos comentan que están por los suelos; lo que sí ha provocado es un estancamiento en todos los sentidos. “Buscar culpables es evadir tu incompetencia señor alcalde”. “Nos vemos el Lunes”…