Y Ahora qué hacemos
Por Leonardo Zamora 29 Agosto 2022
Mi Opinión
El confinamiento experimentado como circunstancia, tal generación en esta historia que vivimos nos ha afectado profundamente.
No tenemos claro esta
situación que nos hemos enfrentado al estar en el límite de varias cosas.
Hay 5 límites que se han
sobrepasado:
1.- Cambio Climático,
2.- Contaminación
química,
3.- Ciclos del fósforo y
el nitrógeno, que son básicos para la vida en la tierra,
4.- Modificaciones del
uso del cielo,
5.- Destrucción de la
Biosfera.
Esta
situación ha generado problemas nuevos que no habían tenido generaciones
anteriores, entre ellas, la falta de agua en grandes partes del planeta y en
zonas completas, como las que han ocurrido recientemente.
Las
nuevas enfermedades qué están azotando a la humanidad, en gran medida están
relacionadas con los cambios en los ecosistemas, esto ha generado mucho enojo y
rebelión social, han aparecido movimientos sociales antisistema, los cuales
están incursionando en lo económico, social y político.
Ahí
estamos ante otro límite, el más profundo, en el que estamos metidos cómo seres
humanos; es como la caída de la esperanza y la ilusión en el mundo.
Como
consecuencia de esta ansiedad y depresión, ha crecido de manera impresionantes
el número de suicidios, sobre todo en edades juveniles y adolescentes, con
ellos que debieran de tener toda la esperanza de mejorar el mundo, el aumento
alarmante de estos casos, está impactando en nuestra sociedad de manera
relevante.
Hemos
comentado el impacto que ha tenido la enfermedad en estos últimos años, pero ya
veníamos desde antes con estos problemas y se han agravado con la pandemia. En
el informe del año 2021, después de la pandemia, prácticamente la mitad de la
población mundial estaba sufriendo algo, en mayor o menor grado, niveles de
ansiedad y depresión.
Ante
estos límites es que ha nacido un movimiento, el mundo lo ha llamado WOKE, que
en inglés significa despertar, de manera consciente o inconscientemente, todos
estamos hablando, a modo de reacción a los problemas sociales, sabemos que
estamos ante límites, la humanidad pudo haber cometido errores en el pasado que
nos han hecho llegar a estar en riesgo de sobrepasar éstos.
La
actitud no puede ser simplemente desconocer todo el pasado, porque si
desconocemos el pasado, nos quedamos sin presente y lo que es más peligroso,
nos quedamos sin futuro, por eso a nivel social como personal nos tenemos que
hacer una serie de preguntas, quizás la más importante… ¿qué es lo que sigue en
estos momentos? Es la pregunta que se nos viene encima saliendo de la pandemia,
con las circunstancias económicas que estamos viviendo, con los riesgos
medioambientales, ¿qué hacemos ahora? y la respuesta no es de construir.; decir
que todo el pasado fue malo, porque hay muchas cosas positivas que se
realizaron, por ejemplo: la civilización se construyó en ese tiempo, hay que intentar
siempre construir flores nuevas sobre raíces viejas, intentar que la vida de
cada uno, en alguna forma sea construida tomando en cuenta las cosas positivas
del pasado y cambiando las cosas que no lo son tanto.
El
virus WOKE ha generado mucho odio en las personas, el crecimiento del odio nos
lleva a ninguna parte, al contrario, el odio es destructivo. Y aquí la pregunta que debiéramos hacernos
cada uno de nosotros ante todo lo que ha pasado, las circunstancias y
situaciones políticas que estamos viendo, ante esto ¿cuál es mi reacción personal?
Es
una reacción realmente de construcción, de ver por dónde está la salida, o es
una reacción de odio, cómo está pasando en muchos sectores sociales, en muchos
grupos qué hoy se están polarizando y algo más, la más importante, hay que
intentar darnos cuenta que lo más valioso qué tenemos, es la persona y su
dignidad.
La
persona y su dignidad es lo que hay que reconstruir a partir de la existencia
de otra cosa qué se nos está olvidando mucho en los últimos años, que es la
Verdad. La Verdad que es ese valor que construimos tantos siglos en nuestra
civilización y qué hoy, en muchos de los discursos políticos se ha tergiversado,
sabemos que en muchos brilla por su ausencia, vemos falta de verdad en muchos
de los movimientos sociales. La Verdad como se definía en la filosofía clásica,
la adecuación entre la realidad y mi pensamiento. Cuando no pienso con verdad,
cuando la verdad ha pasado a segundo plano, entonces lo que hago es
desconectarme de la realidad, y eso a lo único qué va a terminar llevando es a
dar un salto al vació y a quedarnos sin opciones para el futuro. La falta de la
verdad desconecta con la realidad. Es la mentira.
El gran debate de la política actual no es entre Izquierda y Derecha, más Estado o más Mercado. Ese es un debate, pero el verdadero debate, el de fondo, en el qué la humanidad nos está llevando a ver hacia dónde vamos, es entre quienes pensamos que existe la verdad, aunque la verdad a veces sea difícil y muchas veces tendremos qué discutirla y aceptar que tenemos puntos de vista distintos; pero aceptando qué hay una objetividad, que aquellos que con cualquier cosa que digan, con tal de generar una emoción en las personas, en el electorado, etc., lo dicen simplemente cómo un tema de relatividad, lo que ahora se le conoce como la posverdad.
La posverdad, una
cartografía de los medios, las redes y la política.