Y tuve que aceptar...
Por Leonardo Zamora 31 Mayo 2023
Una reflexión que cambiará tu vida, tu presente y tu futuro
Y tuve que aceptar,
que no se nada
del tiempo…
que es un misterio
para mi,
y que no comprendo
la eternidad.
Y tuve que aceptar,
que mi cuerpo
no sería inmortal.
que él envejecería y
y un día se acabaría.
Que estamos hechos de,
recuerdos y olvidos;
residuos, ruidos,
susurros, silencios,
diaz y noches,
pequeñas historias
y sutiles detalles.
Foto: Pixabay
Y tuve que aceptar que,
todo lo pasajero,
es transitorio.
Y tuve que aceptar
que vine al mundo,
por hacer algo por el,
para tratar de dar
lo mejor de mí,
para dejar
rastros positivos
de mis pasos
antes de partir.
Y tuve que aceptar,
que mis padres
no durarían siempre,
y que mis hijos,
poco a poco
escogerían su camino y
seguirían ese camino
sin mi.
Foto: Pixabay
Y tuve que aceptar,
que ellos
no eran míos,
como suponía, y que
la libertad de ir y venir
es también
un derecho suyo
Y tuve que aceptar,
que todos mis bienes
me fueron
confiados en préstamo,
que no me pertenecían,
y que eran tan fugaces
como fugaz era
mi existencia
en la tierra.
Y tuve que aceptar, que
los bienes quedarían
para uso de otras personas
cuando yo,
ya no esté aquí.
Foto: Pixabay
Y tuve que aceptar.
que barrer mi casa
todos los días
no me daba garantía
de que era
propiedad mía,
y que barrerla
con tanta constancia
solo era una
sutil ilusión
de poseerla.
Y tuve que aceptar,
que lo que llamaba
mi casa, era sólo
un techo temporal
que un día más,
un día menos
sería el abrigo terrenal
de otra familia.
Y tuve que aceptarte, que
mi apego a las cosas
solo haría más penosa
mi despedida
y mi partida.
Foto: Pixabay
Y tuve que aceptar,
que los animales
que quiero y
los árboles que plante
mis flores y mis aves
eran mortales
ellos,
no me pertenecían,
fue difícil pero
tuve que aceptarlo.
Y tuve que aceptar
mis fragilidades,
mis limitaciones y
mi condición
de ser mortal
de ser efímero.
Y tuve que aceptar,
que la vida
continuaría sin mi
y que
al cabo de un tiempo
me olvidarían.
Humildemente confié,
que tuve que librar
muchas batallas
para aceptarlo.
Y tuve que aceptar, que
ni se nada del tiempo.
que es
un misterio para mí
que nunca comprendí.