Casi no hay día en el que no nos lleguen nuevas evidencias de que la “barbie” de Mazatlán está de rodillas ante el narco.
Tristemente, Estrella Palacios es una gerente de los criminales.
Su nombramiento como presidenta municipal le sirve para robarse un jugoso sueldo mientras traiciona al pueblo que supuestamente representa.
En medio de la narco guerra que ya cumplió los seis meses, el gobierno mazatleco ha servido sólo para ser cómplice de una de las facciones.
Los narcos hacen lo que se les pega la gana.
Tienen jugosos negocios con la venta de cerveza, gozando de permisos especiales para comerciar donde se les antoja.
Numerosos reportes de abusos por parte de motociclistas viven en la impunidad porque se prefiere actuar contra las víctimas.
Sin que generalicemos, se acusa que grupos organizados de conductores de motos operan para los menores, y que por eso cuentan con la protección oficial.
La narco barbie trabaja para el narco, como Rubén Rocha Moya.
En la cárcel debieran estar, ambos.
MADUEÑA POR LA REELECCIÓN COMO RECTOR
Me preguntan qué opinión tengo sobre el intento de Jesús Madueña Molina para reelegirse como rector de la UAS.
No es un secreto que tengo diferencias importantes con su accionar, particularmente por haberse doblado ante la putrefacción de cuarta.
Mis críticas llevaron a represalias por parte de algunas malagradecidas autoridades uaseñas.
Eso no me convierte a mí en enemigo de la universidad, pero sí guardo distancia.
El punto importante es si Madueña será candidato de “unidad” con la venia del gobernador asesino, o si le pondrán contendiente apoyado por morena.
Y con todo lo que ya he señalado, nada hay peor que la UAS quede ya sin el menor de los recatos en manos de la cuarta deformación.
Todavía faltan algunas definiciones, y entonces veremos con mayores detalles.
ESOS ACARREOS QUE DICEN NO EXISTEN
Dieciocho oaxaqueños muertos era ayer el saldo por la volcadura de un camión contratado por Morena para llevar acarreados al mitin del domingo en el zócalo.
Triste noticia que exhibe la falsedad de que no hubo acarreados, cuando todos sabemos que la gran mayoría viajó en transportes pagados con dinero del pueblo.
Fue un lamentable accidente del que no se puede culpar directamente al gobierno, pero tampoco puede haber un deslinde total.