Vivir en el Pasado

Artículo 126

Vivir del pasado es uno de los peores errores, y el error de vivir del pasado no es menor.

Los Seres Humanos estamos obligados a vivir en el presente, para desde allí proyectar nuestro futuro.

Vivir en el futuro o del futuro, puede ser un error tan grave cómo vivir del pasado. Vivamos el presente porque es lo único que tenemos.

El pasado ya pasó y nunca volverá. El futuro no existe y nunca sabremos cómo será el nuestro.

Lo cierto es qué desde el presente podemos influir en nuestro futuro, pero jamás podremos cambiar el pasado.

Cuando damos más peso al pasado estamos imaginariamente recreando los éxitos que pudimos haber tenido, y martirizándonos por los errores cometidos, que debemos dejar que se vayan.

El pasado solo es útil si nos decidimos a aprovechar las experiencias que nos permiten conocer nuestros errores, no cometerlos nuevamente.

El pasado no es una excusa para no asumir nuestra responsabilidad en el presente, tampoco puede ser un arma para castigar los errores cometidos. El pasado puede ser más significativo que el presente,tampoco puede tener más peso que el futuro.

El pasado cómo el futuro no existe, sólo existe en realidad nuestro presente, la gran diferencia es que el pasado sí existió y no volverá mientras que el futuro si existirá y podemos influir en él porque a pesar de todo hacia un lugar nos dirigimos.

Requerimos tomar el volante tomar el control del volante y tomar control de nuestra vida, hacia donde nosotros deseamos, no hacia dónde otros decidan.

Es bueno soñar, pero hay que despertar para materializar esos sueños.

Los seres humanos debemos vivir en el presente para desde ahí proyectar el futuro . Vivir en el futuro puede ser tan grave cómo vivir en el pasado.

El pasado ya pasó y nunca volveré. El futuro no existe y nunca sabremos cómo será el nuestro.

Lo cierto es que desde el presente podemos influir en nuestro futuro, pero jamás podremos cambiar el pasado.

El pasado no puede ser más significativo que el presente, dejemos el pasado en el pasado, dejémosle para aceptarlo en el presente y apuntalar lo que vayamos a tener en el futuro.

Hoy tenemos el derecho de tomar decisiones pasionales, no tenemos derecho a tomar decisiones a ciegas, no tenemos derecho a comprometer el futuro de las generaciones venideras.

La historia no la escriben los vencedores, la escribe la realidad concreta, la verdad.
No nos preocupemos cómo nos califica la historia, incluso si nos califica o no,
Más bien ocupémonos por trascender, por dejar una huella de nuestro paso por este mundo.

Finalmente el tiempo colocará la historia en su justo lugar.

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