“Dele los saludos y bendiciones a la presidenta y al pueblo de México”, confirmando su intención de mantener lazos cercanos con el país
Durante su primera ceremonia pública como nuevo líder de la Iglesia Católica, el Papa León XIV dirigió un emotivo mensaje a Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, así como al pueblo mexicano, expresando su cercanía espiritual y bendiciones. El gesto ocurrió en el marco de la celebración oficial de su pontificado en la Basílica de San Pedro, donde líderes de distintas partes del mundo se reunieron para presenciar su investidura.
En representación del gobierno mexicano, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, asistió al Vaticano y entregó personalmente al pontífice una carta oficial de invitación para visitar México, firmada por Sheinbaum. Junto a la carta, el Papa recibió un obsequio especial: una artesanía mexicana elaborada en plata con la imagen de la Virgen de Guadalupe, símbolo clave de la fe católica en el país.
La reacción del Papa León XIV fue inmediata y cálida. Con una sonrisa, respondió: “¿Cuándo?”, mostrando entusiasmo por la posibilidad de visitar México. Acto seguido, pidió a Rodríguez: “Dele los saludos y bendiciones a la presidenta y al pueblo de México”, confirmando su intención de mantener lazos cercanos con el país latinoamericano.
Este mensaje cobra un significado especial al marcar el inicio de una nueva etapa tanto en el Vaticano como en México. Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia el 1 de octubre de 2024 como la primera mujer en dirigir el país, recibió así un gesto simbólico de respaldo y comunión espiritual por parte del Papa.
A lo largo de la historia reciente, México ha mantenido una relación cercana con el Vaticano, y las visitas de los Papas han sido acontecimientos de enorme importancia social y cultural. Juan Pablo II visitó México en cinco ocasiones, Benedicto XVI en 2012, y Francisco en 2016. El saludo del nuevo Papa abre la puerta a una posible visita apostólica en los próximos años
El mensaje fue recibido con entusiasmo tanto por las autoridades mexicanas como por la comunidad católica. Diversas figuras religiosas y políticas han valorado la importancia del gesto, que demuestra una voluntad de colaboración y respeto mutuo entre el Estado mexicano y el Vaticano.
