Elon Musk ha puesto fin a su etapa como figura destacada dentro del gobierno de Donald Trump, donde lideraba el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE)
Iniciativa creada para recortar el gasto público y reducir la burocracia federal. Aunque su cargo era de “empleado especial del gobierno” y no formaba parte del gabinete, Musk fue clave en una serie de reformas agresivas, incluyendo despidos masivos y la cancelación de contratos, medidas que generaron polémica tanto dentro como fuera de la administración.
El magnate sudafricano anunció su renuncia a través de su red social X, agradeciendo al presidente por la oportunidad, aunque admitió que no logró cumplir completamente sus objetivos. Con el tiempo, su influencia fue acotada por la Casa Blanca ante crecientes tensiones con otros funcionarios y un fuerte desacuerdo con Trump sobre su polémica propuesta fiscal, el “Big Beautiful Bill”, que Musk calificó como contradictoria con los principios de eficiencia que buscaba implementar. Su salida marca el fin de una colaboración tan ambiciosa como conflictiva, y deja en el aire el futuro de las reformas que impulsó.
