Tragedia y milagro del vuelo AI171 de la India con destino a Londres

Tragedia y milagro del vuelo AI171 de la India con destino a Londres

Las tragedias a menudo son el resultado de las fallas humanas y errores técnicos. Esto fue lo que ocurrió el martes 12 de junio a la 1:39 de la tarde; el vuelo despega del Aeropuerto Internacional en Ahmedabad, con destino a Londres fue abordado por 230 pasajeros y 12 tripulantes.

Tan solo a 30 segundos del despegue, los controladores detectan que algo no está bien,  el avión no está ganando altitud de forma estable. La aeronave solo alcanza los 190 metros de altura. No está subiendo como debería. Desde la torre de control ya detectan un problema.

La tripulación emite una llamada de emergencia: “Mayday”. Algo grave está ocurriendo. Mientras tanto, el avión pierde velocidad y se inclina peligrosamente.

A la 1:40 el avión se estrella en Meghani Nagar, una zona residencial de Ahmedabad. El combustible hace imposible el rescate. Todo se consume en segundos.

A bordo de la aeronave iban más de 200 pasajeros, de los cuales solamente uno ha sido reportado como sobreviviente.

Historia real:

Una pareja británica dió su último mensaje Cuando iban en el avión que se desplomó en India

El jueves 12 de junio, India se convirtió en escenario de un mortal accidente aéreo, luego de que un avión de Air India se estrelló contra una residencia de estudiantes.

Entre las identidades de algunas de las personas que estaban en el vuelo con destino a Londres. Es así que se sabe que a bordo iba una pareja británica.

Los esposos grabaron un video momentos antes de abordar el avión que los llevaría de regreso a su país de origen. En la grabación se les puede ver felices a ambos y emocionados de regresar Inglaterra, pese a que tenían por delante un viaje de 10 horas.

“Adiós, India”, mencionó uno de ellos en la breve grabación que publicaron en redes sociales, a la que le siguió una más, en la que describieron su viaje como una “experiencia mágica”.

La pareja estaba conformada por Jamie Ray Meek y Fiongal Greenlaw-Meek, quienes residían en Londres y estaban en la India para un retiro espiritual de 10 días. Eran emprendedores, propietarios de Wellness Foundry, un negocio donde ofrecían lecturas de tarot y soluciones de “bienestar espiritual”. 

Una joven hindú perdió el vuelo;  el retraso le salvó la vida

Bhoomi Chauhan, una joven india, iba a abordar el vuelo AI171 de Air India rumbo a Londres. Se levantó temprano, se arregló, llegó al aeropuerto; no obstante un embotellamiento en Ahmedabad la retrasó. Llegó 10 minutos tarde. Molesta, estresada, frustrada, se enojó con la vida, con el tráfico, hasta con Dios, no entendía por qué todo le estaba saliendo mal ese día. Pero 3 minutos después, ese mismo avión en el que iba a volar… se estrelló. Más de 240 personas murieron. Solo hubo un sobreviviente.

“Solo puedo decir que Dios me salvó. Mi mente está en blanco. Mi cuerpo tiembla… pero estoy viva.

La reunión familiar que nunca llegó; la tragedia lo impidió

Luego de seis años trabajando en Londres, Pratik Joshi logró lo que muchos padres anhelan: reunir a su familia. Su esposa, la Dra. Komi Vyas, había dejado su trabajo como médica en Udaipur para mudarse con él.

Sus tres hijos — dos gemelitos de cinco años y una niña de ocho — ya sabían que su nueva vida estaba a punto de comenzar.

Ese día se tomaron una selfie en el avión, sonriendo.
Por fin iban rumbo a una nueva etapa.
Era el día más esperado.
El día que pensaron que sería el más feliz de sus vidas.

Dios tenía otros planes; el vuelo AI171 nunca llegó a destino, minutos después del despegue, el avión se desplomó en donde más de 240 personas murieron.
Incluyendo los cinco integrantes de esta familia.

Y es aquí donde el alma se rompe.
Donde el corazón se llena de preguntas que no tienen respuesta:

¿Por qué ellos?
¿Por qué los niños?
¿Por qué, justo cuando ya lo habían logrado?

No lo entendemos.
No tenemos la capacidad de entenderlo.
Porque los planes de Dios no siempre se explican con lógica… solo se aceptan con fe.

Hoy, el mundo llora por esta tragedia. Pero también busca respuestas. ¿Qué falló? ¿Fue error humano? ¿Una falla mecánica? ¿Una combinación de todo?
La investigación apenas comienza. Pero lo único cierto… es que una vida resistió.
Y con ella, un recordatorio de que, incluso en el peor infierno, puede haber esperanza.