26-05-20
Por Leopoldo Martínez Velarde 27 Mayo 2020
Crónicas de la 4T
La
campaña de Ricardo Salinas para “desapendejar” a sus amigos genera sospechas.
Ricardo
Salinas Pliego, externó de nuevo su desacuerdo con el confinamiento social y el
cierre de empresas con motivo de la pandemia. En esta ocasión planteo en twitter a sus amigos cuatro preguntas:
¿Cuál es su plan a futuro?, ¿Quedarse encerrados hasta que haya cura o vacuna? ¿Quedarse
encerrados hasta que el gobierno les diga que pueden salir? ¿Quedarse
encerrados hasta que un buen día se “desapendejen” y decidan salir a vivir la
vida con todo y sus riesgos?
La
eventual rebelión de los desapendejados podría tener la bendición
presidencial.
Extraña
mucho la tolerancia y el silencio que ha tenido el Presidente Lopez Obrador, hacia
el desapendejamiento reivindicado por Ricardo Salinas Pliego. Conociendo los
“moditos” de tan respetables personajes cabe preguntarse si, en el fondo, sus
posturas solo corresponden a la urgencia de apresurar los tiempos y entrar a un
relajamiento de las medidas sanitarias ante la necesidad de reactivar lo más rápidamente
que sea posible al maltrecho aparato económico.
Lo
que viene es una etapa de ensayo y error que habrá de analizarse con extrema
prudencia.
Es
necesario comprender, y hacer comprender, que el retorno a la normalidad
anterior a la pandemia es una ilusión irrealizable en tanto no se disponga de
una vacuna preventiva, o de tratamientos eficaces para el Covid-19, o de ambas
cosas. En ese escenario, la confianza en las autoridades sanitarias
internacionales, nacionales y locales es una función crucial. Empecinarse en desacreditarlas
y/o desobedecerlas es de una irresponsabilidad tal, que linda en lo criminal.
Un
nuevo ciclo de infecciones puede echar a perder lo que se ha avanzado.
El
jefe de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike
Ryan, advirtió ayer que existe el peligro de que sobrevenga un “segundo
pico inmediato de la pandemia” de Covid-19 en países en los que da signos
de amainar si se dejan de lado demasiado pronto las medidas anti epidémicas. El
funcionario explicó que las epidemias suelen presentarse en oleadas, por lo que
nuevos brotes podrían ocurrir en naciones en los que la primera ola ya ha
disminuido.
No hacía falta el tuitazo de Ricardo
Salinas a desapendejarse, basta ver lo que pasa en las calles.
Resulta
imperativo que las autoridades de los tres niveles de gobierno resistan las
presiones empresariales, no sólo por las evidentes razones de salud pública,
sino también por motivos económicos: Una segunda oleada de contagios de COVID-19,
sería tan desastrosa para la producción, el comercio y los servicios como lo ha
sido la primera, si no es que más, y podría desembocar en los peligrosos escenarios
de ingobernabilidad y desintegración institucional.
No cabe duda que todavía hay pendejos
que quieren que se les crean sus pendejadas.