Opinion

Crónicas de la Cuarta Transformación 03-01-20

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Por Leopoldo Martínez Velarde 03 Enero 2020

Columna de Leopoldo Martínez

Fiel a mi cultura de sospechar de todo y formar escenarios posibles de la verdadera naturaleza de los sucesos, me hice las siguientes reflexiones.

Antier, en este mismo espacio informábamos que el Subcomandante Moisés se lanzó con todo contra la construcción del Tren Maya. Calificó a las encuestas realizadas por el gobierno de la 4T como unas simulaciones y advirtió que se opondrían hasta la muerte a esa obra. Asi las cosas. El indigenismo ha irrumpido en el “escenario declarativo” de un país polarizado, convulsionado por la violencia y aterrado por las consecuencias que puede tener el crecimiento cero del año pasado.

La fuerza declarativa del EZLN, trascenderá nuestras fronteras.

Si la tormenta en un vaso de agua que se creó diplomáticamente con Bolivia, un país que, salvo la cocaína que exporta, no representa ni comercial ni culturalmente casi nada para México, trae descompuesta la imagen internacional del Presidente Lopez Obrador, la capacidad de Marcos para seguir siendo un eficaz guerrillero de internet, podría representar, cuando menos, por los meses iniciales del 2020, el inicio de una temporada declarativa nacional e internacional.

Para los Zapatistas caer en cárcel sería un triunfo de alcance internacional.

Si el gobierno se atreviera meter a la cárcel a uno o varios zapatistas, tenga por seguro que en menos que canta un gallo la zona estaría plagada de europeos que convertirían al Presidente López Obrador en un gorila represor. Para la 4T, ha sido fácil tener a la oposición hablando en voz baja, porque tiene listos un montón de expedientes sobre sus corruptelas. Pero ni modo de asustar a Galeano y Moisés con meterlos a la cárcel o confiscarles sus cuentas en el extranjero.

La magia mediática de Galeano (antes Marcos), ha descalificado la raíz indígena de la 4T.

El indigenismo caricaturizado de la cuarta transformación, por medio del cual el Presidente Lopez Obrador, tomo posesión de su cargo dos veces: una frente al Congreso de la Unión, en el Palacio Legislativo, y otra en el Zócalo de la Ciudad de México, con ritos de sahumerio y copal, dirigidos por Jesusa Rodríguez, para recibir el bastón de mando de los indígenas; todos, menos los zapatistas, cuya movilización ha medio logrado aquello de “nunca más un México sin nosotros”.

Por lo pronto, el Presidente Lopez Obrador, ya trae una piedra zapatista en el zapato.

Galeano (antes Sebastián Guillen), y el Presidente Lopez Obrador, tienen muchas cosas en común. Me explico. Recurren de manera sistemática al uso de símbolos y conocen el poder de la palabra. Ambos saben, porque lo han hecho, que un pequeño grupo bien organizado puede hacer más cosas que una masa desconectada. Los zapatistas son pocos, acaso dos o tres mil, pero pueden hacer mucho ruido ya que tienen entrenamiento militar y adoctrinamiento ideológico.

El EZLN no será un adversario a modo porque ya le agarro el modo al Presidente Lopez Obrador.


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